Hoy me he desayunado con una noticia infeliz –en un tiempo de noticias especialmente infaustas–. El fallecimiento de Félix Pérez, del dúo Candeal, nos ha ... pillado por sorpresa a pesar de que su salud no pasaba últimamente por los mejores momentos. Sin embargo su carácter, su tenacidad, su ilusión por todas las cosas que emprendía y por su familia, le fueron rescatando oportunamente de la desesperación o del desánimo.
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La música ha sido para él toda la vida, a la que ha dedicado horas y horas en su estudio de grabación de Simancas. Era una persona muy tenaz, familiar, cercana y trabajadora. Félix fue un gran músico que disfrutó con la música: lo hizo cuando recuperaba en trabajo de campo melodías perdidas en la memoria de los más mayores y también cuando se metía en su estudio y las arreglaba o trabajaba sobre ellas. Hace muchos años que había recibido la visita inoportuna de la señora de la guadaña pero se negó a acompañarla y fue sorteando los obstáculos que la salud le fue poniendo con gran entereza y valentía. Sus amigos le vamos a echar mucho de menos siquiera nos quede el sonido de su voz. Su compañero de siempre Toño, le recordará con más razón. Y su familia, para la que va nuestro afecto y cercanía, podrá estar más que orgullosa de haber compartido con él el cariño y los éxitos.
«Hace muchos años recibió la visita inoportuna de la guadaña pero se negó a acompañarla»
Consciente de que la tradición es un ente vivo que se nutre y asimila de las constantes de cada época, Félix defendió un modelo de música y tradición con el que la gente conectó y disfrutaba a través de las canciones del dúo.
Descanse en paz el toresano que llegó a ser vallisoletano de corazón.
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