Jáuregui: «Hay gobernantes, y Pedro Sánchez es uno de ellos, que todo lo fían a la imagen»

De Fernando Jáuregui se podría decir que no es hombre de morderse la lengua. Por eso en su último libro no podía dejar de contar todo aquello que le molesta de España, del poder, de los gobernantes y hasta de sus compañeros de profesión. 'La ruptura', el libro en el que lo cuenta, es una ruptura con todo: con la corrección política, con los estómagos agradecidos y los paniaguados, con el 'stablishment' y con el presente, en reivindicación del pasado cercano. Y de todo ello hablará este jueves en la sesión virtual del Aula de Cultura, que se podrá seguir en directo a partir de las 18:30 h., en la web de este diario, gracias al patrocinio de Obra Social laCaixa y Fundación Vocento.

–La ruptura, sí, pero ¿con qué?

–Lo hemos roto todo. El 'espíritu del 78', el consenso constitucional, lo que se llamó el 'juancarlismo', que es una especie de sistema bajo el que hemos vivido todos durante cuarenta años. Y nuestra vida cotidiana, también está rota por la pandemia. Se nos está rompiendo España. Una ruptura total, pues. Y dolorosa.

–Repasa 40 años de historia de España, ¿hacia dónde vamos?

–Eso me gustaría a mí saber, hacia dónde vamos. Hemos roto la separación de poderes, el Ejecutivo está partido en dos, el Legislativo no funciona, el Judicial lleva casi dos años de mandato sobrepasado, sin renovarse. La máxima institución del Estado está debilitada. Nos falta legislación para defender al Estado. La oposición está como alicaída. Y la integridad territorial está comprometida. Hace falta, pues, una reacción total. Una regeneración política en toda regla. Ideas, unidad y acción. Como en 1977.

–Del rey abajo, ninguno: ¿monarquía sí o monarquía no?

–La monarquía tiene que ganarse el puesto día a día. Tuvimos un buen rey, Juan Carlos I, que se malogró al final por sus propias culpas. Y tenemos un buen rey, Felipe VI, mal asesorado, que tiene que reinventarse para asegurar que su hija Leonor reinará en España, cosa de la que ahora nadie está demasiado seguro.

–¿Son los populismos un cáncer para la democracia?

–La democracia debería ser un cáncer para los populismos. Y para combatirlos hay que cambiar esta absurda normativa electoral que tenemos, aumentando precisamente la democracia. Si los partidos moderados funcionasen bien, si atendiesen a las verdaderas necesidades del electorado, no habría populismos.

–Parece que en España hemos hecho de la política una asignatura de primero de Publicidad y Marketing, ¿qué opina?

–Hay gobernantes, y desde luego Pedro Sánchez es uno de ellos, que todo lo fían a la imagen, al marketing, a la apariencia. Con ello sufre la auténtica transparencia, es decir, la democracia. Pero debo reconocer en Sánchez a un maestro de la imagen –está bien asesorado, como se sabe–. Y tenemos que admitir que la imagen es una parte sustancial de la política, nos guste o no.

–¿Hay algo de ajuste de cuentas con la profesión en el libro?

–Dicen que todo libro se escribe contra alguien. He escrito 'La ruptura' contra el periodista que siempre he llevado dentro. Y eso tiene algo de colectivo. Me ha decepcionado siempre el colectivo periodístico, quizá porque esperaba mucho más de él, de mí.