El psicólogo Rafael Santandreu. EL NORTE

Rafael Santandreu: «El miedo bien calibrado nos permite tener una vida maravillosa»

El psicólogo hablará en el Aula de Cultura sobre cómo se puede aprender el control de las emociones y la inteligencia emocional

fernando conde

Martes, 25 de enero 2022, 00:10

Rafael Santandreu es una de las caras más reconocibles de la llamada psicología conductual. Sus libros y sus métodos tienen ya miles de lectores y practicantes. Muchos de ellos aseguran que, siguiéndolos –libros y métodos– han logrado acercarse un poco más a esa meta vital que es la felicidad. Pero a veces en ese camino se cruza un viajero inesperado y casi siempre indeseable, el miedo. Y sobre el miedo, sus formas –el bueno y el malo–, sus acechanzas y los caminos para superarlo hablará este miércoles el popular terapeuta en el Aula de Cultura, con el patrocinio de Obra Social laCaixa y Fundación Vocento.

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–¿Qué es el miedo?

–Un instrumento del cerebro para protegerte, como el dolor. Pero si está mal calibrado, es una tortura. Hay un miedo bueno y uno malo; el primero responde a algo racional y cuando desaparece la amenaza, el miedo también. El miedo malo es irracional y no te deja libre casi en ningún momento. Este segundo es el que experimenta la persona con ataques de pánico o el trastorno obsesivo-compulsivo o TOC. Aquí la persona puede experimentar pavor todos los días y ni siquiera sabe por qué.

–No hay felicidad sin sufrimiento. Ni valentía sin miedo...

–Mis pacientes de ataques de pánico o TOC me dicen que la terapia consiste en «aprender a sufrir para dejar de sufrir». Es cierto, saber sufrir, saber sentir miedo, es una maravilla. Cuando te haces un experto en ello, ya no lo sientes como antes. Ahora se trata de algo pequeño, manejable y muy esporádico. Y solo entonces tienes mucho espacio para el goce.

–¿Qué provoca los miedos irracionales?

–En los ataques de pánico o en el TOC la persona se ha sensibilizado mucho al miedo. Y ahora lo siente a la menor sensación, incluso ante pensamientos azarosos. Pero lo esencial es que podemos desensibilizarnos. En mi libro hay 25 testimonios muy bonitos de transformación como el de María José (que también está en vídeo en mi canal de Youtube). Esta alicantina sufrió ataques de pánico diarios durante 30 años. Iba dopada con ansiolíticos todo el día. En tres años, ya estaba curada. Posteriormente, ha tenido adversidades: su marido se fue con otra, etc. Pero no ha tenido nunca más un ataque de esos. María José suele decir que es «como si le hubiesen cambiado el cerebro por uno nuevo».

–¿Todo el mundo puede desarrollar ataques de pánico o TOC?

–Los ataques de pánico, sí. Porque la principal causa de tenerlos es la mala suerte. Es experimentar una sensación corporal y asustarse, como una arritmia. Si le coges miedo a eso, puedes llegar a provocártelo tú con tu propio miedo. Y ya la tenemos liada. El TOC es diferente porque parece que se necesita cierta predisposición genética. Pero también se cura en la mayoría de los casos con el mismo procedimiento: con un trabajo sistemático de desensibilización.

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–El miedo guarda la viña y los valientes llenan el cementerio. ¿Dónde está el punto medio?

–El punto adecuado está justo en no tenerle miedo al miedo. Cuando no le tienes miedo al propio miedo, este es tu amigo: te advierte y eso está genial, pero decides tú. Tomas precauciones, pides ayuda, a veces te retiras, das pasos intermedios… pero no sales despavorido al menor atisbo de amenaza. El miedo bien calibrado nos permite tener una vida maravillosa. Ahora bien, calibrarlo cuando está descalibrado es un esfuerzo muy duro, pero vale la pena. Todos mis pacientes dicen que es el trabajo más duro que han hecho jamás, pero menos mal que lo han llevado a cabo.

–La pandemia, ¿ha agudizado los problemas emocionales?

–Ha sido y está siendo brutal. Creo que ninguno de nosotros imaginaba tamaña debacle. En mi centro estamos trabajando más del doble que antes. Supongo que es debido a que ya no había demasiada buena salud mental y esto ha sido la gota que ha colmado el vaso para muchos. Pero podemos aprovechar este golpe para hacernos más fuertes a nivel emocional de una vez por todas. La inteligencia emocional es algo que se puede aprender.

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AULA DE CULTURA. Círculo de Recreto (calle Duque de la Victoria, Valladolid). Miércoles. 26 de enero, 19:30 horas.

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