Ver 19 fotos
The Cookers sirven un café para muy cafeteros en el arranque del Universijazz
El festival regresa en su XXIII edición a San Benito con el hard bop de la banda estadounidense
Tras el paréntesis que supuso el pasado año del Universijazz desde el patio del colegio San José, el Festival Internacional de Jazz de la Universidad ... de Valladolid regresa a su enclave habitual, el Patio de la Hospedería de San Benito, donde este martes arrancan cuatro veladas de jazz (a veces puro y a veces mestizo) para neófitos y melómanos recalcitrantes.
Para estos últimos fue, paradójicamente, el primero de los conciertos de este año, la propuesta de hard bop de The Cookers, que el conjunto estadounidense supo hacer más accesible en su concierto en vivo que en sus trabajos de estudio, más orientados a convencidos y entusiastas de esta corriente del género en particular, para un patio prácticamente lleno y con públicos de todas las edades y pelajes.
The Cookers, cuyo nombre procede de uno de los discos canónicos del jazz lanzado en la sonada evolución que experimentó en la década de los cincuenta ('The night of the cookers', de Freddie Hubbard y Lee Morgan), jugó así a moverse en la frontera entre la sofisticación del género y los últimos albores en los que aún podía considerarse un arte popular.
La banda, claramente escorada en la primera dirección, desarrolló con precisión casi matematica el devenir de toda melodía de jazz procedente de una big band moderna: establecimiento del tema base, diálogo melódico, momentos para lucimiento personal, y gran final con ecos de lo trazado hasta entonces. En ese sentido, ya desde su pieza inaugural, 'The mystery of Monifa Brown', se permitió brillar el enérgico saxo alto de Jesse Davis (presente en la 18 edición del Valladolid Jazz hace menos de dos años), pero también la trompeta de Jeremy Pelt (único instrumento en repetirse de la agrupación, junto al maestro de ceremonias David Weiss) o el piano de George Cables.
La más sombría 'Blackfoot', propia de la banda sonora de un thriller de los sesenta con el virtuoso Azar Lawrence al saxo tenor, o 'Peacemaker', entre otros, fueron algunos de los temas más aplaudidos de la noche. Fue en esta última precisamente donde destacó el rítmico bajo de Cecil McBee, tanto por los brillos que su reluciente caja reflejaba en el público con el juego de luces del escenario, como por un momento de arrebato en el que el músico, de edad ya provecta, cerca estuvo de perder el equilibrio, apabullado por el tamaño de su instrumento y bajo la embriaguez de su propio virtuosismo.
Homenaje a Hubbard
The Cookers rindió homenaje a continuación a su padre bautismal, Freddie Hubbard, con dos versiones de 'Lament for Booker' y de su clásico indiscutible 'The Core'. En la primera abundaron en la melancolía y los cachazudos fraseos del hard bop, con Pelt tomando el testigo del autor de 'Red Clay'. Con la segunda, por otra parte, se profundizó en la anarquía melódica y en el aparente desorden arrítmico característico de este estilo musical, donde resultó ampliamente aplaudido el colosal solo de batería de E. J. Strickland. Ambas piezas vinieron a evidenciar, pese a quien pese, el importante giro que experimentó el jazz en el momento histórico evocado
The Cookers dijeron adiós a Valladolid en el marco de su gira de despedida, con unos bises en los que volvieron, traviesamente, al principio: el tema final volvió a consistir en una de sus composiciones originales, 'Three Fall', incluida en su disco de 2014 'Tiime and time again'.
El XXIII Universijazz se extenderá hasta el 18 de julio con los conciertos en tándem de Blue Lou Marini y Lluís Colomá, el miércoles, Orlando «Maraca» Valle y Pancho Amat, el jueves, y la percusionista keniata Kasiva Mutua, el viernes.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión