Valladolid
Ana Belén ofrece un concierto entre la nostalgia y la novedad en el DelibesLa cantante celebró San Pedro Regalado con Valladolid en el marco de su gira 'Más D Ana Tour'
El Auditorio Miguel Delibes ha acogido en esta jornada de San Pedro Regalado un concierto especial a cargo de Ana Belén, una cantante no ya ... representativa de toda una generación y de un momento histórico nacional concreto de nuestro país, sino también uno de los emblemas artísticos y culturales de España más justamente meritorios; ya sea en solitario o en compañía de otros coetáneos de la música, comenzando por su pareja, el asturiano Víctor Manuel. Ana Belén ha emocionado al Centro Cultural Miguel Delibes, lleno a rebosar en su sala sinfónica Jesús López Cobos, en un espectáculo que buscó explícitamente el equilibrio entre los temas nuevos y otros de los más reconocibles y coreables de su carrera.
Con 'Solo le pido a Dios' ya quiso demostrar Ana Belén el estado de gracia que le acompañaría durante todo el concierto en la sala. Sin olvidar los matices, texturas y riquezas que la caracterizan en su estilo y siguen junto a ella a lo largo de todos sus años de carrera, la cantante demostró a su vez que sabía dominar las magias de los directos, brindando a la vez una experiencia única y familiar, diferente y reconocible.
Tras 'Yo también nací en el 53' (equívoco título, pues la artista en realidad nació un par de años atrás), Ana Belén se dirigió a su público para agradecer la cálida acogida: «Es un placer volver a estar en Valladolid, y regresar además cantando», confesó. Y es que, si bien la cantante ha visitado nuestra ciudad como actriz el pasado año con motivo de la celebración de la gala de los premios Goya, no subía a un escenario de nuestra ciudad a entonar melodías desde hace seis años. «Esta noche, además de cantar el repertorio de toda la vida que conocéis bien, quiero dar a conocer alguna de las canciones de mi nuevo trabajo». El disco, bajo el título 'Vengo con los ojos nuevos', cuenta en su lista de temas con 'Que no hablen en mi nombre', que la artista compartió con el Delibes tras aludir a la guerra en Gaza y hacer suya una denuncia de ONU Mujeres: «Las guerras nunca son neutrales cuando se habla de género», deploró. «Mujeres y niñas palestinas se llevan la peor parte de la devastación, mientras tratan de salir adelante con esperanza y solidaridad», Unas palabras comprometidas y valientes que le valieron el sonoro aplauso de la concurrencia con el mismo entusiasmo que si hubiera abordado uno de sus temas más esperados.
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Con una orquesta muy beneficiada por las características acústicas de la sala, llegó el turno de 'Yo vengo a ofrecer mi corazón' o 'Si me nombras', con especial lucimiento de los instrumentos de viento y, muy especialmente, de los coros, logro especialmente encomiable cuando la voz a la que se acompaña es la de Ana Belén.
Italia en Valladolid
Se podía jugar, durante todo el concierto, a si el público esperaba el tema que acometería la artista o no, en función de los aplausos (y su temprana irrupción) en los primeros compases. Así se dio la bienvenida a las emotivas 'Vida' o 'Desde mi libertad', antes de dar a conocer otro tema nuevo; 'Cinecittà', que aborda una historia de amor en el contexto del glamour italiano de antaño y que sirvió de pasarela para 'Rayo de sol' y una novedad más; la animada 'Mala para mis huesos', escrita por Víctor Manuel.
Hubo hueco para versiones de Alaska y Michel Camilo en '¿Cómo pudiste hacerme esto a mí?' y 'La salida no es por ahí', respectivamente (esta última de nuevo con lucimiento en los vientos, a cargo del saxofonista Santiago Ibarretxe). La sentimental 'A la sombra de un león' y la emblemática 'Contamíname' abrieron camino a la última novedad de la noche; 'Vengo con los ojos nuevos', tema que da título al disco nuevo de Ana Belén y escrito, una vez más, por su pareja.
El resto del concierto fue ya un reencuentro con la nostalgia, el pasado y la juventud de todo el auditorio: se pudo disfrutar de 'Lía', la bellísima 'Peces de la ciudad' (escrita por Sabina y Pancho Varona), la versión de Billy Joel 'El hombre del piano' y el cambio de tercio 'Bachátame', para concluir con la coreada 'Derroche' y la revitalizada 'Agapimú', que conociera una saludable segunda viva desde la adaptación que la propia Ana Belén acometió durante la pandemia con los inclasificables Ojete Calor.
'La puerta de Alcalá' hubo de esperar a los bises, en los que Ana Belén se despidió de Valladolid junto a 'España camisa blanca de mi esperanza' y 'Balancê'.
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