La española que se convirtió en la mejor espía de la KGB
La escritora Reyes Monforte presenta 'La violinista roja', en Círculo de Recreo de Valladolid
fernando conde
Valladolid
Martes, 31 de mayo 2022, 00:10
La escritora y periodista Reyes Monforte cuenta sus novelas por éxitos. Desde que publicara 'Un burka por amor', la decena de títulos que componen su bibliografía personal ha acaparado la atención de público y crítica. Sus textos nos han descubierto personajes tan reales como desconocidos. Es el caso de la ceutí África de las Heras, una mujer que, captada por el estalinismo durante la Guerra Civil, acabaría sirviendo en la KGB durante medio siglo. Y sobre el personaje hablará esta tarde en la sesión del Aula que, con el patrocinio de Fundación laCaixa y Fundación Vocento, acogerá el Círculo de Recreo, este martes 31 de mayo, a partir de las 19:30 horas.
-De nuevo una mujer protagonista, ¿empeño, gusto, cruzada personal en favor de esas mujeres olvidadas...?
-A la hora de escribir una historia, busco personajes fuertes, con una vida interesante y sorprendente, con algo que contar, independientemente de que sean hombre o mujer. Y una vida como la de África de la Heras, ceutí nacida en 1909, en una familia acomodada y de militares– ella misma se casó con un capitán de la Legión–, que terminaría convirtiéndose en la espía soviética más importante del siglo XX, en la reina de la KGB –obtuvo el grado de coronel-, en la española más condecorada por la URSS, es un ejemplo de ello.
-¿Cómo es posible que alguien de su importancia sea una auténtica desconocida en España?
R. Por su profesión, no por cuestión de género. Ella en lo suyo era muy buena, brillante y eficaz, por eso nunca fue descubierta y nadie sospechó de ella, y tampoco sufrió ninguna purga estalinista. Ella misma decía que el mejor espía es aquel que nadie sabe que existe. De hecho, su historia no se conoció hasta ocho o diez años después de su muerte, en 1988. Ningún país es transparente a la hora de hablar de sus espías y sus centros de inteligencia, y la Unión Soviética, entonces, y ahora la Federación rusa, no están por la labor de desvelar mucho de su mejor espía, tal y como la definió en sus memorias Pavel Sudoplatov. Lo que sí le hicieron fue un sello conmemorativo, en 2019.
-Con Lina Codina puso al descubierto toda la miseria moral y humana del estalinismo y el comunismo. Con Ella, la protagonista de 'Postales desde el Este', las barbaridades y la deshumanización nazi, dos caras de la misma moneda, ¿qué nos descubre África de las Heras?
-'La violinista roja' recorre más de 70 años de historia del siglo XX, abordando los 50 años que África estuvo al servicio de la KGB. Estuvo en todos los acontecimientos posibles: en la revolución de Asturias de 1934, en la guerra civil española de 1936, en Barcelona, donde ejerció de interrogadora en la checa de San Elías y fue captada por los servicios de inteligencia de Stalin; en el asesinato de Trotski en México; en los bosques de Ucrania durante la Segunda Guerra Mundial, en el París del Telón de Acero, en la Guerra Fría, en el espionaje atómico, en Bahía de Cochinos, en la guerra de Corea…Y se codeó con el quién es quién del siglo XX: Orwell, Hemingway, Frida Kahlo, Diego Rivera, Trotski, Allende, el Che Guevara, La Pasionaria, espías soviéticos como Kim Philby, el más conocido de los Cinco de Cambridge, o Rudolf Abel… Su historia es una novela en sí misma.
-¿Cómo tuvo la habilidad de estar en todos los escenarios sin que nadie la descubriera?
-África fue una especie de matrioska de la que no dejaban de salir nuevas identidades: María de la Sierra, la secretaria y traductora de Trotski en Coyoacán; la subcomandante Ivonne en los bosques de Ucrania donde ejerció de operadora de radio soviética– violinista, así se las llamaba–; María Luisa de las Heras en París, donde se hizo pasar por modista de alta costura para protagonizar la trampa de miel más fructífera de los servicios secretos soviéticos, al enamorar al escritor uruguayo Felisberto Hernández, un declarado anticomunista y enemigo de Stalin, casarse con él en Montevideo y, desde allí, organizar la mayor red de espías soviéticos que durante 20 años operó en todo el mundo. Hasta cambió de identidad en la última etapa de su vida, viviendo en Moscú: se hacía llamar María Pavlovna y, en realidad, era instructora de la nueva camada de espías soviéticos. Dejó la KGB en 1985, tres años antes de morir y unos meses antes de la caída del muro de Berlín y de la disolución de la Unión Soviética.
-Después de casi una docena de títulos, ¿el periodismo activo ha quedado atrás para Reyes Monforte?
-En mi caso, el proceso de documentación de una novela es casi periodismo activo: buscar información, contrastar, investigar, conocer a los personajes, empaparse de su biografía, de sus circunstancias… Desde que publiqué mi primer libro, 'Un burka por amor', hace 15 años, mis novelas siempre están basadas en hecho reales, porque creo que la realidad siempre supera la ficción. Por cierto, para conmemorar esos 15 años, Penguin Random House publica ahora una nueva edición, actualizada y revisada, de 'Un burka por amor'.