Puentes sonoros de Celtas Cortos contra el distanciamiento social

'Cifu' se presentaba junto a sus compañeros de Celtas Cortos en el Auditorio de la Feria de Valladolid. Sin duda, palabras combativas cuya lectura literal sirve para plantar cara no solo al verdadero bicho, al del Covid, sino también a las cuestionadas restricciones preventivas en el ámbito del espectáculo. Fruto de todas estas circunstancias, solo 142 personas pudieron disfrutar anoche del concierto de Celtas Cortos en el Auditorio.Es decir, un 25% del aforo normal al estar en recinto cerrado.

En cualquier caso, lo cierto es que a falta de poder propiciarse abrazos, saltos y fiesta al fin y al cabo… Celtas Cortos sí lograron propiciar puentes y conexiones anímicas tan necesarias en estos momentos. Aunque fuera con distanciamiento social de por medio, los 'bichos' del patio de butacas y los del escenario celebraron una verdadera jornada de resistencia vital, profesional y cívica. Porque Señores Dirigentes: nuevamente los músicos y su público volvieron a demostrar que en un concierto se respetan las normas y además se propicia una verdadera terapia para el alma: la música. Todo suma.

Tal como anunciaron este verano, el grupo vallisoletano ha querido afrontar esta 'restrictiva' época con toda la banda al completo sobre el escenario, nada de formatos reducidos. De hecho, Celtas Cortos fueron siete músicos más uno, el invitado, que no fue otro que el querido Carlos Soto, miembro original de la banda que reapareció para tocar 'La Senda del Tiempo' y 'Siempre Tarde'. Sin duda, el de la reunión del flautista con sus antiguos compañeros de las Delicias fue uno de los momentos más emotivos y positivos de la noche.

Y es que de 'energía positiva' también fue la jornada. El último disco de Celtas Cortos se coló especialmente en la interpretación de 'Silencio' con un 'Cifu' destacando que «precisamente energía positiva es lo que necesitamos en estos momentos de vida tapiada».

Por lo demás, ¿qué seguir diciendo de 'Celtas' a estas alturas? Siguen siendo ellos mismos, siguen conectando, empatizando y estimulándonos en las 'malas' tanto como lo hicieron en las 'buenas'. Están ahí y están bien, como los 'retales de una vida' que ningún mal bicho nos podrá ni parar y ni mucho menos, intimidar.