Marta Poveda y Aitana Sánchez-Gijón estrenan en el Calderón 'Malvivir', retrato lúdico de las pícaras

«'Malvivir' es un viaje al cara oscura del Siglo e Oro, la menos conocida por las novelas y los romances, pero con una mirada actual, desde un personaje menos trillado que no ha tenido tanta atención en la literatura y el teatro que es la pícara. Son mujeres deslumbrantes y míseras, a las que intentamos seguir despojándolas de la lectura moral y las miramos a los ojos», explica Álvaro Tato que ha bebido de 'La hija de la Celestina', 'La niña de los embustes', 'La pícara Justina' y letrillas de Quevedo. «Hay una pléyade de referentes masculinos pero estas descalzas eran secundarias, nadie las hizo protagonistas. La pícara tienen los mismos problemas que el pícaro pero multiplicados por diez. Ya pesar de las miserias, apuestan por vivir, por gozar, por la alegría y la libertad. Eso es lo que queríamos reflejar en el personaje de Elena de Paz que atraviesa todas las capas sociales de su momento». De hecho, la trama es de tato pero los textos en los que las protagonistas hablan de libertad, de lograr sus sueños, de escapar al determinismo social «están sacados de las obras originales, no es difícil encontrarlos en la época, lo decían hasta Teresa de Jesús o Sor Juana Inés de la Cruz».

Un «cómic en tiempo real»

Elena de Paz será encarnada en una primera parte por Aitana Sánchez-Gijón y en la segunda por Marta Poveda y ambas darán vida a otros muchos personajes. Yayo Cáceres ha diseñado «un espectáculo de teatro abierto, juguetón, lúdico, que invita al espectador a imaginar». La atención al texto se combina con un trabajo corporal casi circense, al son de la música en directo a cargo de Bruno Tambascio. «Para mí todas las disciplinas se entremezclan en el teatro, un género caníbal que admite pintura, danza, música». Todo trabaja en la dirección de «un cómic en tiempo real, en el que cada elemento sirva para conectar de distinta manera al público».

Aitana Sánchez-Gijón, que bailaba en 'Juana', reconoce que en 'Malvivir' «no danzamos pero hay un trabajo corporal fuerte que se sale del naturalismo». Tras varios «dramones» ha agradecido que cuenten con ella para esta comedia. «He gozado como una niña con los espectáculos de Ron Lalá, me fascina su forma de abordar los textos del Siglo de Oro, su enfoque lúcido y directo. Así que me ha encantado formar parte de su juego. Me dejaron exhausta mis trabajos anteriores y participar en este juego es muy divertido, aunque también me deja exhausta. Estamos hora y media Marta y yo en un tour de force intenso».

Marta Poveda también conoce el Calderón, su última vez fue con 'La dama duende'. Trabajaba con la Compañía Nacional de Teatro cuando la dejó Helena Pimenta. «Se acababa mi periplo en el clásico, venían aires nuevos pero tenía ganas de seguir. Hablé con Álvaro y empezó a escribir este 'Malvivir'. Luego Aitana cumplió nuestro sueño de sumarse». Esta fondista que se mete en la piel del amado de la pícara con la misma celeridad que se enfunda en el espíritu de Elena de Paz la define como «una mujer que desea vivir, apenas la dejan sobrevivir y acaba por tener que malvivir».

Con la idea de no anclar la obra en el XVII, «a fin de cuentas habla de problemas universales que se repiten porque la naturaleza del ser humano no cambia», el vestuario se fue adecuando a los movimientos de las actrices. Por momento remedan detalles del mundo de los gánsters de los cincuenta como vuelven a detalles barrocos o dejan entrever el siglo actual. «El Siglo de Oro es el de los contrastes, de la pureza del ser humano y de la maldad, la felicidad y la tragedia, del amor y del dolor, es un fresco de la humanidad, quizá por eso engancha, por eso me fascina», dice Marta Poveda.