Un autor especial
El musical suma públicos jóvenes al teatro, como demuestra estos días 'Charlie y la fábrica de chocolate', en el Calderón
Fernando Herrero
Viernes, 5 de enero 2024, 12:25
Roald Dahl es un gran escritor con un veta dura y amarga que se hace ostensible en sus relatos para adolescentes y no digamos en ... los muy buenos que escribió para adultos. Esa versión musical es completamente libre, siguiendo las líneas del relato inicial. Muchísimos números musicales y de danza, circo e incluso ballet, y un acto segundo al que no hubiera venido mal algún corte.
La música es la propia de este tipo de montajes, generalmente rítmica. Casi treinta personas en el reparto. Una buena bailarina de ballet, un acróbata y un cuerpo de baile, algunos de cuyos miembros incorporan a los niños del concurso de Wonka. Es una troupe larga presidida por Daniel Diges que encarna un Wonka maduro y serio. En cuatro días ofrecen siete representaciones. Estuve el día 4 a las 20:30 h. Había muchos niños y aguantaron muy bien un espectáculo largo (dos horas y media). El público aplaudió a rabiar cada uno de los números y de los mutis. Se ve que es un buen negocio este género.
Es un espectáculo caro. La escenografía, por ejemplo, es rica y variada con buen aprovechamiento del espacio y con el número espectacular del ascensor subiendo mientras las luces inundaban la sala desde una buena cantidad de focos.
El teatro musical ha cambiado mucho desde los espectáculos norteamericanos e ingleses, y este tipo de musicales tiene un problema previo, las voces. Hoy al público le encanta esta versión diferente y es muy dueño de escogerla. El del Calderón de la gozó y el teatro debe atraerle para salvarse de la crisis.
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