Una 'ficción soñante' de su nieta que devuelve a la vida a Fernando Fernán Gómez y Emma Cohen

«La sensibilidad e inteligencia de Helena llevan el género documental a un lugar desconocido por nosotros hasta la fecha», admite Félix Tusell, responsable de la productora Estela Films. Tusell es, asimismo, nieto del fundador de la compañía que ahora dirige y que hace más de sesenta años financió la primera película importante de Fernán Gómez como director 'La vida por delante' (1958). «A veces imaginábamos la escena en que su abuelo y el mío se reunieron para poner en marcha aquel proyecto», explicó ayer. Abuelos reencarnados en sus nietos.

La película está plagada de ecos, resonancias y presencias inesperadas. La abuela sanguínea de Helena, María Dolores Pradera, que fuera mujer de Fernán Gómez, aparece en 'Viaje a alguna parte' en forma de canción. Pero en la película aparecen también Óscar Ladoire, José Sacristán, Verónica Forqué, Juan Diego, Nuria Gallardo y Tina Sanz, como actores que participan en la recreación de una obra teatral inédita de Emma Cohen. Pero es que, además, el televisivo Arturo Valls figura como coproductor de la película, a través de Pólvora Films. Valls estuvo también ayer presente en la presentación de la película.

Junto a los actores citados, Tristán Ulloa, que realiza una recreación alegórica y un tanto fantasmagórica de Fernán Gómez en la que Ulloa pone el gesto y el cuerpo mientras la magia de la tecnología permite adherirle la inconfundible voz del célebre actor, gracias a un complejísimo proceso de montaje sonoro y sincronización bucal. «No tenía conciencia de lo que estaba haciendo. Tuve que realizar un ejercicio de confianza ciega en Helena. Pero afortunadamente va sobrada de pasión, que es lo que yo más valoro en un director», explicó ayer el intérprete.

Por mucho que pueda sorprender, estamos ante una película repleta de efectos especiales, realizados por Sonsoles Aranguren. Efectos necesarios para incorporar las imágenes de películas, archivos visuales y demás elementos al escenario de la casa donde todo transcurre y los muertos vuelven a la vida. «Ha sido un proceso complejísimo y durísimo. Pero soy bastante terca e insistente», reconoció De Llanos, que no paró hasta lograr lo que buscaba. Su sonrisa ayer delataba que cree haberlo conseguido.

El exhaustivo trabajo de investigación documental, realizado durante los últimos cuatro años, le ha llevado a la realizadora a ver las casi 200 películas que su abuelo interpretó como actor, más las 26 que dirigió, así como series y programas de televisión, amén de escritos literarios y otros textos. Pero también la ha obligado a bucear en la trayectoria de Emma Cohen, mucho menos conocida, pero también muy abundante. El minucioso escrutinio de toda esta documentación nunca tuvo como objeto realizar un documental al uso. «Decidí que la imaginación sería mi guía», explica la directora. Y gracias a un trabajo detallado de visionado y minutado, fue posible «localizar cada frase que me da la réplica en las conversaciones que mantengo con Fernando y Emma». Un diálogo que rompe las barreras del tiempo.

Pese al carácter personal, ficcional y marcadamente libre de la aproximación, la obra no desdeña una pretensión reivindicativa de la figura de ambos artistas. «En contra de lo que pueda parecer, son dos grandes desconocidos para la sociedad española y son dos grandes iconos culturales», asegura Tristán Ulloa. El actor aseguró haber visto muchas películas suyas «pero al profundizar me he dado cuenta de que es mucho más los que desconocía».

Helena de Llanos inició el proceso de investigación estando todavía viva Emma Cohen, «que nunca quiso aparecer en la película porque pensaba que trataba de una nieta que iba en busca de su abuelo», explica la directora. «Pero en realidad siempre fue mucho más. Y cuando ella murió su presencia fue tomando cada vez más cuerpo. He sentido la necesidad de descubrírsela a los demás: su sabiduría, intuición e imaginación».

La investigación en los archivos ha desvelado también que tanto Emma como Fernando trabajaban y creaban con gran intensidad y que lo que vio la luz fue sólo una parte de lo que concibieron. Guardados en los cajones figuran guiones de películas no hechas, ideas para series de televisión, obras teatrales no representadas -como la de Emma Cohen que se recrea en la película- escritos incompletos, aventuras intelectuales, divagaciones. Una pequeña parte de todo eso vuelve a la vida en 'Viaje a alguna parte'.