Una tragedia moderna

Esta versión de la tragedia utiliza muchas frases de hoy lo que es un acierto. Edipo queda ciego, Antígona es sacrificada por Creonte y a veces da la impresión de que estamos viendo a los verdugos y las víctimas (Tiresias también fallece) del presente cercano. El mundo siempre ha proclamado la violencia y hoy lo sigue haciendo. El recuerdo de la tragedia de antaño nos lo dice. Falta el coro y está el adivino hombre-mujer insultado e ignorado. La expresión corpórea es leve y la música muy bien interpretada, en un escenario casi desnudo y con luminotecnia tendiendo a lo oscuro.

Tal vez recoger todos los episodios con Tiresias sea excesivo porque triplica las desgracias. La puesta en escena, ya conocíamos a la directora, con algunos momentos lentos, es profesional y aplicada con el apuntarse de nuevas formas de expresión, canto y algo de danza.

Ocho actores con un trabajo muy colectivo y al tiempo personal de cada uno. Óscar de la Fuente, con una voz magnífica encarna muy bien su desgraciado personaje. Paula Mendoza, la soprano, extraordinaria, y adecuado el reparto. Las escuelas de arte dramático están dando fruto.