El homenaje de Arroyo-Stephens a México y Chavela Vargas
El escritor publica en Acantilado un libro de recuerdos «que no son simplemente memorias2
'Mexicana' es el homenaje que Arroyo-Stephens rinde a México, país al que viajó con frecuencia por obligaciones laborales y, uno imagina, también por ... cercanía en los gustos y las pasiones. Arroyo-Stephens fue un personaje singular en la sociedad española de la segunda mitad del siglo XX; alguien que fundó una editorial, abrió una tienda de libros en otros idiomas, fundamentalmente inglés, y fue apoderado de Rafael de Paula. A él le debemos el interés renacido por Chavela Vargas en España, que se sustanció en una gira por España y en que sus canciones aparecieran en alguna película de Pedro Almodóvar.
A ello se le añaden algunos libros publicados sin ruido ni énfasis, al menos sin más ruido que el necesario, pues es cierto que han sido reseñados en bastantes suplementos y revistas culturales y siempre han sido elogiados. Su discreta presencia contribuyó a que la cultura española fuera más rica y menos sectaria. El panfleto 'Contra los franceses' es una lectura fundamental para aquellos jóvenes que aún están en plena formación estética. Les ayudará a moldear una voz alejada de la cursilería y la pomposa retórica que ahoga tanto ensayo de estos tiempos.
Ya he dicho que 'Mexicana' es un homenaje a un país en el que, por lo leído, se encontraba muy a gusto, aunque esto no elimine algunos momentos extraños, como el que abre el libro, el relato de unos días en compañía del Barón (que acumulaba otros nombres), una narración que se enreda en momentos no se sabe si disparatados o extravagantes, que pretende dar una idea de lo que, en cierto sentido, puede ser el país.
Viene luego el recuento de las vicisitudes por las que pasó para contratar a Chavela Vargas y traerla a España, con la sorpresa feliz de que logró un éxito que, probablemente, ni el escritor, entonces representante, ni la cantante pudieron haber imaginado nunca. Fue aquella fama un vendaval, pues como llegó se fue, dejando, sí, un rescoldo pero poco más. 'Era de noche ese día' es más una estampa que un relato, la historia de unos días en Puerto Escondido. 'Delante de mi casa' es, quizás, el relato más armado, en el que lo autobiográfico logra una mayor concreción imaginativa, y 'Han pasado pocas horas', el más lirico y quizás por esa razón cierre el libro.
Estos recuerdos no son simplemente unas memorias. Hay un trabajo serio para convertirlos en literatura, una escritura que es ficción en un sentido amplio, pues llevan lo vivido al terreno de lo imaginado. Entre ellas, un lenguaje elegante, austero y pegado a la necesidad narrativa de las historias y donde los mexicanismos aparecen de vez en cuando para recordar dónde transcurren las historias sin caer en ningún caso en el pintoresquismo castizo.
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