Lo que casi nadie rechazó
Mis horas con Delibes ·
«El señor Lara le había ofrecido en más de una ocasión el Planeta y que él había rechazado la oferta»Pero Miguel Delibes, sí. Sigo hablando de oscuras proposiciones, como las que ya apunté en mi crónica anterior, que Miguel Delibes se negó a aceptar ... , mientras otros personajes públicos, léase incluso escritores, no lo hicieron y claudicaron. Me estoy refiriendo, por ejemplo, a la aceptación del prestigioso Premio Planeta. No, perdón, el sustancioso premio Planeta he querido decir.
No podía clausurar estas «mis horas con Delibes», a punto ya de su punto final en octubre, sin referirme más en extenso –ya dejé apuntado algo en mi «hora» del 12 de enero– al 'affaire' Planeta.
Fue un asunto que provocó un notable revuelo mediático. Revuelo a causa de una inoportuna coincidencia. Miguel Delibes había viajado a París, acompañado por varios hijos y allegados –yo entre ellos– para asistir al estreno, el 17 de octubre de 1994, de 'La guerre promise', versión teatral francesa de 'Las guerras de nuestros antepasados'.
El Planeta, para Cela
Y hete aquí que la víspera del estreno, se falla en Barcelona el Premio Planeta, que recae, nada más y nada menos, que en el Premio Nobel Camilo José Cela.
Y en la concurrida rueda de prensa previa al estreno teatral, los periodistas y corresponsales españoles en París preguntan más a Delibes por el premio que por el inminente estreno en un escenario del barrio Latino.
Y Miguel Delibes contesta lo que ya había repetido más de una vez, que, en su opinión, los premios literarios deberían dedicarse a descubrir valores literarios nuevos, y no a vender más libros de un novelista ya afamado y consagrado.
Y añadió como coletilla que a él el señor Lara le había ofrecido en más de una ocasión el Planeta y que él había rechazado la oferta.
¡La que se armó! La mayoría de los periódicos españoles titularon sus crónicas con las opiniones de Delibes sobre los procedimientos del Premio Planeta, antes que con la noticia del estreno teatral.
Y sorpresa descomunal cuando dos días después regresamos a España y nos encontramos con la polémica al rojo vivo. Hasta el propio José Manuel Lara, presidente de Editorial Planeta, salió a la palestra asegurando que, efectivamente, él había invitado «varias veces al señor Delibes a presentarse al Premio, como lo hago con escritores de prestigio y de actualidad literaria, pero de ahí a asegurarle que lo iba a ganar...».
Pero es el caso que no pocos de esos «escritores de prestigio y actualidad literaria» solían aceptar la oferta y solían casi siempre –si no siempre– ganar luego el galardón, léase Vargas Llosa, léase Cela y unos cuantos nombres más.
Pierden los noveles
El novelista vallisoletano se vio incluso obligado a puntualizar en prensa: «No en una ocasión, sino con periódica reiteración, ha venido el señor Lara a Valladolid a ofrecerme el premio, con el argumento de que todos saldríamos ganando con mi aceptación: él, yo, el premio y la literatura. Solamente cuando le dije que habría un perdedor, el muchacho o la muchacha que habían pasado varios años escribiendo una novela con la intención y la aspiración de ganar el premio, pareció quedar un poco desconcertado».
Podría traer a colación alguna que otra proposición más, como las de mi crónica del pasado domingo o esta de hoy, que no podía echar en olvido, pero prefiero cerrar mi «hora» como lo hice hace siete días: ése era Delibes, ése es Delibes.
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