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Marwán posa en un céntrico hotel madrileño. Pablo Cobos
Marwán: «Trato de no caer en el panfleto, por eso hago menos canción social»

Marwán: «Trato de no caer en el panfleto, por eso hago menos canción social»

Acaba de publicar su último poemario, 'Una mujer en la garganta', en el que reivindica su libertad literaria

Iker Cortés

Madrid

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Viernes, 16 de abril 2021, 00:07

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Tras sumar más de 200.000 ejemplares vendidos con sus tres libros anteriores, el poeta y cantautor Marwán (Madrid, 1979) vuelve a la carga con 'Una mujer en la garganta' (Planeta), un poemario en el que vuelve a reivindicar su libertad poética, al tiempo que canta al amor y el desamor y defiende el derecho de la juventud a la rebeldía.

-Dice que su cuarto libro es el más rebelde. Con los años, ¿uno no se domestica un poco, no se apacigua?

-Sí, totalmente, pero lo cierto es que yo he tenido que rebelarme contra mí mismo por esa autodomesticación a la que me he sometido y a la que generalmente te lleva la edad.

-En los poemas 'El apátrida' o 'Veo saltar poetas por los aires' carga contra quienes entienden la poesía como una cuestión de reglas y normas. ¿Le molestan mucho esas críticas?

-Pues todo depende. A veces no me molestan absolutamente nada y otras, si son bastante próximas en el tiempo, si me vuelvo permeable a ellas y me afectan y me emponzoño, claro que sí.

-¿Se puede hacer algo para rebatirlas?

-Puedes debatir con las personas. A veces llegas a puntos en común y otras veces he discutido. Otras me lo he tragado y otras lo proyecto en poemas; me gusta hacerlo así.

-O sea que, de vez en cuando, se muerde la lengua.

-Sí, a veces sí. Uno no puede soltar todo lo que se le pasa por la cabeza porque tenemos sentimientos muy rabiosos que pueden dañar a las personas y es mejor gestionarlo por la cuenta de uno y ya está. Pero también me doy el derecho de defenderme.

-Da la sensación de que para escribir mucho de lo que cuenta en 'Una mujer en la garganta', uno ha tenido que vivir muchos amores o amores muy intensos. ¿Es muy enamoradizo?

-Llevo muchos años en pareja, pero sí, siempre he sido muy enamoradizo y siempre he tendido a vivir con exageración las emociones, tanto las buenas como las que no consideraba tan buenas. Siempre he sido muy intenso, la verdad.

-¿Y prefiere escribir enamorado o roto por el desamor? ¿Qué da más juego?

-La tristeza siempre es un poco más fotogénica que la alegría. Hay muchas más canciones de desamor que de amor porque cuando uno está feliz, se dedica a vivir y no se hace preguntas y cuando uno está triste, escribe y escribir es una forma de hacerse preguntas y de tratar de buscar respuestas. En esa tristeza estás agarrando a la vida por las solapas y pidiéndole una explicación y eso muchas veces acaba siendo un poema o una canción. Siempre me ha resultado un poco más fácil escribir desde el desamor porque uno necesita liberar unas cosas. Cuando estás enamorado el sentimiento de haber llegado a un lugar está y cuando estás desenamorado tienes el sentimiento de haber llegado a un lugar en donde no le gusta estar (ríe).

-¿Hay cura para el desamor?

-Sí, en la vida todo se pasa, todo son estados transitorios. El amor también tiene cura (ríe).

-¿Le han dejado o ha dejado más? ¿Qué es más difícil?

-Me han dejado más, en general. Y creo que es más sencillo dejar, pero también duele dejar porque muchas veces dejas a personas a las que quieres y siempre nos fijamos muchos en que la víctima es quien es abandonado, como es normal, pero lo cierto es que es duro dejar a una persona y de esto no se habla mucho ni en las canciones ni en los poemas.

-El poema dedicado a la covid-19 reivindica el derecho de los jóvenes a rebeldía y la rabia tras haber batallado esa guerra que nuestros abuelos decían que debíamos haber pasado. ¿Por qué se da siempre esa condescendencia intergeneracional?

-Todos nos acabamos volviendo unos pollaviejas, que es una maravilla de expresión (ríe). Ya dejando las risas, ese poema es una bronca generacional. No sé por qué todos dejamos de comprender a los jóvenes. Nos sentíamos nosotros incomprendidos en su momento, nuestros padres también por sus mayores y nosotros ahora no comprendemos muchas veces a nuestros jóvenes. Dicho esto, ese poema no es para defender la inconsciencia de algunos jóvenes durante esta pandemia, que también la entiendo: imagina tener 18 años durante esta pandemia, con las hormonas disparadas, y tener que cumplir las restricciones. No tiene que ser fácil, pero creo que tenemos que ser lo más responsables posibles. Es verdad que éramos una generación que no había sufrido ninguna guerra ni nada muy duro quitando la crisis de 2008, que ha dejado en la estacada a millones de familias españolas y a los jóvenes en una situación de precariedad de cara a su futuro muy grande. Pero esto nos ha puesto contra las cuerdas y nos lo ha hecho pasar verdaderamente mal.

Marwán, durante la entrevista. Pablo Cobos
Imagen principal - Marwán, durante la entrevista.
Imagen secundaria 1 - Marwán, durante la entrevista.
Imagen secundaria 2 - Marwán, durante la entrevista.

-¿Lucha mucho por no volverse un pollavieja?

