Teresa López y Mara Jiménez, intérpretes de 'Gordas'. EL NORTE

La obra de teatro que nació de un «tú no, que estás rellenita»

Teresa López y Mara Jiménez representan 'Gordas' en el Carrion de Valladolid, después de más de un año de éxito en Madrid

Víctor Vela

Valladolid

Miércoles, 22 de febrero 2023, 00:20

En ninguna parte del guion lo dice. ¿Por qué las madres de 'Cinco lobitos' no visten dos tallas de ropa más? ¿Por qué no puede ... tener sobrepeso la directora de orquesta de 'Tár'? «En el mundo de la interpretación se ha impuesto un imaginario idéntico que hace que, cuando te ven entrar por la puerta del casting, suelten: 'Tú no'». «Lo siento, te dicen, estás rellenita. Ni siquiera dicen gorda. Parece que les molesta la palabra», cuenta Teresa López, que este jueves visita Valladolid, junto a Mara Jiménez, para presentar su espectáculo 'Gordas', en el Teatro Carrión (20:30 horas, 20 euros).

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El montaje, que lleva más de año y medio en la cartelera madrileña, nació por ese tedio de las audiciones fallidas. «'Gordas' surgió en mi casa y lo primero fue el título. En el piso vivo junto a la productora y a Carlos Mesa, el dramaturgo y director, quien tuvo claro lo que quería: una obra de teatro que hablara sobre mí. 'Vamos a hablar de gordas', me dijo». El proyecto unió a Teresa con Mara. «Las dos somos actrices, estamos gordas y nunca hemos tenido una oportunidad para vivir de lo nuestro», cuenta la protagonista de la obra.

-¿Qué es estar gorda?

-Estás gorda en el momento en el que la sociedad te rechaza por el tipo de cuerpo que tienes, por tener sobrepeso. Y eso te puede ocurrir a la hora de buscar pareja o intentar vestirte en una tienda y que no haya talla para ti. No hay un peso fijo o un límite.

-¿Usted se ha sentido rechazada?

-Sí, claro. Sobre todo en el tema laboral. Es muy difícil encontrar trabajo como actriz. Llevo muchos años formándome y nunca he tenido la oportunidad de demostrarlo. Al final, me he tenido que juntar con mis amigos y montar un proyecto para abrirme hueco en este mundo. Nos ha salido muy bien la jugada. Pero si no hubiera sido porque yo me lo he montado, seguiría trabajando de teleoperadora en El Corte Inglés, que es donde estaba hace un año hasta que 'Gordas' me cambió la vida.

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Antes, cuenta Teresa, había vendido audífonos en la calle, impartido clases particulares. «Siempre he ido a los sitios sabiendo dónde me podían coger y dónde no. Por ejemplo, intenté (no sé por qué) ser azafata, en los 'stands' de ferias, tipo Ifema. Fue ridículo cómo la chica de la entrevista me miró de arriba abajo y preguntó: '¿Crees que este trabajo es para ti?' Y yo le respondí. '¿Por qué no?'».

La interpretación

Teresa supo desde pequeña que su pasión era la interpretación. «Mi madre me apuntaba a un montón de clases particulares porque yo era una niña muy activa. Iba a ballet, a tenis, baloncesto, inglés… y también teatro. Con cuatro años hice 'Caperucita'. Yo era el lobo. Y tuve clarísimo que no me iba a bajar de ahí. Mis padres querían que me sacara una carrera, hice periodismo, pero luego me formé en Arte Dramático e hice un máster de interpretación ante la cámara».

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La función pone en escena a diez personajes que, aparentemente, no tienen nada que ver entre sí. «Bajamos al infierno, vamos a un convento, a una discoteca. Al final de la obra es cuando todo cobra sentido».

«Yo he sido afortunada, porque no he sentido discriminación hasta que empecé a relacionarme con cosas de la vida adulta. Antes no había sido consciente del rechazo. He crecido en un ambiente muy sano, no he sentido 'bullying' en el colegio, pero cuando escucho los relatos de mis compañeras activistas contra la gordofobia, veo que el problema viene desde muy jóvenes. Afortunadamente, somos varias mujeres las que alzamos la voz contra esta situación». Una de las últimas experiencias conocidas ha sido la de la actriz Berta Vázquez ('Vis a vis'), en su participación en la pasada edición de los premios Goya.

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«Es bastante deprimente que lo único que se haya escuchado es una crítica hacia su físico de una mujer que es tan maravillosa, que tiene tanto talento, que es tan válida, tan buena. ¿De verdad lo único que se puede destacar de esta mujer es su peso? Es un reduccionismo superpeligroso y doloroso. Sé que ella no lo lleva mal, ha contestado en sus redes sociales, ha dicho estáis haciendo el ridículo, pero es muy triste que a estas altura de la vida estemos con ello», cuenta Teresa, quien también ha recibido mensajes así en sus redes sociales (800.000 seguidores en TikTok, 120.000 en Instagram). «Yo estoy supercurtida. Ya te lo tienes que currar para hacerme un mínimo de daño. Son muchos años en redes sociales, he leído de todo, burradas absolutas. A mí no me afecta, pero tengo seguidoras que están en el camino de encontrar su amor propio. Estos comentarios, sumados, parecen decir: las gordas no merecen espacio».

-¿Y cómo enlaza en todo esto la salud?

-Esa idea tantas veces repetidas de que si haces deporte y comes sano adelgazas no es cierta. Hay muchos factores que hacen a una persona no poder adelgazar. Pero se señala a las personas gordas llamándolas insanas. Señalarnos con el dedo acusador es lo que nos hace daño. Imagina que vas al médico porque te duele el oído y te dicen: 'Adelgaza'. Enseguida te sueltan que tienes que comer sano y hacer deporte. ¿Y tú que sabes de mi vida? Hay muchas personas gordas que nos hemos pasado toda nuestra vida con dietas, remando por hacer deporte y no perdemos peso. Es algo que la sociedad no ve. Han dejado tan claro que las dos únicas maneras de adelgazar son hacer deporte y hacer dieta que se nos demoniza por eso. Y hay muchas personas gordas tienen una vida supersaludable.

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