Sobre Miguel Delibes: de raras proposiciones
Cuando nos reuníamos para nuestras habituales tertulias itinerantes, era de lo primero que me hablaba: ¿Sabes qué me acaban de proponer? ¿Qué acaban de ofrecerme?
A Miguel solía divertirle no poco contarme las raras, las peregrinas, las a veces turbias propuestas o proposiciones que recibía con alguna frecuencia, telefónicas o ... por correo, de una y otra procedencia.
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Es más: cuando nos reuníamos para nuestras habituales tertulias itinerantes, era de lo primero que me hablaba: ¿Sabes qué me acaban de proponer? ¿Qué acaban de ofrecerme?
Voy a permitirme recordar, con el beneplácito de mis lectores de estas 'horas' dominicales, algunos de estos requerimientos, siempre o casi siempre rechazados por Delibes:
– Escucha lo que acaban de proponerme de una bodega castellana. Me mandan un dossier deslumbrante con la siguiente ocurrencia: cada año, a la mejor remesa de vino de Castilla y León se le dará el nombre de «Miguel Delibes». ¿Qué te parece?
– ¡Para subírsete a la cabeza! –bromeo.
– Pues calibra este otro despropósito: he recibido una carta (fechada en enero de 2004), de una enigmática empresa denominada Arte y Naturaleza, pidiéndome un artículo de dos folios, por los que me van a pagar 60.000 euros... Pero escucha, escucha, además me imponen el tema. ¡Tengo que escribir sobre Santiago Bernabéu! ¡Dos folios, sesenta líneas, sobre el señor Benabéu y una retribución de 60.000 euros, a 1.000 euros por línea! Para animarme y tentarme me aportan una serie de nombres de escritores que han aceptado la oferta. Pues yo no –les he contestado–; que hace mucho que no escribo y menos sobre un señor que no conozco de nada, como igualmente desconozco la empresa o publicación que auspicia este proyecto ni tampoco la finalidad de mi escrito.
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Un asunto turbio, como mínimo.
Homenaje televisivo
En esta otra proposición no había intereses turbios, por descontado, pero sí... desmesurados, según el novelista.
Fue en 1990 y Miguel me cuenta que le han llamado de televisión, de un programa dirigido por Jesús Hermida y titulado «A mi manera», para rendirle un homenaje ante las cámaras con ocasión de su septuagésimo cumpleaños.
– Verás: pedí que me enviasen a casa la grabación del anterior «homenaje» y, si ya tenía pocas ganas, ver aquello me disuadió por completo. ¡Qué horror! El agasajado era el tenor José Carreras, y no veas tú lo que era verle en medio de un corro y coro de panegiristas, sonriendo como un lelo ante un diluvio de elogios y ditirambos. Llamé de inmediato a la secretaria de Hermida y le dije que no, que declinaba tal homenaje público. «Pues no sé cómo va a reaccionar don Jesús», oí que susurraba la pobre chica.
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Y más televisión: También en 1990, en mayo para ser exactos, recibe Delibes la propuesta de Televisión Española de publicar, en formato libro, sus apariciones y palabras pronunciadas ante las cámaras. La intención no es otra que «rescatar en letra impresa las intervenciones de las personas de prestigio intelectual de nuestra patria (sic) hechas en TVE (...)»
Delibes me lo cuenta y me lee su respuesta a vuelta de correo: «Me sorprende la propuesta y no estoy en absoluto de acuerdo con ella (...) Las palabras tienen su momento y su contexto y si se las saca de ellos quedan lacias, imprecisas, reiterativas y muchas veces tontas. Desamparadas de la imagen o del entrevistador acuciándonos no son más que banalidades. Por otra parte, no comparto la filosofía de materializarlo todo, de poner precio a cosas que no se hicieron para ser vendidas».
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Un testimonio más de la resistencia de Miguel Delibes a plegarse a modas y procederes al uso. Ése era Delibes. Ése es Delibes.
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