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Santandreu: «Gran parte de nuestras enfermedades mentales son ilusiones»
El psicólogo presentó su libro 'Sin miedo' en el Aula de Cultura de El Norte
Rafael Santandreu es un habitual del Aula de Cultura de El Norte de Castilla, pero no por ello decae su tirón popular. Ayer nuevamente llenó el salón del Círculo de Recreo con motivo de la presentación de su último libro: 'Sin miedo'. El psicólogo catalán es un convencido de la capacidad de la mente para crear problemas y también de su poder para resolverlos. Por eso afirmó ayer que su trabajo tiene mucho de «ilusionismo»: «Gran parte de nuestras enfermedades emocionales son ilusiones».
Santandreu, que tiene actualmente a 40 profesionales bajo sus órdenes en dos centros de asistencia psicológica, comenzó su intervención recordando que fue un libro el que le animó al ejercicio de la psicología: 'Dejar de fumar es fácil si sabes cómo'. Santandreu recuerda que era un completo adicto al tabaco, incapaz de pasar más de una hora sin fumar. «Había llegado a la conclusión de que prefería morir de cáncer en el futuro antes que morir de ansiedad ahora». Y, sin embargo, fue leer el libro y dejar de fumar de inmediato, sin ningún trauma. Y el mismo efecto produjo la obra en su madre, tan adicta o más que él mismo. «Aquello me demostró dos cosas. La primera, que hay libros que pueden cambiarte la vida. Pero, además, fui consciente del poder de nuestra mente para crear realidades como el síndrome de abstinencia, que es mental en un 95%», aseguró ayer en el Aula de Cultura de El Norte, que patrocinan la Fundación Vocento y la Obra Social de La Caixa.
«El miedo, el dolor y las emociones negativas son necesarias. Pero el miedo mal calibrado puede ser una tortura. Y no es tan raro que nuestro mundo emocional se salga de quicio», explicó Santandreu.
Frente a esa realidad, propone un sistema de 'doma' de la mente para abordar los trastornos de tipo emocional. Un método que pasa por afrontar los problemas (no evitarlos, sino buscarlos); aceptar las sensaciones negativas que nos llegan; flotar sobre ellas y no luchar contra ellas; y, finalmente, darse tiempo para superar los problemas. Y ser consciente de que «nuestra mente nos engañada todos los días y a todo el mundo».