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Fernando Lara
Jueves, 22 de mayo 2025, 16:36
A la manera en que lo ha hecho y lo hace Joaquín Díaz entre nosotros, la pareja de músicos de 'The History of Sound' va buscando por zonas rurales canciones tradicionales, primigenias. Una labor efectuada sobre todo en pequeñas granjas del Maine norteamericano durante los comienzos del siglo pasado, utilizando fonógrafos y cilindros para registrar temas populares, susceptibles de perderse con el paso del tiempo. «¿A dónde van los sonidos que crea el mundo?», se pregunta uno de esos 'recolectores' y a ello intenta responder esta sólida y académica película del sudafricano Oliver Hermanus.
Adaptación de la novela homónima de Ben Shattuck, quien ha coescrito el guion, 'The History of Sound' revela muy claramente su procedencia en la forma de desarrollar la historia, donde la relación amorosa de los protagonistas en diversos momentos próximos a la I Guerra Mundial ocupa lugar de honor, trascendiendo a la firme vocación por recuperar esos cantos. Bien ambientada e interpretada, el reproche hacia la película viene por el convencionalismo de un tratamiento al que falta originalidad creativa para ser más que un producto respetable.
Ya en la recta final de la programación, la jornada competitiva del jueves en Cannes ha sido de pura transición. Motivada también por el débil resultado de 'Valor sentimental', del noruego Joachim Trier, cineasta sobrevalorado donde los haya, como se demostró especialmente en 'La peor persona del mundo', éxito aquí hace cuatro años y por la que Renate Reinsve obtuvo el Premio a la Mejor Interpretación Femenina. Volvemos a encontrarla como 'musa' de Trier, en el papel de una prestigiosa actriz teatral que se resiste a trabajar a las órdenes de su padre, célebre director en otro tiempo y que busca ponerse tras la cámara quince años después de su anterior film.
Pero no pertenece, sin embargo, a Renate Reinsve el único mérito de 'Valor sentimental', sino a quien personifica a su hermana pequeña, Inga Ibsdotter Lilleaas, mucho más convincente y comunicativa. Y que se beneficia de que lo poco salvable de esta película repetitiva, premiosa y monótona son los diálogos entre las dos hermanas, que aportan ese margen de interés ausente en las relaciones de ambas con un padre bastante cretino.
Breve párrafo final para los documentales, siempre muy presentes en Cannes. Pero en esta edición solo ha sobresalido realmente uno, 'Orwell: 2+2=5', del prestigioso Raoul Peck, que sigue los trazos del profético autor de '1984' y 'Rebelión en la granja' para denunciar el autoritarismo que nos domina, aunque con el defecto de base del filme de pretender abordar un exceso de situaciones y realidades.
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