Pere Ponce y Marcial Álvarez, en una de las escenas de 'Los pazos de Ulloa'. PEDRO GATO

La Pardo Bazán se sube al escenario del Calderón en Valladolid

Helena Pimenta dirige la versión teatral de 'Los pazos de Ulloa'

Víctor Vela

Valladolid

Viernes, 27 de enero 2023, 00:25

Cuando don Julián, un curilla «apocado, tímido y pusilánime» (interpretado por Pere Ponce)llega a la casa del marqués de Ulloa (en la piel de ... Marcial Álvarez) se encuentra con un hogar en ruinas, una ética débil, una fe abandonada, una crueldad caciquil.Yese cruce entre «barbarie y civilización», entre «violencia y diálogo» atraviesa 'Los pazos de Ulloa', la novela que Emilia Pardo Bazán publicó en 1886 y que este fin de semana (de viernes a domingo, 19:30 horas, desde 10 euros) llega a las tablas del Calderón, con la adaptación de Eduardo Galán y la dirección de Helena Pimenta.

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No es fácil, reconocen ambos, trasladar al escenario la prosa certera y la abundancia descriptiva del libro. «Pero cuando los personajes comienzan a hablar y el teatro impone sus reglas, afloran los conflictos y la intensidad de las miradas», explica Pimenta.

«Hay momentos clave de la novela que se pueden trasladar de forma muy clara, por la posibilidad de jugar con las antítesis, con los elementos contrarios». Ahí están las discusiones sobre «lo material y lo espiritual, el ideal y la revolución» que mantienen el médico o el cura. O la contraposición entre lo animal y lo civilizado que la Pardo Bazán propone durante una cacería.

«El espacio está concebido para ahondar en esos contrarios, dividido en dos partes que se van mezclando y simultaneando, para expresar los opuestos:la espiritualidad, la tierra, la violencia, la ternura, hasta la debilidad», explica Pimenta.

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La directora salmantina –que se halla inmersa en un nuevo proyecto ('Coraje de madre', del autor húngaro George Tabori para La Abadía)– ha construido buena parte de su currículo en la adaptación de clásicos, de Shakespeare a Lope de Vega. Yese aliento de lo eterno también lo percibe en 'Los pazos de Ulloa'.

«Un texto se convierte en clásico cuando atraviesa los tiempos y concierne a personas de distintas épocas y lugares porque trata, aunque sea con otros puntos de vista, temas universales que nos ayudan a descifrar el mundo», indica Pimenta, quien pone ejemplos: «La violencia en el ser humano es constante en todas las épocas y aquí aparece la barbarie frente a la civilización como algo fundamental». O el caciquisimo. O un mundo masculinizado en el que las mujeres viven para el proyecto de vida de los hombres.

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«Esto es interesantísimo como está formulado, con la grandeza y visión de la Pardo Bazán», apunta la directora del montaje, que intenta «mantener la altura de su lenguaje, muy curioso e incluso irónico en medio de tanta violencia».

«He querido centrarme en las pasiones desatadas en la novela en torno a la violencia brutal (crueldad, abuso de poder, coacción sexual, casi violación), la pasión y el deseo amoroso, la ambición de poder y manipulación del pueblo y la vida culta y educada, políticamente correcta de la ciudad», apunta Galán. Y añade:«Doña Emilia fue una mujer adelantada para su tiempo y muestra con absoluto realismo las miserias y contradicciones humanas y sociales».

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Año y medio de gira

La obra –que completa su elenco con Ariana Martínez, Claudia Taboada, David Huertas y Francesc Galcerán– llega a Valladolid después de más de año y medio de gira. «No es habitual que una obra se mantenga tanto tiempo en cartel. Eso es porque el público recibe muy bien el espectáculo», cuenta Pimenta, quien recuerda cómo los ensayos para ponerlo en pie tuvieron lugar en el verano de 2021, en plena ola de calor y todavía con las restricciones impuestas por la covid.

«Fue un horror, aunque con un final muy gratificante. Nos pasó de todo aquel verano, cada día era como subir un Everest y no sabíamos si íbamos a llegar a estrenar a tiempo. Toda el equipo enfermó de covid. Y eso, a pesar de ensayar con la FFP2 puesta. Los actores no podían verse la cara, los gestos. Fue muy curioso cuando pudimos hacerla ya sin mascarilla y descubrimos al completo el trabajo de los intérpretes», recuerda la directora.

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