Museo de Zamora: Historias de tesoros y obras que volvieron del Prado

Inaugurado simbólicamente por el Rey Alfonso XII en 1877, su apertura se produjo en 1911 y en 1998 abrió sus puertas en la ubicación actual.

La exposición permanente consta de dos secciones, la de arqueología, que hace un recorrido por la historia de la provincia desde el Paleolítico hasta la Edad Moderna, y la de bellas artes, con fondos escultóricos y pictóricos de entre los siglos XIV y XX. A estas se suma una sala dedicada a la evolución histórica de la ciudad.

El recorrido por la sección de arqueología comienza en la Prehistoria, con útiles paleolíticos, ajuares de dólmenes y túmulos y materiales hallados en poblados calcolíticos. Destaca el ajuar campaniforme de Villabuena del Puente, uno de los más emblemáticos conjuntos de cerámica campaniforme de la Península Ibérica.

A la Edad del Hierro pertenecen piezas como los famosos tesoros de Arrabalde, representantes de la orfebrería celtibérica. Son joyas de oro y plata que se ocultaron intencionadamente en un momento de inseguridad política cuando se estaba desarrollando la conquista romana, según explica la directora del Museo, Rosario García Rozas.

En la sala dedicada al mundo romano, pueden verse grandes mosaicos de la villa de Requejo de Santa Cristina de la Polvorosa y piezas del campamento romano de Rosinos de Vidriales como un gran brazo que se cree que perteneció a la estatua de un emperador.

Se encuentra en este espacio el grupo escultórico 'Nerón y Séneca', del escultor zamorano Eduardo Barrón, que ha sido depositado por el Museo del Prado.

Pueden apreciarse también estelas funerarias con epigrafía latina, que dirigen al visitante hacia la sala dedicada a la arqueología medieval y moderna, en la que destacan las cruces de oro de época visigoda halladas en Villafáfila.

La sección de bellas artes cuenta con fondos escultóricos de entre los siglos XIV y XVIII, como una Virgen de piedra y un San Lucas de mármol, o pinturas de entre los siglos XV al XX, algunas procedentes del Museo del Prado y otras de conventos extinguidos. Una de las piezas más importantes es el 'Descendimiento', una tabla hispanoflamenca del siglo XVI que procedía del desaparecido convento de San Jerónimo de Zamora. Fue trasladada al Prado en 1902 y volvió a la ciudad en 2005.

Otra obra característica es 'Fuente monumental', un decorado para una ópera que fue encargado por el cantante italiano Farinelli a Francesco Battaglioli.

Entre el arte de los siglos XIX y XX, destacan modelos del escultor zamorano Eduardo Barrón y del valenciano Mariano Benlliure, y obras de Baltasar Lobo.

Finaliza la exposición permanente con la narración de la historia de la ciudad en sentido cronológicamente inverso a través de hallazgos arqueológicos, elementos arquitectónicos de edificios desaparecidos, escudos heráldicos o las veletas de El Peromato y La Gobierna.

También puede verse la exposición temporal 'Sin vuestro hierro caería la noche', de Raúl Lorenzo, una reflexión sobre la arqueología y el arte contemporáneo.