Patatas con costilla: el gusto de lo clásico

«Son esos sabores clásicos, el éxito de lo sencillo, de lo de siempre. Me gusta mantener este plato en mi casa», explica Nieves López, con todo preparado para comenzar a elaborar la receta. Para ello, tiene ya los ingredientes listos en la encimera de su cocina. Costillas de cerdo adobadas, patatas, cebolla, un pimiento rojo, un pimiento choricero, vino blanco, caldo de carne, aceite de oliva y sal. «El uso del pimiento choricero no es imprescindible, así que si no lo encontráis no pasa nada, pero me he acostumbrado a utilizarlo y le da una gracia muy rica a los guisos de carne», detalla Nieves.

La preparación comienza calentando en una cazuela honda un poco de aceite de oliva, «rehogamos la cebolla troceada hasta que esté transparente, en ese momento echamos el pimiento cortado. Cuando la verdura esté pochada agregamos la costilla y dejamos que se rehogue el conjunto, hasta que ésta tenga color».

A partir de ahí, se ponen las patatas partidas en trozos medianos y se remueve el conjunto. «Vertemos el chorrito de vino blanco, subimos el fuego para que el alcohol se evapore, colocamos el pimiento choricero en la cazuela y cubrimos con agua o caldo de carne. Salamos ligeramente y llevamos a ebullición. Bajamos el fuego paro que haga chup chup y cocemos hasta que la carne y las patatas estén muy tiernas», indica la chef.

Como truquillo, de vez en cuando, es necesario mover la cazuela para que la patata suelte la fécula. Si aún así se prefiere el caldo más gordo, se pueden sacar unas cuantas patatas y algo de caldo, aplastarlas con un tenedor y volver a la cazuela.

Y ya para rematar. «Casi al final de la cocción rectificamos la sal si fuese necesario y servimos muy caliente». Sabores y olores de siempre, que no se pueden perder. Las patatas con costilla son todo un legado culinario.