Fernando Jáuregui: «España está rota. Hay que recomponerla»

Decía el cineasta Axelroad que para romper una relación amorosa lo mejor es hacerlo en un buen restaurante, donde una mujer con un mínimo de ambición social evitará hacer una escena. También un hombre. Y a lo mejor por eso Fernando Jáuregui ha elegido el espacio social y resguardado de un libro para romper con el pasado, con el suyo y con el de nuestra España inmediata (¿qué son 40 años en la historia de la nación más vieja de Europa?). En su último libro, echando mano de protagonistas, ajusta cuentas con la política y con ese sistema democrático al que ha denominado juancarlismo, como si fuera una particular 'cracia', en versión española.Pero también, con la sociedad española actual, sin olvidarse de hacerlo con sus propios compañeros de profesión.

Es cierto que toda ruptura tiene algo de revolución implícita, porque, aunque a veces las cosas se puedan pegar, recolocar o recomponer, siempre acaban viéndose las juntas. Y las juntas más visibles de esta ruptura son el populismo emergente y la mediocridad imperante, sobre todo la de los políticos que nos gobiernan. Empezando por el propio presidente de quien Jáuregui afirma: «es un político de este momento, y sin duda un tipo con suerte. Alguien que en octubre de 2016 era un cadáver político, pero que a lomos de un cochecito se puso a recorrer España y mira adónde ha llegado». Son estos los tiempos de la mera estética y de la postverdad. «Eso es lo que denuncio en este libro que es el más doloroso que he escrito. Salió ayer y ya me han llegado ecos de lo molesto que va a resultar. La ruptura de la que hablo es una ruptura a tres niveles: el político, donde hemos roto con todo lo que fue y supuso la Transición, y lo que yo llamo el juancarlismo; la ruptura social, con la crispación que hemos generado en muchos aspectos, el nacionalismo, la memoria histórica en clave revanchista, la falta de equidad (España es el país menos equitativo de Europa); y en un tercer nivel, con la falta de compromiso y ética de mis compañeros de profesión y mía propia».

Jáuregui afirma que la sucesión monárquica debió ocurrir mucho antes, porque «el problema es que ahora una de las principales instituciones del Estado, la primera, está en una tesitura nunca antes vista, y los 'cuatro poderes' del Estado viven sus horas más bajas desde que en España tenemos democracia. Su calidad actual deja mucho que desear. Sin embargo, ahora no es el momento de entablar un debate monarquía/república, sino de reforzar el papel de la monarquía parlamentaria. Es absurdo, no obstante, que el jefe del Estado sea intocable o que sigan existiendo los aforamientos políticos. Esto no se entiende en una democracia moderna».

También asegura el veterano periodista cántabro que la España de las autonomías no ha funcionado y que deberíamos reformar el sistema para modernizarlo y hacerlo más proporcional. Aunque, como contrapartida, añade, «hoy los mejores políticos están en las presidencias autonómicas. Íñigo Urkullu es el mejor político español actual, y el presidente de Castilla y León es, por ejemplo, uno de los mejores políticos que tiene en estos momentos su partido». La conclusión es una: «España está rota. Hay que recomponerla».