Enrique García-Vázquez, cineasta
«Rodé 'Gallo rojo' porque lo rural interesa, faltan películas sobre la despoblación»El filme del realizador vallisoletano rodado en Castromembibre, inicia este jueves en los cines Casablanca su recorrido en salas tras su paso por festivales
Una joven urbanita vuelve al pueblo en verano con la idea de montar un cine en el patio de una vieja casa familiar. De trasfondo, ... la efímera eclosión de vida estival en los pueblos apagada con el vaciamiento vecinal que trae septiembre. El mundo rural en agonía con la cámara apuntando a un escenario real, Castromembibre, localidad terracampina vallisoletana de medio centenar de habitantes.
Allí eligió Enrique García-Vázquez (Valladolid, 1996) rodar su primera ficción, estrenada en la Seminci del pasado año, con continuidad en varios festivales, y que este jueves -18:45 horas con un coloquio con su director– inicia en los cines Casablanca su andadura comercial.
«Es una producción que nace desde Castilla y León con todo lo que eso implica: menor acceso a financiación, ausencia de una red suficiente de apoyos para poder llegar a un festival, a las salas, a los Goya...», enumera el realizador residente en Laguna de Duero. Su ópera prima fue el documental 'Buscando la película (verano 2020)', estrenado en 2022 como una mirada al mundo poscovid dando voz a los jóvenes. Después vendría su primer largo de ficción, 'Gallo rojo', nacido de la convicción de que «lo rural en España interesa. Me chocaba que se hablara de despoblación en 'Alcarràs', de Carla Simón, Oso de Oro en Berlín, y nuestra comunidad, que tiene tanto territorio vaciado, es la que menos trataba este tema en el cine. Quizás por esa falta de recursos, por tener menos acceso y posibilidades de generar cultura en torno a la despoblación... pero somos quienes más deberíamos hablar del tema por sufrirlo en nuestras carnes, faltan películas que aborden el vaciamiento de nuestro territorio».
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Siete personas participaron en el rodaje de 'Gallo rojo', «un gran reto para un equipo pequeño», en palabras del realizador. A favor jugaron circunstancias que enriquecieron el proceso creativo, como la facilidad para entrar a las casas, tratar con los vecinos, «todo ello aportó un ambiente más auténtico y cercano que al final ayuda a conectar con el público».
La elección de Castromembibre como escenario no fue ajena a las raíces de la responsable de sonido, Sofía Corral, en la localidad donde conserva una casa familiar empleada en el rodaje. «Cuando conocí el pueblo ya estaba rumiando en mi cabeza la historia de la película, que creció y fue a más porque se creó una gran complicidad con la gente del lugar, que nos abrió sus casas, ofreció sus caras y sus voces; gracias a ellos esta película existe».
Otro aspecto que resalta el cineasta es el de la fotografía, de Karu Borge, tomando como referencia la pintura de Félix Cuadrado Lomas, «que evitaba los inmensos cielos de Castilla en sus lienzos, prefería centrarse en la tierra, en la horizontalidad de las parcelas». Pino de Pablos y Lucía Lobato figuran en el reparto principal del filme, que seguirá su ruta por salas comerciales. La próxima parada, el 2 de enero en los Multicines Avenida de Palencia.
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