Instalación del escultor Eduardo Cuadrado que se ubicó delante de la iglesia de San Pablo durante el TAC. Henar Sastre

La valla instalada en San Pablo recibió cientos de mensajes sobre el drama de los refugiados

Cientos de vallisoletanos dejaron mensajes de 'rechazo, impotencia y dolor' con motivo de la instalación de la valla de la verguenza del escultor Eduardo Cuadrado en el Festival de Teatro y Artes de Calle (TAC)

Martes, 19 de junio 2018, 13:36

Con el debate sobre los refugiados en plena ebullición, la valla se ha convertido en elemento arrojadizo y una de las líneas rojas que separan las políticas de este país. En 2013, el Gobierno de Mariano Rajoy decidió colocar más concertinas en las vallas fronterizas, lo que provocó numerosas críticas tanto de entidades sociales como de los grupos de la oposición. De hecho, apenas un año más tarde Pedro Sánchez, se comprometió a retirarlas en caso de que llegase a La Moncloa. Y Sánchez llegó. Y si algo no le falta al ahora presidente del Gobierno es memoria.

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Hace tan solo unas fechas la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ponía el altavoz a las palabras del ministro de Interior, Grande-Marlaska, y anunciaba la intención de quitar las concertinas de las vallas situadas en las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla con Marruecos. Entendido este anuncio como una llamada de atención a Europa, las reacciones no solo no han tardado en llegar sino que ese efecto llamada ha sacado el debate a la calle.

Algunos de los mensajes que dejaron los viandantes sobre la valla. Villamil

Valladolid no es ajena a ese debate, y como muestra la última edición del Festival de Teatro y Artes de Calle (TAC) dejó un botón que hoy viene al caso y sirve ejemplo de lo que piensa la calle sobre la valla que el escultor Eduardo Cuadrado bautizó 'de la verguenza' antes de llevarla a las puertas de la iglesia de San Pablo en pleno centro de la ciudad. 'Sombras de ilusión', que así se tituló, recibió una de las menciones del jurado «por su alta calidad artística y elevado compromiso social». Una obra que invitaba a la reflexión pero también a lanzar un mensaje en una botella. El autor invitaba a cualquier paseante a dejar su opinión en una urna. Y de aquella urna salen hoy a la luz cientos de mensajes que pueden resumirse en palabras como 'rechazo, impotencia, rabia, sufrimiento, dolor,...'.

Muchos de ellos anónimos, otros tantos con nombre y apellidos (algunos, incluso, llegados desde Francia o México), la gran mayoría de mensajes no deja indiferente en un momento en el que la tensión que rodea a la valla se puede palpar a cientos de kilómetros. Algunos resumieron su sentimiento en una sola palabra: 'Angustia', 'Impotencia', 'Miedo', 'Desesperación',... mientras que otros muchos zanjaron la considerada como escultura social con una frase: 'Europa, muda y maniatada', 'Filosofía de vida: Si no te acuerdas, no ha pasado', '¿Una valla de cuchillos para alcanzar un sueño? Vida cruel', 'Grito de indignación, silencio de compasión', 'Impactante dosis de realidad', 'Mundo sin sentido', 'Ni el muro más alto puede separarme de tu dolor'...

La valla de Cuadrado dejó reflexiones para todos los gustos y prácticamente unanimidad en la felicitación para el escultor vallisoletano: 'Gracias por esta escultura valiente, sensible, que indudablemente mueve conciencias. ¿Acabaremos alguna vez con las fronteras?', 'Cómo entristece ver cómo nos maltratamos los humanos', 'Magnífica representación de la lucha del ser humano por alcanzar la libertad y la prosperidad' o 'Gracias Eduardo, se me mueven las entrañas'. Dentro de esas muestras de agradecimiento, hay quien tuvo que pasar dos veces para confirmar sus sentimientos: 'Lo vi desde el bus el otro día y me impactó. Hoy he venido a verlo en vivo y se me acumulan miles de sensaciones. Buena obra'. En este sentido, las perspectivas fueron de lo más variopinto y desde prismas más analíticos. Bajo la firma Una fan del arte contemporáneo, uno de los mensajes definía la instalación como 'Una obra artística muy expresiva y de gran sentimiento o dramática. Me transmite el dolor e impotencia de las personas que huyen de sus raíces en busca de un mundo mejor. Una obra muy reivindicativa y social. Os animo a seguir expresando las situaciones tan angustiosas que se están viviendo en el siglo XXI'.

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Reflexiones de los ciudadanos sobre la obra de Eduardo Cuadrado. Villamil

En un referéndum tan universal como éste no podían faltar reflexiones que se convierte en tratados, y quien aprovechó la oportunidad y el trozo de papel al máximo: 'Expresa de forma muy gráfica la angustia y la desesperación del ser humano por tener una vida digna, la lucha por su vida, una vida mejor'; '¡Vergüenza nacional! No nos acordamos ya que nuestros abuelos tuvieron que hacer lo mismo y no les recibían así... en un mundo global, ¡pongamos murallas!', 'Angustia por la gente que huye de sus ciudades dejando todo atrás y sin saber si tendrán la suerte de no perder la vida en el intento de conseguir algo mejor',...

Desde México, nada menos, llegó Emilio Parras para observar la valla de Eduardo Cuadrado y dejar este mensaje: 'La obra representa la división que hay entre países y la falta de libertad que hay para cruzar las fronteras'. Y entre todos los viandantes y curiosos que se detuvieron en San Pablo delante de la instalación, hubo quien trató de improvisar un puñado de versos, caso de este alumno de 1º de Actividades Comerciales el instituto Zorrilla: 'Una huida sin retorno / un camino hacia la libertad / una ensoñación de tantos / un no mirar de muchos más'. Una realidad diaria / que de tanto suceder / nos deja sin saber que hacer. / No debemos morar para otro lado'. También desde el otro lado del Atlántico llegó esta otra reflexión: 'No solo existen muros en México. Ni banderas ni fronteras'.

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Un puñado de los cientos de mensajes depositados en la urna. Villamil

Como no podía ser de otra forma, la valla imaginaria también dejó margen para las anécdotas y comentarios alejados de la intención del autor, caso de este: 'Me recuerda a la tercera temporada de The Walking Dead cuando se refugian en la cárcel'.

Un repaso a la actualidad en un puñado de mensajes lanzados desde la calle a través de la obra de Eduardo Cuadrado, que ha sabido tener el don de la oportunidad para adelantarse a un debate instalado ya en la sociedad. El de la idoneidad de levantar fronteras en pleno siglo XXI. El de decidir por nosotros a qué lado debemos estar de la valla. El de poner biombos a nuestros miedos. El de separarnos mediante alambradas,...

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Las concertinas son unos alambres equipados con cuchillas cortantes que se instalaron coronando las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla en el año 2005 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, si bien dos años después, el mismo Ejecutivo ordenó retirarlas por las heridas que causaban en quienes intentaban rebasar el perímetro.

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