Jaime Martín posaba ayer ante las puertas del Auditorio Miguel Delibes
Jaime Martín. Director principal invitado de la OSCyL

«La OSCyL se está tomando un respiro y ha encontrado una fórmula que le va bien»

El maestro cántabro dirige un programa del siglo XX con el vallisoletano Roberto González como concertino

Victoria Martín Niño

Viernes, 13 de junio 2014, 12:41

Acaba de anunciarse la próxima temporada y la continuidad de Jaime Martín como director principal invitado. El maestro cántabro dirige su último programa del curso con la Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) en el que se estrena el violinista Roberto González, músico vallisoletano en residencia, como concertino. También debuta con la OSCyL, que no en el Auditorio Miguel Delibes, la pianista Judith Jáuregui.

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Precisamente en torno a su elección de concierto, el de piano de Gershwin, se articula un programa del siglo XX que en sus tres piezas engancha con lo popular, con el sonido de la calle. «Todos conocemos Rapsody in blue de Gershwin, pero no tanto este concierto (encargo de 1925). Es una obra típica de él, parece que estemos en Broadway, es música cercana, bien escrita, con melodías muy musicales», explica Martín. Decidido el concierto, apostó por un estreno en España, tres danzas de la ópera Powder her face, de Thomas Ades. «Es un compositor británico de gran proyección internacional. También usa un lenguaje de musical, pero contemporáneo. Nos lleva al sonido big band en descomposición». Reconoce que las obras elegidas suponen un «reto intelectual para los músicos, son difíciles, intensas, pero eso a los músicos nos motiva, nos gusta». Y para completar, Petruska de Stravinsky, «difícil también pero que suele ser un placer para los intérpretes. Fue la música de un ballet, pero escrita a partir de partituras que Stravinsky tenía para un concierto de piano. De ahí el protagonismo de este instrumento, al que pondremos en el centro de la orquesta».

Música programática en los tres casos. Ades basó aquella ópera de 1995, que se le conoce popularmente como la ópera de la felación en Gran Bretaña, en la historia de la Duquesa de Argyll, la duquesa sucia, una noble cuyo divorcio en 1963 fue seguido de las revelaciones de su exesposo sobre las infidelidades de la noble. Lenguaje explícito para contar el triste final de la duquesa, que murió arruinada en todos los sentidos. «Hay muchos compositores que acaban pidiendo la valoración estética de su obra al margen de la historia de la que parten. Le pasó a Berlioz, a Mahler y a los citado aquí».

Martín, director titular de la Orquesta de Gävle está a punto de terminar su primera temporada (de las cuatro que firmó) y ya ha recibido una oferta para ampliar tres años más. «Estamos preparando la segunda y la tercera temporada, incluso algo de la cuarta y han visto que se nos echa el tiempo encima, creo que esa es la razón. Hay giras, grabaciones, lo que queremos hacer necesita un plazo más largo. Es bueno tener un tiempo largo con una orquesta para poder desarrollar lo que quieres. Aún no he contestado, pero todo indica que diré que sí». Preguntado por la diferencia en la concepción de la planificación en España respecto a estos países, Martín es optimista. «Las orquestas deben ajustarse a la situación económica y social del país. Creo que en el caso de la OSCyL va bien, se acaba de presentar una gran temporada en la que hay equilibrio entre consagrados y jóvenes». Tampoco a la falta de titularidad le da demasiada importancia, «la orquesta se está tomando un respiro y ha encontrado una fórmula que de momento le va bien. Hay muchas maneras de hacerlo».

Director del Festival Internacional de Santander, allí recibirá a la OSCyL este verano. «Quiero que el público de Santander, que es un poco elitista, conozca las grandes orquestas que hay en España, que no se dejen impresionar solo por los grandes nombres internacionales. Este verano irá la OSCyL, que escuchen a una orquesta de tanto nivel y tan cercana, y la de Bilbao. Y para que se quiten prejuicios, les he puesto al frente una gran figura internacional en el podio, Eliahu Inbal, a ver si así se dan cuenta. Si un gran director acepta trabajar con una orquesta española así es porque es buena para él».

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No conoce a Andrew Gourlay, pero sí a quien viene a sustituir, a Vasily Petrenko. «Dirigí hace poco a la orquesta de la que es titular, la de Liverpool. Es un director muy conocido fuera y da buenas referencias de la OSCyL por donde pasa».

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