-Sí, trato de entender a los jóvenes y de escuchar las nuevas tendencias. Hay cosas que no las entiendo y hago el esfuerzo por entenderlas. Una de las cosas que me está ayudando mucho y que me encanta es el 'free style', las batallas de gallos. Yo me veo entre el público con mis 42 años y estoy rodeado de chicos de 28, 18 o 14 y ahí veo un mundo en el que hablan de muchas cosas con las que me siento identificado, muchas cosas que me divierten porque me encanta el ingenio, pero también veo que hablan de cosas como los videojuegos de las que yo no tengo ni idea. A veces me sorprende mucho lo preparados que vienen muchos de ellos.

-¿Qué diría a los políticos que están gestionando esta crisis?

-Hablaría de mi sector, que es el de la cultura, un sector en el que seguimos muy abandonados y en el que se ha tardado en tomar decisiones y las decisiones han sido súper tibias y les diría que trabajemos por aplicar de una vez un estatuto del artista como en tantos y tantos países para proteger un gremio del que viven millones de personas.

-El gremio, además, ha sido uno de los más solidarios durante la crisis, pero luego no se ha visto esa correlación en la clase política.

-Esto ha sido así siempre. Siempre hemos estado allí donde se nos necesita, en concreto los cantautores como yo, y lo cierto es que ellos nunca han estado cuando les hemos necesitado. Eso está ahí y es una mancha en el haber del mundo político de no atender las necesidades del mundo artístico. Estamos muy desatendidos y muy maltratados.

-¿Necesitamos más poetas y creadores en el Gobierno o para gobernar es mejor ser más prosaico?

-Creo que de todo un poco. No hay que optar por una cosa o la otra. Hay que tener una visión más idealista pero también una visión prosaica porque el mundo en el que nos movemos el idealismo puede resultar un poco utópico. No sé si hacen falta más artistas o más gente con sensibilidad ante determinadas causas que luche hasta el final por ellas. Lo cierto es que el capitalismo y este mundo neoliberal empapa todas las esferas y todos los estamentos y vivimos en un mundo en el que los principales problemas de la humanidad no están en la agenda de los políticos: la precariedad laboral, las guerras, las hambrunas, el cambio climático, las armas nucleares, la grandísima desigualdad entre países y entre las personas, la lucha de clases. Yo creo que esos problemas no se abordan y estamos demasiado orientados hacia la economía. Por suerte tenemos una ministra de Trabajo que me parece sobresaliente y que está luchando todo lo posible para solucionar los problemas de trabajo de la gente. Ojalá sea algún día presidenta de Gobierno, aunque es muy difícil. Pero, en general, en el 85% de las ocasiones el debate político suele ser un debate bastante pueril.

-En el libro hay mucha crítica social y, a menudo, con fina ironía y humor. ¿Es más fácil así?

-Sí, yo creo que sí. Trato de no caer mucho en el panfleto. Mira, no hago tanta canción social, por ejemplo, porque a veces no sé dónde colocar la cámara para que quede fino y no se convierta en un panfleto. Yo creo que muchos podemos pensar lo mismo pero hay que contarlo de modo que sea sorprendente para los ojos del lector o para los oídos del oyente y creo que la ironía es un arma maravillosa.

-Y cuando escribe poemas, ¿ve letras de sus canciones o es un proceso distinto?

-Son procesos un poco diferentes. En mi último disco libro hice primero canciones y luego poemas en torno a las canciones y lo cierto es qu,e hablando de lo mismo, los abordo de forma diferente, colocando esa cámara de la que hablaba en otros lugares y expresándome de forma distinta. En la poesía retuerzo un poco más el lenguaje o me permito más aforismos y largas reflexiones y las canciones son formatos más limitados en duración y en tratar de encajar una melodía en el mismo espacio y no te puedes poner muy reflexivo porque pierdes musicalidad.

Marwán posa tras la sesión de fotos.
Marwán posa tras la sesión de fotos. PAblo Cobos

-Las canciones están sujetas a más reglas. ¿Se siente menos libre?

-Bueno, depende. Borges decía que escribir sonetos le daba mucha libertad porque en el fondo las reglas te dan un marco que te ayudan. A mí a veces me ayudan y a veces no.

-La corrección política, ¿amenaza la creación poética?

-Totalmente. También soy consciente de que tiene que haber cierto respeto hacia las personas, pero creo que debe existir el derecho a ofender y creo que no debe existir el derecho a ofender gratuitamente. Creo que tenemos que jugar.

-¿Qué opina de un caso como el de Pablo Hasél?

-En general no estoy muy de acuerdo con muchas de las cosas que dice porque se pone a defender terroristas y eso me echa totalmente para atrás pero también sé que denuncia otras cosas que son necesarias. Me parece muy mal que esté en la cárcel. Creo que si alguien hace apología del terrorismo en una obra de arte, hay otros medios antes que meterle en la cárcel. A lo mejor hacer trabajos sociales. No lo sé, tampoco me llega la inteligencia para decidir porque no soy juez, pero me parece muy mal que se encarcele a un artista, aunque no esté de acuerdo con muchas de las cosas que dice.

-Dedica un poema a Joaquín Sabina, ¿para cuándo el Cervantes para el jiennense? ¿Lo ve posible?

-Lo veo totalmente posible. Y no solo eso, creo que no hay premio más merecido en la literatura española. La canción de autor es un género literario y creo que Sabina es un escritor de canciones, escritor al fin y al cabo. Es uno de los artistas más importantes de la historia de España. Su obra ha acompañado a tres o cuatro generaciones, contándoles su vida y la de España de un modo totalmente exquisito.

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