El genio que quería divertirse
Libros ·
Mágico González, el futbolista salvadoreño que jugó en el Cádiz y el Pucela, ya tiene su propia novelacristóbal villalobos
Jueves, 3 de octubre 2019
Juan Carlos, lateral derecho del Real Valladolid a mediados de los ochenta, recuerda como Mágico González le descubrió la noche vallisoletana, sitios y gentes que ... no podía imaginarse que pudiesen existir en la ciudad. Jorge, 'Mágico', González fue cedido al equipo de Pucela durante el parón invernal de la temporada 84-85, cuando el presidente del Cádiz, que lo había fichado tras destacar en el Mundial de España 1982, se hartó de que no se presentase a los entrenamientos, y de tener que perseguirlo por los garitos de la ciudad a altas horas de la madrugada.
En Valladolid, a pesar de que el invierno castellano le parecía Siberia, jugó diez partidos y marcó tres goles. Un jugador que dormía mientras el resto entrenaba, pero que podía recorrer todo el José Zorrilla, pasillos y recovecos incluidos, sin dejar de darle pataditas a un balón, o haciendo malabares con una naranja, y que deslumbraba al respetable en el momento más inesperado. Un Curro Romero del fútbol, cuyos destellos justificaban el precio de la entrada.
El napolitano Marco Marsullo, columnista de El Corriere del Mezzogiorno, es el autor de 'Mágico González. El genio que quería divertirse', una deliciosa novela breve en la que aborda la vida de Mágico tras publicar en Italia varias novelas, una de ellas también con el balompié como telón de fondo: 'Atlético Minaccia Football Club' (2013).
La obra, editada por el joven sello Altamarea, especializado en traer joyas publicadas en el país transalpino, mezcla la historia real del futbolista con las reflexiones que el autor pone en boca del fabuloso delantero, del que Maradona llegó a decir que era el único jugador mejor que él. Mágico desaprovechó su talento porque, recuerda el libro lo que son sus propias palabras, él jugaba para divertirse.
Fue así como no se presentó en París cuando su fichaje estaba acordado con el París Saint-Germain, y se fue a Cádiz, donde se convirtió en un mito jugando en el Carranza entre 1982 y 1991, con el paréntesis antes mencionado de su estancia en Valladolid. Su simbiosis con la ciudad andaluza, donde llevó una vida de bohemio amante del flamenco, del pescaíto frito y de la fiesta, es el leitmotiv de esta novela, que va dando saltos en unos capítulos breves y fáciles de leer entre la Cádiz de los ochenta y la ciudad actual de San Salvador, donde Mágico es un taxista-filósofo que sigue viviendo la vida a su manera. Un mito del que se han escrito libros y rodado documentales, y que ahora tiene su propia novela. Un bohemio impredecible que hacía magia con el balón al igual que su amigo, José Monge Cruz, «Camarón», la hacía con la garganta.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión