Arteta convertirá el Zorrilla en un salón del XIX con sus 'Canciones viajeras'

La última vez que Valladolid aplaudió a Arteta fue en 2017 cuando vino con su programa 'La voz y el poeta', en torno al mundo lorquiano, y su pianista de confianza, Rubén Fernández Aguirre. La Arteta de entonces, vestida de Custo, era conocida por su carrera lírica. La Ainhoa de hoy ha pasado a ser un rostro casi familiar para buena parte de los telespectadores de TVE 1 gracias al programa 'Prodigios', de cuyo jurado forma parte. Grabado precisamente en el auditorio Miguel Delibes con la concurrencia de la OSCyL, Arteta ha pasado una semana de octubre en la ciudad del Pisuerga durante la grabación de la segunda temporada, que se emitirá el próximo mes de marzo.

Quizá el efecto televisivo haya pesado también en sus reiteradas apariciones en el papel couché, que ha seguido atentamente su cuarta boda, con un almirante de la Marina que, a la sazón, se ha convertido en su representante.

Veladas a media voz

La vida del XXI, sin embargo, se quedará en la tramoya del Zorrilla cuando la soprano desgrane las 'Canciones viajeras' escritas por Albéniz, Granados o Barbieri. Yel viaje será hacia un salón decimonónico, en el que cada melodía, cada letra, tenía su destinataria y esos compositores, de obras sinfónicas y operísticas, de repertorios mayúsculos, demostraban que también podían escribir para un susurro, para ser cantados sotto voce en una 'soirée'. Lorca y Fernando Obradors forman parte este recital también. Son melodías viajeras como lo fueron los compositores y Arteta propone un recorrido por las 'Baladas italianas', de Albéniz, dedicadas a la marquesa de Bolaños, a su vez italiana. Málaga, Granada, son otras paradas de un trayecto musical que termina en el Madrid de Barbieri, en la explanada de San Isidro, tan frecuentada en las zarzuelas.

Ainhoa Arteta, que comenzó en la ópera, reivindica para la canción española la misma categoría que el lied alemán. Acaba de encarnar una celebérrima Elisabetta en el segundo elenco del 'Don Carlo' que se estrenó en el Teatro Real.

La soprano, con tablas dramáticas, se transmuta en Isabel de Valois, ayudada de atrezzo y de ambientación. Sin embargo mañana defenderá sin red esa ramillete de canciones en lo que para ella es «algo intimista que creamos entre todos, pues el público me devuelve vibraciones».

En noviembre ha hecho en el Teatro de la Zarzuela 'Mirentxu', del vitoriano Jesús Guridi, una zarzuela que fue después ópera. Entre montaje lírico y recital, la tolosarra ha grabado su cuarto disco de versiones con el omnipresente Javier Limón en la producción. 'La otra orilla' es en el fondo un homenaje a las canciones de su madre, a los boleros, a las coplas de la infancia de Arteta. 'Quiéreme mucho', 'Volver, volver', 'María de la O', 'Ansiedad', 'El rosario de mi madre' o 'Piensa en mí' son algunos de los temas clásicos incluidos. La soprano volverá al Teatro Real con una 'Madama Butterfly'.