'Resurrection', toda una experiencia
El director chino Bi Gan divide a la crítica de Cannes con su recorrido experimental por el siglo XX
Fernando Lara
Viernes, 23 de mayo 2025, 16:20
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Fernando Lara
Viernes, 23 de mayo 2025, 16:20
Era probablemente la película más esperada de todo Cannes y solo ha llegado el penúltimo día de la competición oficial, lo mismo que fue anunciada ... a última hora, parece que debido a que las autoridades chinas no le concedían visa de salida. Como no podía ser menos tratándose del cineasta Bi Gan, la polémica ha saltado tras su proyección, entre quienes la consideran una obra maestra y los que la condenan por pretenciosa y fallida. No resulta fácil decantarse por ninguno de los dos criterios, porque desde luego lo que no define a 'Resurrection' es que sea un filme sencillo ni unívoco.
Ya despertó Bi Gan el entusiasmo o el rechazo en Cannes cuando en 2018 presentó 'Largo viaje hacia la noche', que contenía un plano secuencia final de una hora en 3D. Pero concurría entonces en la sección paralela Un Certain Regard, no como ahora que lo hace en el principal apartado del Festival, de infinita mayor repercusión. Volvemos a los planos secuencia, ya incesantes, en esta 'Resurrection' que se compone de seis segmentos (como los llama su director), incluyendo un prólogo y un epílogo excepcionales en que el propio cine viene a ser protagonista, con alusiones concretas, entre otras, al expresionismo alemán de los años 20. Pero Bi Gan rechaza que se trate de «una simple yuxtaposición de relatos breves o cortos entrelazados», sino una forma de lograr nada menos que «hacer revivir al espectador el siglo XX en su integridad a lo largo de dos horas y media, resucitando aquella belleza que en otro tiempo perteneció al cine».
¿Lo consigue con su tercer largometraje este joven director chino, a punto de cumplir tan solo 36 años? No siempre, sí de manera excelsa en ocasiones, mediante una película ante la que no sirve empeñarnos en utilizar la razón, 'entenderla' a toda costa, algo que se revela plenamente infructuoso. La actitud aconsejable es la de vivir la experiencia de ser seducidos por su torrente de imágenes, sin tratar de comprender un significado que se escapa como agua hacia un sumidero. Podemos hablar de que asistimos a un futuro en que los seres humanos han dejado de soñar y se han hecho inmortales, convertidos en una especie de fantasmas que no aceptan renunciar a esos sueños, por lo que son perseguidos por unos represores infatigables. Pero también cabría otro relato diferente, o mil más, porque 'Resurrection' se brinda a cualquier interpretación con la única premisa de que no sea banal.
Lo que precisamente sí es la iraní 'Mujer y niño', de Saeed Roustaee, que compartía la competición con la película de Bi Gan, por lo que apenas nadie ha reparado en esta venganza de una madre contra quienes considera culpables del accidente de su hijo. Baste decir en su contra que la actitud ética e ideológica del filme no es precisamente la de su compatriota Jafar Panahi en 'Un simple accidente'.
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