Pepe Viyuela y Sara Águeda. Olmedo Clásico

Pepe Viyuela revive al pícaro Guitón Onofre en Olmedo Clásico

El festival acoge hoy la representación de la obra de Gregorio González

Samuel Regueira

Valladolid

Lunes, 21 de julio 2025, 06:50

El Lazarillo de Tormes, el Buscón llamado don Pablos, Guzmán de Alfarache... La tradición de la novela picaresca en la literatura española no solo es ... fecunda, sino que se ha imbricado en nuestra identidad como nación mucho más que cualquier otro género (narrativo, poético o dramatúrgico). Este lunes, Pepe Viyuela aúna fuerzas y talento con la tañedora de instrumentos Sara Águeda para dar vida a una novela perdida, casi olvidada, del Siglo de Oro; integrada en esta corriente; 'El Guitón Onofre', que acoge la Corrala Palacio del Caballero en el marco de la XIX edición del Festival de Teatro Olmedo Clásico.

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«Es una novedad absoluta, un texto perdido durante varios siglos que no apareció hasta trescientos años después en una librería de París», explica Viyuela. «Además, será la primera vez que veremos en teatro a un pícaro más de la saga, pero notablemente diferente a todos los demás: más descarnado, más vengativo...», anticipa. «Es una alegría habernos encontrado con esta novela».

Viyuela acredita la presencia social del pícaro en nuestro país en general y en el panorama político en particular: «Su figura responde a un carácter sinvergüenza o buscavidas que no tiene freno en su ambición, un personaje de una extracción social baja en sus orígenes y que vive con dificultades», detalla. «Pero cuando empieza a salir del agujero, la corrupción le lleva a seguir escalando puestos sociales y situarse en lo mas alto del escalafón, donde ni siquiera ahí es capaz de parar». El arquetipo, a su juicio, trasciende a las meras páginas de un género literario específico: «No responde a una situación política o social determinada, sino que atraviesa los siglos y sigue ocupando presencia en nuestra sociedad».

Y es que aunque en aquel momento España era «un país en decadencia, había hambre y los estratos bajos lo pasaban mal», en poco o nada se parecen aquellos antihéroes a quienes hoy se autodenominan 'pícaros': «Los actuales, sin tener tanta e incluso ninguna necesidad de dinero o de medrar, son capaces de cualquier cosa para seguir acumulando fortuna y poder», denuncia. «Hoy el pícaro no conoce una extracción social única; es capaz incluso de formar parte de la aristocracia, da igual de dónde proceda si lo que tiene es la moral relajada y se comporta de tal manera que lo único que le importa es a sí mismo».

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Pero si en Inglaterra no se consideran 'macbeths', en Alemania no se sienten 'Faustos' ni en Rusia asumen ser unos 'Raskolnikov', ¿por qué en España hay tantos pícaros? «En nuestra tradición hay muchos ejemplos, una serie larga de personajes que se remontan a una época anterior a Lázaro», opina Viyuela, poniendo como ejemplo a La Celestina. «Es una reflexión muy personal: pienso que estamos ante una columna vertebral rastreable en la literatura española que no se circunscribe a un solo personaje o un solo caso, sino que va dejando miguitas detectables a lo largo de una tradición en la que hemos sido capaces de reflejarnos y de retratarnos desde el siglo XV hasta nuestros días, con ciertos rasgos en personajes de, por ejemplo, Eduardo Mendoza».

Puesta en escena

En esta adaptación de 'El guitón Onofre', dirigida por Luis d'Ors y versionada por su protagonista masculino y por Bernardo Sánchez, Viyuela y Águeda introducen una capa de metateatro y encarnan a dos cómicos de la legua del siglo XVII que van a interpretar esta obra de Gregorio González: «Nos movemos en un espacio de objetos desordenados que poco a poco conforman un entarimado escenográfico para reflejar el lugar que utiliza Onofre para encumbrarse y llegar a las más altas cotas sociales», explica el actor. «Los instrumentos de Sara desempeñan también un papel importante para el ambiente sonoro de la función.

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Rostro reconocible, más allá del teatro, en sus papeles cómicos para cine y televisión, Viyuela sigue defendiendo el valor cultural, artístico y emotivo, pero también cerebral, del humor: «Está muy cerca de la filosofía: es una forma de mirar la vida que nos permite seguir sobreviviendo y soportándonos como seres humanos», pondera. «Hay en mí una visión más pesimista del género humano, pero si consigo levantarme cada mañana es gracias al sentido del humor, a practicarlo y ver a través de una lente que impide, como un chaleco salvavidas, que nos hundamos en medio de tanta miseria humana». Una redención en la que, a su juicio, resulta de vital importancia rememorar la infancia y la mirada de los niños: «Gracias a su inocencia podemos salir adelante, pues la mezquindad del adulto solo se alivia con la mirada hacia la infancia y hacia el momento y el lugar donde jugábamos: si lo perdiéramos, desapareceríamos», sentencia.

Diferentes intérpretes declaman los pasajes de las obras clásicas que más les marcaron

El Centro de Artes Escénicas San Pedro acoge un recital de varios textos del Siglo de OroEn el marco de actividades del XIX Festival de Teatro Clásico en la Villa del Caballero, este lunes también tendrá lugar en el Centro de Artes Escénicas San Pedro un recital bajo el título 'Momentos inolvidables de los grandes intérpretes del clásico'. En el espectáculo participarán Fernando Aguado, de Morboria Teatro; así como Clara Sanchís, Beatriz Argüello o Pepa Pedroche, las tres de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que declamarán fragmentos de Lope, Calderón o Rojas Zorrilla, entre otros

.«Lo que va a ver el publico es algo muy personal de quienes participamos, tanto en el recital como en la mesa de diálogo posterior, sobre cómo abordar este tipo de textos que parecen difíciles y lejanos, pero hablan de cosas que nos apelan a todos», explica Pedroche. «Cada participante hemos cogido textos que para nosotros han sido importantes en nuestro recorrido, con personajes que han supuesto un antes y un después, con textos de singular belleza o con un «algo» especial a la hora de encarar ese tipo de papeles y textos», profundiza.

Obras de Lope como 'El perro del hortelano' o 'El castigo sin venganza' serán algunas cuyos textos servirán como muestrario de los talentos de los genios del Siglo de Oro. Pedroche, a título particular, encarará un texto de 'La celosa de sí misma', obra olvidada de Tirso de Molina que supuso su primer protagonista en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. También jugará con la melodía del monólogo de doña Inés en 'Don Gil de las Calzas Verdes'.

Además, la actriz no escatimará en guiños a la actualidad, con fragmentos de 'Amar después de la muerte'; «una historia de Calderón en un entorno de muerte y conflictos bélicos religiosos»; 'Del rey abajo, ninguno', de Rojas Zorrilla, sobre el intento de feminicidio por parte de un marido violento, o el monólogo de la infanta Estrella en 'La vida es sueño', sobre la guerra y la necesidad de parar el horror: «Es la clave de los clásicos, que siempre tienen maneras de entroncar con nuestros momentos», apunta.

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