El rastro gráfico de Medina del Campo se remonta a 1850
El Museo de las Ferias muestra un daguerrotipo más antiguo que las primeras fotografías de la villa
El Norte
Martes, 9 de septiembre 2025, 17:24
Desde este martes, día 9, se exponen en el Museo de las Ferias de Medina del Campo las nuevas obras y documentos de los dos ciclos expositivos temporales. Se trata de dos piezas gráficas más antiguas que las primeras fotografías que se tenían de la ciudad y un poder notarial.
En calidad de obra destacada nº 223 se expone el 'Daguerrotipo de Ysidoro del Toral', anónimo de 1850. Se trata de un daguerrotipo sobre plancha de cobre plateado con marco de ébano que en el reverso lleva la siguiente información 'Retrato de Ysidoro del Toral, en el verano de 1850 a los 44 años de edad'. Procede de una colección particular y es la imagen fotográfica más antigua relacionada con Medina del Campo.
También 'Ambrotipo de Pascuala Alonso de Toral', de un ambrotipista anónimo, 1855. En su reverso se especifica 'En Junio de 1855 se sacó este retrato de Pascuala Alonso de Toral a los 43 años de edad', también procedente de una colección particular.
De los 'Documentos archivo Simón Ruiz' nº 59, el 'Poder notarial de Marcos Fúcar a Fadrique Becler para actuar en los reinos de España' (Augsburgo, 11-8-1600/ Madrid, 28-02-1601).
Sobre las primeras, Antonio Sánchez del Barrio, director del museo de las Ferias, recuerda que «la historia de la fotografía se sigue escribiendo a partir de nuevos hallazgos que nos confirman que aún queda mucho por escribir. En el caso concreto de Medina del Campo, se creía hasta hace pocos meses que las más antiguas imágenes fotográficas obtenidas en ella eran los tres calotipos que el galés Charles Clifford realiza en su viaje fechado en mayo de 1854; dos de ellos los dedica al Castillo de la Mota y el restante a la Puerta de Ávila, con las torres de la Colegiata y San Facundo al fondo. Sin embargo, a finales del pasado año, tuvimos la oportunidad de conocer en una colección privada varios retratos fotográficos elaborados en diferentes técnicas, cuyas anotaciones al reverso nos aseguraban las fechas ciertas de su ejecución, algunas de ellas pertenecientes a las décadas centrales del siglo XIX; es decir, prácticamente, en los albores de la invención de la fotografía».
De la mencionada colección fotográfica, «presentamos en esta ocasión dos imágenes obtenidas con dos procedimientos pioneros: el daguerrotipo, en el que la emulsión fotográfica utiliza como soporte una plancha de cobre muy pulida y plateada como un espejo, y el ambrotipo, en el que la emulsión es una capa de colodión utilizando como soporte una placa de vidrio». Según las investigaciones de Ricardo González, a Valladolid llega a través de daguerrotipistas transeúntes anónimos en los primeros años de la década de 1840; los primeros nombres conocidos con actividad en la capital son Teófilo Gautier (trae una máquina de daguerrotipos en 1840) y Bernardo González de Neira (activo entre 1845-1847) quien, en 1846, ya está establecido en la calle Teresa Gil.
El señor del Toral fue primer teniente de alcalde y alcalde de la villa (1847-1848) bajo el reinado de Isabel II, y que, según el padrón de vecinos de 1846, vivía en la Plaza Mayor nº 12 junto con su mujer, Pascuala Alonso, y sus seis hijos (Severiana, Felipa, Martín, Águeda, Restituto y Pascual), todos ellos de Medina, y una sobrina llamada Toribia oriunda de Madrigal. Del Toral figura en la documentación como 'tendero' y natural de La Seca. La otra imagen es el retrato de Pascuala Alonso de Toral, la mencionada esposa de don Ysidoro, explica Sánchez del Barrio.
Por su parte, Fernando Ramos González contextualiza el documento del Archivo Simón Ruiz. «La figura de Marcos Fúcar se inscribe en el entramado financiero internacional dominado por familias como los Fugger (Fúcares, en España), los Spínola o los Bonvisi. Tal como señaló Hermann Kellenbenz, la comparación entre los métodos de los Fugger y los de Simón Ruiz permite entender la sofisticación del sistema financiero europeo en el siglo XVI. Aunque la Casa Ruiz operaba a menor escala, compartía con los Fúcares una estructura de gestión basada en redes de corresponsales, circulación de información comercial y una clara vocación internacional. El poder notarial no solo formaliza una relación jurídica, sino que testimonia las prácticas mercantiles, diplomáticas y documentales propias de las élites comerciales europeas en la Edad Moderna».
El poder notarial otorgado por Marcos Fúcar a Fadrique Becler «constituye un testimonio documental de gran valor para comprender las prácticas jurídicas y comerciales de las grandes casas mercantiles europeas en el tránsito del siglo XVI al XVII».
En este instrumento, Marcos Fúcar –como administrador general de la compañía Marcos Fúcar y hermanos– «otorga a Fadrique Becler facultades amplísimas para actuar en su nombre y en el de sus socios en los reinos de España y otros territorios reconociéndole como representante legítimo de la compañía. Este poder confiere atribuciones que abarcan: la administración de bienes y negocios, la representación legal ante tribunales, el cobro de créditos y la gestión de pagos, la celebración de contratos y escrituras públicas, el nombramiento de agentes y procuradores o la ejecución de actos judiciales y extrajudiciales».