La espalda del mundo: un regreso a Afganistán 17 años después
Phil Grabsky nos devuelve la sonrisa y la mirada limpia de Mir Hussain, quien ya protagonizó un documental premiado en Tiempo de Historia
Si a menudo nos hemos podido preguntar qué suerte corrieron los personajes que conocimos a través de películas documentales a lo largo de los años, ... en muy pocas ocasiones hemos tenido la oportunidad de averiguarlo. En el caso de Mir Hussain, la respuesta nos ha llegado diecisiete años después de que tuviéramos noticia de su existencia y su difícil vida junto a sus padres y hermanos en la cuevas afganas de Bamiyan.
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En la edición de 2004, Phil Grabsky obtenía el premio Tiempo de Historia de la Seminci por su excepcional película con la que registraba las vivencias cotidianas de un niño de ojos azules y sonrisa permanente que conquistó la pantalla con su sencillez y su alegría. Ahora nos visita de nuevo el realizador con un monumental y magnífico trabajo de seguimiento, una especie de 'Boyhood' rodado al límite, pues durante todos estos años ha visitado periódicamente a aquel muchacho para registrar su crecimiento personal y sus experiencias vitales de camino a la madurez en un país sometido a extremas dificultades.
'Mi infancia, mi país: 20 años en Afganistán' resume la vida de Mir desde sus años difíciles y, sin embargo, felices, como habitante en las cuevas junto a los Budas dinamitados por los talibanes antes de la invasión estadounidense. Grabsky y Sharifi nos invitan a conocer sus evoluciones en la escuela, que abandona para trabajar extrayendo y cargando carbón; algunas pinceladas de su adolescencia en los años de cooperación occidental, cuando la ayuda extranjera y la intervención militar podían invitar a suponer que la Afganistán presidida por Karzai recuperaría la normalidad democrática.
Pero pronto nos transmite Mir, ya casado y con dos hijos pequeños, la sensación de que el entorno rural no es seguro para su familia y emigrará hasta llegar a Kabul, donde aprenderá el oficio de cámara para una agencia de noticias extranjera. Aunque en precario, Hussain se gana la vida grabando tomas de declaraciones políticas y atentados hasta que se hace evidente el inevitable retorno de los talibanes al poder tras la negociación de la retirada de tropas estadounidenses al margen del gobierno legítimo afgano.
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La película sugiere un capítulo pendiente, si fuera posible que la ambiciosa producción de Grabsky contactara de nuevo con Mir, a quien ya consideramos parte de nuestra familia, para averiguar cómo sobrevive ahora que occidente le ha dado definitivamente la espalda a su mundo.
Pedro Speroni también nos ha mostrado su trabajo de observación en un módulo de máxima seguridad de una cárcel argentina. Su presencia testifica la relación de condenados por atracos y homicidios que normalizan su estancia en prisión gracias a unas reglas y jerarquías respetadas por todos ellos. 'Rancho' intenta transmitirnos la humanidad que esconden los muros de la cárcel y no disimula su respeto afectuoso.
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