Un camino extenuante hasta llegar al Palacio Butrón
Quince años y una decena de propuestas, desde Villa Julia a Santa Catalina, ha costado la ubicación definitiva de la Casa Delibes
Aunque las primeras noticias sobre la Casa Delibes vieron la luz en 2018, debido sin duda a la proximidad del centenario del nacimiento del escritor, ... ya desde el momento mismo de su fallecimiento, en marzo de 2010, Junta de Castilla y León, Ayuntamiento y Diputación de Valladolid transmitieron a la familia su voluntad de crear una Fundación y una Casa-Museo (hoy ya solo Casa) para conservar y difundir su legado. Como recordaba el pasado mes de marzo Germán Delibes, durante la primera reunión, celebrada tres días después del masivo funeral en la catedral, el entonces alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, transmitió a los Delibes su voluntad de aprovechar el proyecto de soterramiento del ferrocarril para convertir el intercambiador de las locomotoras de la estación en la biblioteca municipal de Valladolid, que llevaría el nombre de Miguel Delibes, y destinar la casa de ladrillo donde dormían los maquinistas a sede de la Fundación y Casa-Museo. Pero, como es bien sabido, la crisis económica y financiera lo frenó todo en seco, empezando por el soterramiento. Un año después, en marzo de 2011, se creaba la Fundación Miguel Delibes con el objetivo de conservar el legado material del escritor y difundir, en la medida de lo posible, sus valores literarios y humanos.
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El cambio de gobierno municipal tras las elecciones de 2015, con los socialistas Óscar Puente en la alcaldía y Ana Redondo en la concejalía de Cultura, reactivó el proyecto. Con la vista puesta en octubre de 2020, centenario del nacimiento del escritor, a principios de 2018 se publicaron los primeros resultados de unas negociaciones iniciadas por el Ayuntamiento el año anterior: se trataba de albergar la Casa-Museo Delibes en la finca Villa Julia, un coqueto edificio de 1946 situado en el número 16 de la calle Zúñiga. En un primer momento, el Ayuntamiento de Valladolid barajó adquirir el inmueble para cederlo a la Fundación, pero terminó desechando esta posibilidad debido al elevado precio fijado por los propietarios.
Tampoco cuajó una fórmula alternativa consistente en el arriendo del inmueble por diez años, a diez mil euros mensuales y con opción a compra, más una aportación económica de Junta, Ayuntamiento y Diputación para que la Fundación pudiera hacer frente al alquiler. El tiempo pasaba y se barajaban propuestas e ideas, pero ninguna llegaba a la mesa del patronato: ni el ofrecimiento edilicio de utilizar el Convento de Santa Catalina de Siena, en San Quirce; ni el edificio de Aspa, en la calle Miguel Íscar; ni la antigua sede de El Norte de Castilla, en Duque de la Victoria; ni la casa del portero mayor de la Universidad, en el número 7 de la calle Doncellas; ni el edificio del Cubo de Villa de Prado, propiedad de la Diputación; ni la Casona de Montealegre de Campos, ni el antiguo edificio de Hacienda en la Plaza Madrid.
Llegamos así a julio de 2019 y unas nuevas elecciones, esta vez autonómicas, propiciaban un gobierno de coalición entre PP y Ciudadanos, con Alfonso Fernández Mañueco en la presidencia, así como la decisión pública y explícita del vicepresidente, Francisco Igea, de zanjar el asunto de la Casa Delibes. Él mismo, de hecho, se encargaría de pilotar las negociaciones junto con Javier Ortega, nuevo consejero de Cultura y, hasta ese momento, director gerente de la Fundación Miguel Delibes. Con la idea de que fuese la Junta la que adquiriera el inmueble, se barajó la posibilidad de cederlo por entero a la Fundación, extremo que la ley impedía, o limitar la cesión a una parte del espacio, lo que entrañaba bastantes dificultades pues suponía que aquella asumiera la parte proporcional del gasto.
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El penúltimo paso se escenificó a principios de 2021, con la firma de un protocolo de colaboración para que la sede de la Casa Delibes, que habría de ser un edificio singular de la ciudad, se eligiera mediante concurso público. La Junta adquiriría el inmueble y Ayuntamiento y Diputación contribuirían a correr con los gastos de adecuación y mantenimiento. La cesión de uso del edificio a la Fundación Miguel Delibes sería durante un periodo de máximo veinte años, prorrogables por otros veinte, y la familia Delibes se comprometería a ceder, bajo la fórmula de contrato de comodato, el legado del escritor, tasado en una cantidad significativa (4,3 millones de euros), durante un periodo similar.
Así estaban las cosas cuando en diciembre de 2021 explotó la crisis entre PP y Cs y Fernández Mañueco anunció, por sorpresa, la convocatoria de elecciones anticipadas. Sería el nuevo gobierno resultante, sustentado sobre el pacto PP-VOX, el encargado de cerrar el proceso mediante una decisión tomada directamente por el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, que en septiembre de 2022 anunciaba el emplazamiento de la Casa Delibes en el Palacio del Licenciado Butrón, en la Plaza de Santa Brígida, sede también del Archivo General de Castilla y León y de la Dirección General de Políticas Culturales.
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