«Las imágenes que publico no salen del texto sino de mis cuadernos»
El dibujante Pablo Amargo propuso a sus alumnos crear un libreto de un disco en IustraTour
Victoria M. Niño
Sábado, 12 de julio 2014, 12:54
Desde pequeño lo tuvo claro, él quería dibujar. Le extrañó cuando sus hermanos y sus amigos dejaron de hacerlo. Pablo Amargo (Oviedo, 1971) lo convirtió en su trabajo, en su forma de mirar el mundo y le ha ido muy bien. Ilustra libros, hace carteles, portadas y muchos trabajos para la prensa de Estados Unidos.
Esta semana ha embarcado a sus alumnos de IlustraTour en el taller Single, que alude al trabajo que les encargó: crear el libreto de un disco, con total libertad de formato y material. La única condición, que cupiera en la caja de un cd. «Single también define el carácter individual y solitario de este trabajo. Tomamos decisiones a cada momento y ellas van trazando el camino que toma el trabajo y la carrera».
El empeño de Pablo es potenciar la creatividad de los alumnos. «El objetivo último es ilustrar, no tanto reflejar la música que va dentro como la interpretación del ilustrador de esas letras y esas músicas». Yel proceso, una revisión continua de las decisiones. «Algunos parten de un error y frenan para tomar otro camino, otros quieren seguir a partir del error. Los hay que tienen una idea certera desde el comienzo». De la composición habla con una alumna, la muestra cómo lograr que la atención se fije más en lo que quiere contar, le recuerda las dos dimensiones del dibujo aunque se busque el espejismo de tercera. «Si no, fíjate en los medievales, eran grandes compositores de imagen, plantean el alto y el ancho y después ordenan sus elementos».
Pablo estudió Bellas Artes en Salamanca. «Cuando estaba allí, la ilustración era media asignatura de un curso compartida con la fotografía. En cambio ahora ha adquirido mucha importancia. En estos cursos y talleres me doy cuenta de que ya no viene solo gente de Bellas Artes sino que interesan a profesionales de la publicidad, del diseño, muchos curiosos, además de los vocacionales de siempre claro». Su paso por la facultad le sirvió más que como aprendizaje técnico, como «enfoque de la imágenes. Al principio me dejaba llevar por mi gusto, luego hay más elementos de juicio. Eso me obliga a reflexionar todos los días sobre lo que hago. No hay ni una sola imagen que no esté justificada, me refiero para mí». Dibuja y piensa en cuadernos a los que vuelve cuando se plantea cada trabajo. «Todas las imágenes que publico salen de esos cuadernos, no del texto. Voy allí y escojo. Nunca tengo la sensación de plegarme al texto. No ilumino a la manera clásica sino mi escritura dibujada dialoga con la escrita».
Las cuatro t
Muchos de esos textos son ensayísticos y periodísticos. Colabora con diarios españoles y también estadounidenses. «Aunque es un tópico allí son muy profesionales, siempre hay un editor de arte que te pide tres bocetos y él elige. En el correo en el que te hacen la petición están claras las cuatro t: tiempo, tamaño, tema y tarifa. En España esa última suele faltar».
Considera que su procedencia del papel le marca, pero no por ello desdeña los nuevos formatos. Está metido en un libro digital de un autor «conocido a nivel mundial» pero no puede decir más. Cada vez le cuesta más dibujar para niños. «Intento hacer ilustración de mi tiempo, en el sentido histórico y en el personal. Siempre me ha resultado extraño un adulto intentado dibujar el recuerdo distorsionado de su infancia». A pesar de ello atesora una larga lista de premios. Su álbum Casualidad (Barbara Fiore Editora) fue galardonado en Corea, Estados Unidos, Finlandia, Portugal y España. Vuelve a atender la música y a sus alumnos. Hay que corregir libretos.
A por la octava y creciendo
La séptima edición de IlustraTour terminó con más público, más talleres y más iniciativas. El Patio Herreriano acogió diez talleres. Veteranos como Max, Ballester, Konstantinov, Bloch, Rotraut y Komagata coincidieron con la generación de ilustradores experimentados que les sigue Da Loba, Amargo y jóvenes brillantes como Ricardo Cavolo y Alex Mathers. La ganadora del concurso del PatoPollo de IlustraTour 2015 es Teresa Bellón. Los diseños de los alumnos elegidos para el proyecto de alfombras de C. Haughton son los de Cinta Villalobos y Sandra Amargo. El concurso Plum Pudding lo ganó Clara Gonsalvez y fueron finalistas Brenda Figueroa y Esther Burgueño.
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