Valladolid reivindica la magia de la revista en una exposición con 500 piezas y de producción propia
'Gracias por venir' recrea la historia de este género musical a través de trajes, carteles, pósters, fotografías y piezas de coleccionismo
La revista fue el género teatral más popular en España hasta la aparición de la televisión, y para ella se compusieron los éxitos musicales del ... momento, como 'Pichi', 'Los Nardos' o 'Ay va'. En memoria de su importancia social, y para hacerle justicia al papel determinante que jugaron las mujeres, la Fundación Municipal de Cultura ha montado una exposición de producción propia, 'Gracias por venir. Historia de la revista musical española' única en el país y con más de 500 piezas de la colección particular de Juan José Montijano Ruiz, uno de los primeros estudiosos del género, de sus mayores conocedores y comisario de la muestra.
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Se trata de un acontecimiento excepcional, pues nunca antes se ha visto una colección de trajes, discos, programas de mano, fotos, libretos, carteles, partituras y elementos promocionales de la magnitud de la que puede verse desde ayer -y hasta el 12 de junio- en la Sala de la Pasión de Valladolid. Y, además, con un montaje que realza la espectacularidad y vistosidad de este género musical.
Una singularidad que tiene su origen en el menosprecio y desinterés que la revista ha recibido de la investigación académica y, en gran medida, de la crítica teatral, quizás por su carácter popular, por su ligereza y frivolidad, su apuesta por el humor sicalíptico (basado en los dobles sentidos y las insinuaciones sexuales) y su desenfadada y desacomplejada exhibición de la belleza del cuerpo femenino. Una exhibición que, durante la transición, se confundió con el destape, lo que contribuyó a agravar el descrédito de un género que de ningún modo era una excusa para mostrar cuerpos desnudos.
La concejala de Cultura, Ana Redondo, resaltó ayer que la revista musical fue un territorio donde la mujer ocupó un protagonismo poco frecuente. «No sólo delante del escenario, como vedettes, cantando, bailando o interpretando, sino también detrás, como empresarias, productores y programadoras». Tres nombres clave de la revista, como Celia Gámez -la reina del género entre los años 30 y 50- Manolita Chen -que llevó la carpa ambulante de su Teatro Chino por los pueblos de España- y Lina Morgan -la última estrella superviviente del género- reunieron esta condición emprendedora y ejercieron un control decisivo sobre el producto final, eligiendo libretos y músicos, vestuario y escenografía.
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El comisario de la exposición, Juan José Montijano, que no pudo asistir a la inauguración, pero grabó un mensaje de presentación, explicó que la revista surge, de forma embrionaria, en 1865 de la mano de José María Gutiérrez de Alba con la obra '1864-1865', que apunta ya desde su título lo que inicialmente era un rasgo característico del género: la crónica humorística y desenfadada de la actualidad a través de una serie de números teatrales diversos y deshilvanados. De este origen viene su nombre.
En los comienzos del siglo XX, sin embargo, el género se decanta de forma clara hacia la evasión y la frivolidad y comienza a tomar el relevo de la zarzuela como género más popular. 'La corte del faraón' (1910) es la primera gran obra, pero será el gran éxito de 'Las corsarias' (1919) el que contribuirá a asentar a la revista. En los años veinte el baile y la belleza femenina se convierten en los elementos definitorios del género y se establece la figura de la vedette. La permisividad de estos años, y también los de la II República, hará posible la exhibición de desnudos femeninos en el escenario, lo que será uno de los alicientes del género, pero no el único ni el principal, pues las revistas van apostando de forma progresiva por la sofisticación, especialmente por influencia de las películas sonoras musicales de Busby Berkeley y la vistosidad de los espectáculos de Ziegfeld en Broadway. La exposición ofrece una excelente muestra de la riqueza de vestuarios y tocados usados por las vedettes, con trajes originales de Concha Velasco, Addy Ventura, María José Nieto o Esperanza Roy, entre otros. También puede verse un mantón de Manila de Lina Morgan, o una capa de Celia Gámez para la Estudiantina portuguesa.
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Los años 40 y 50 son los de esplendor de la revista y tienen a Celia Gámez como reina indiscutible. Ella consigue acercar el género al público femenino dignificando el espectáculo y alejándolo de cierta chabacanería de sus inicios. Es Gámez la que apuesta por la espectacularidad, elegancia y brillantez de unas producciones que se caracterizan por el rigor y la exigencia profesional que se exige a actores, cantantes e intérpretes. El espectáculo sigue siendo ligero, cómico y picante, pero ahora priman el buen gusto y la belleza de trajes y escenografías.
La 'revelación' la encuentra la vedette en Burgos, al término de la Guerra Civil. Allí su compañía tiene que interrumpir su actuación porque en la plaza de la Catedral se está representando un auto sacramental. En ese momento, al parecer, Gámez entiende que el teatro popular español necesita dotarse de solemnidad y acude al director de aquel auto, el célebre Luis Escobar, para diseñar otro tipo de espectáculos.
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«Esta es la verdadera revista», reivindica la concejala Ana Redondo. Y Celia Gámez, como Lina Morgan, que continúa con esa línea escénica cuidada, son las grandes protagonistas de la exposición, en la que aparecen en fotos, videos, o incluso con elementos tan curiosos como uno de los mecheros que Morgan regalaba al público en su espectáculo 'El último tranvía'.
En los años sesenta, con la llegada de la televisión, comienza el declive de la revista, pese a que todavía se mantiene una veintena de compañías girando por España. Los elevados costes del género complicarán su rentabilidad y conducirán paulatinamente a un empobrecimiento de las propuestas que culminará con la época de decadencia del destape, cuando el género se limita a ser una combinación de humoristas o cantantes y chicas desnudas bailando sobre el escenario. Una crisis de la que el género -excepción hecha del paréntesis que representa Lina Morgan- no ha terminado de recuperarse.
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Cuatro hitos del género
La corte del faraón
1910. Música de Vicente Lleó y libreto de Guillermo Perrin y Miguel de Palacios
Opereta bíblica de corte picante que mezcla estilos como la zarzuela, la revista o el cuplé y que incluye temas como 'Ay va, ay va'. En 1985 el leonés García Sánchez la lleva al cine con Ana Belén, F. Fernán Gómez y Antonio Banderas.
Las leandras
1931. Música de Francisco Alonso y libreto de Emilio González del Castillo y José Muñoz Román.
La estrenó Celia Gámez, considerada la reina de la revista hasta los años 50, e incluye temas tan conocidos del género como 'El Pichi' o 'Los nardos'. En 1969 se llevó al cine con Rocío Dúrcal como protagonista.
El águila de fuego
1956. Obra de Francis López
Una de las revistas mayores de Celia Gámez con temas tan célebres como 'Viva Madrid'. De su celebridad da fe el que TVE hizo una versión en 1985 con Concha Velasco y otra en 1995 con María José Cantudo.
Vaya par de gemelas
1981. Música de Gregorio García Segura y libreto de Manolo Baz
Una de las obras más representativas de la última reina del género: Lina Morgan, con temas como 'Gracias por venir' y coprotagonizada por el vallisoletano Pedro Peña. En 1983 se retransmitió por TVE y logró 20 millones de espectadores.
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