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Un viaje de 45 años y dos crisis creativas en la obra de Pablo Sarabia
El Museo de la Universidad de Valladolid propone un recorrido por la obra del pintor madrileño, con un «trayecto de ida y vuelta a la figuración»
No creo recordar un día que no haya estado en el estudio», dice Pablo Sarabia Herrero (Madrid, 1960), antes de agregar un matiz: no es ... necesario coger el pincel para pintar. Hay días de análisis, de observación, de repaso de la propia obra o de preparación de nuevos trabajos. Pero todo gira en torno a la pintura. «No hay nada que me interese más. Tengo una relación intensa con el dibujo», reconoce Sarabia, quien este jueves inauguró 'El hombre contra sí mismo', una retrospectiva de su obra pictórica, que puede visitarse hasta el 24 de febrero en el Museo de la Universidad de Valladolid (MUVA).
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La muestra es un repaso de «45 años y dos crisis». «Un particular viaje de ida y vuelta a la figuración», como explica Fernando Díaz-Pinés Mateo, director del MUVA. Porque sus trabajos más tempranos (de finales de los años 70 y principios de los 80)son piezas de un realismo feroz, retratos atentos a la expresión exacta del rostro, que Sarabia cultivó durante sus primeros años de formación.
«Mi padre era catedrático de Literatura y Pintura y crecí intercalando la lectura de novelas y de libros de arte», explica el autor, quien ha incorporado a su obra «todas las referencias posibles, desde Velázquez al nuevo expresionismo germano».
Cuenta Sarabia que la primera gran crisis de su carrera se produjo en los años finales de su carrera, en torno a 1984. Él, que había dedicado sus pinceles a la figuración, se vio arrastrado por un entorno académico en el que se privilegiaba el expresionismo.
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«Todos mis compañeros orientaban hacia allí sus trabajos y ese cambio en mi forma de pintar me introdujo y conectó con mi generación», explica Sarabia, que atravesó después una etapa («los años bárbaros») de la que apenas queda testimonio físico. «Fueron unos años en los que lo pulsional se impuso en exceso. Mi terapeuta me decía que lo más significativo de mis neurosis se había incorporado a mis obras:cortadas, rasgadas, embadurnadas...».
Cuadros destruidos
Esta etapa no puede verse en las paredes del MUVA porque, como reconoce Sarabia, no quedan cuadros. «Los destruí todos. Conservo documentación, pero ninguna obra de aquel momento». Sí que lo hay de una fase posterior, de mediados de los 90, cuando experimentó una «contención de la abstracción». «Se remansó y volvió a aparecer una gama cromática que enlazaba con mi primer expresionismo de los 80, aunque con una vitalidad más contenida», dice el autor, antes de encaminarse hacia su segunda gran crisis creativa.
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«Llevaba ya quince años en la abstracción y tenía la sensación de que me estaba repitiendo a mí mismo». Así, de forma «abrupta y después de una cierta parálisis porque tal vez me podían los prejuicios», volvió a la figuración. «Son retratos menos complejos que los que hacía en un primer momento, con mayor atención a los afectos, a mi entorno. No son obras tan intelectualizadas. Mi vida es mi pintura, lo que hay a mi alrededor. Tengo un pensamiento muy visual que intento atrapar en un cuadro», dice Pablo Sarabia, profesor del Departamento de Didáctica de la Expresión Plástica de la Universidad de Valladolid, quien expone sus 45 años de trayectoria y de sus crisis en esta exposición en el MUVA.
Un hombre contra si mismo. Pablo Sarabia Herrero en el Museo de la Universidad (Edificio Rector Tejerina de la Plaza de Santa Cruz). Hasta el 24 de febrero.
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