José Carlos Plaza, en el laboratorio artístico 11 Filas. CARLOS ESPESO

«En España hay muy pocos actores»

El director José Carlos Plaza imparte en Valladolid un laboratorio de entrenamiento para intérpretes, en el espacio artístico 11 Filas

Víctor Vela

Valladolid

Sábado, 28 de enero 2023, 00:30

Entre las bambalinas del teatro, al otro lado de los focos, en los camerinos y las salas de ensayo, «no hay nada mágico, nada loco». ... Solo trabajo. Profesionalidad. Formación. Lo dice José Carlos Plaza (Madrid, 1943), uno de los directores más sólidos, reconocidos y premiados de la escena española. Pero cuando se levanta el telón, el teatro es «milagro».

Publicidad

Un milagro que a él le acompaña desde que era niño. «A los cinco años, mis padres me regalaron un teatrillo y luego se arrepintieron toda la vida. Hice Derecho para que estuvieron tranquilos, pero a los 16 años me metí en una escuela y no me he separado del teatro ni un ápice».

Este fin de semana, Plaza (que ha dirigido más de cien montajes, también de ópera) comparte su experiencia en un Laboratorio de Entrenamiento Actoral que tiene lugar en el espacio artístico 11 Filas, en la calle Alonso Berruguete de Valladolid. El director ha elegido tres textos clásicos ('Hamlet', 'La vida es sueño' y 'La casa de Bernarda Alba') como «pretexto y medio» para analizar los problemas que tienen los futuros actores y actrices, «y que suelen ser comunes entre todos los intérpretes de este país»

–¿Qué problemas?

–La identificación con el texto, entender lo que es una subordinada en vida, intentar no contar las escenas, sino hacerlas, escuchar... problemas típicos de la gente en un momento en el que la palabra está perdiendo importancia.

Publicidad

–¿En qué sentido?

–Ahora todo el mundo se comunica con guay, ok, qué marrón.

–Pulgares arriba en el whatsapp.

–O caritas que sonríen. Así que, cuando le pides a alguien que diga un pensamiento complejo, que exprese con palabras sus deseos... Hablamos con frases muy cortas, muy sintetizadas, muy banales. Y los actores, cuando tienen que enfrentarse a un texto más elaborado, lo tienen muy difícil.

–No todos valen para actores.

–Sí, si se estudia.

–¿El qué?

–Hay que formar el cuerpo, el conocimiento de tu propio yo y de la sociedad, alimentar tu cultura, saber psicología. Es una carrera dificilísima.

Publicidad

–Porque un buen actor es...

–Quien es capaz de conectar con su sociedad a través de la técnica. En ese sentido, hay muy pocos actores en España.

–¿Ah sí?

–Muy pocos.

–¿Decimos algún nombre?

–No.

–¿Puedo decir yo el de dos vallisoletanas? Concha Velasco, Lola Herrera.

–Dos actrices. Geniales. Con Concha he trabajado cien veces, muchas. Con Lola solo una nada más. Mi trabajo es acompañar a la actriz que, con todo su talento, construye su personaje, algo dificilísimo para que no sea falso, para que no se salga de su centro. Trabajar con Concha es trabajar con un animal poliédrico. Concha es la peor y la mejor persona del mundo. Es la más generosa, la más rácana, la más diva, la más humilde. Es un caleidoscopio de posibilidades. Ella lo tiene todo.

Publicidad

–¿Y Lola?

–Es la calidad humana. Cuando Lola aparece en un escenario o en un ensayo te toca el alma. Tiene una enorme capacidad de contacto, de conexión con el espectador. Es la persona más bondadosa, no en el sentido de que sea buena, sino porque emana luz.

–¿Qué tiene el teatro?

– El teatro es el encuentro de un ser humano con otro. En el escenario te ves reflejado en alguien que es como tú, que suda, que llora, que se duele, que tiene vida. Por eso el teatro está renaciendo a tope. La gente está deseando ver la verdad en el escenario, no en una pantalla. El teatro es esa catarsis que se produce cuando un mundo artístico penetra en un mundo, en principio, pasivo que es el del espectador. Y se da la interacción entre uno y otro. El hecho teatral es un acto de amor, vivo, que se produce una vez, que no se vuelve a repetir nunca más y que es un milagro.

Publicidad

–¿Es capaz de ver teatro con los ojos de un espectador inocente?

–No, es imposible. Ni los actores tampoco. Una vez que has entrado dentro de la técnica, del mundo interior del teatro, de los trucos... ya no lo ves como un ciudadano normal. Pero eso no impide que tú admires el trabajo. Hace poco he visto una obra que me he quedado maravillado. Se llama 'Los despiertos', del Teatro del Barrio. Es deslumbrador.

–¿Y la gente que no va al teatro?

–Es por desconocimiento. Siento pena por ellos. El teatro es una gran mentira y el espectador acepta que le engañen con una vida que sabe que es artística, artificial, pero que conecta con la suya. Y de ahí se sale transformado. En el teatro ves a unos seres humanos en funcionamiento, que hablan de algo importante en tu vida, aunque tal vez nunca te hubieras dado cuenta de ello.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad