Los azules de Ramón Abril, en Espacio Abierto
El diseñador vallisoletano retoma su pintura paisajística donde la dejó hace 30 años
El azul es color de muchos apellidos. Azul cerúleo, prusia, cian, ultramar, turquesa, cobalto, manganeso, va enumerando Ramón Abril, pintor de ojos azul cielo agrandados ... por unas unas gafas de montura también azul. Su vuelta a los pinceles, tras treinta años dedicado al diseño, cuelga en Espacio Abierto. 'Pintura' es una exposición de los cuadros que retoman tema e intereses de entonces.
Abstracta y a la vez, concreta su obsesión por los 'Nenúfares' de Monet, Abril ha abierto una ventana en la calle Alonso Pesquera a los estanques y al mar, a las flores y a los barcos. Le gusta la materialidad de los pigmentos, extenderlos con la mano, por eso elige superficies de dibon y tablas sobre las que trabaja en horizontal, para evitar que la pintura sucumba a la gravedad. También hay dos lienzos, sobre bastidores de otro tiempo.
Siempre le interesó el grafismo y la obra sobre papel, expuso grabados en Carmen Durango y en la galería Caracol, antes de concentrarse en el diseño tipográfico y comercial. El TAC, por citar un logo de reciente actualidad, es uno de sus trabajos gráficos. Aunque el primigenio impulso de este licenciado enMedicina que nunca ejerció fue la pintura. El luego profesor considera la condición de espectador del arte como fase integrante de su evolución pictórica y rememora una exposición de Robert Motherwell en la Fundación Juan March (1980) como revelación. Venía a explicar en su catálogo el artista estadounidense que «el diccionario del arte contemporáneo ya estaba básicamente escrito y solo restaban pequeñas aportaciones, notas a pie de página». El expresionista abstracto deba por finalizado el ciclo de vanguardias y en esa estela navegarían los pintores posteriores como su admirador Ramón Abril. El vallisoletano remite a la correspondencia entre Bonnard y Matisse para coincidir con ellos en que «el terreno sólido para un pintor es la paleta y los tonos». A ellos se dedica Abril.
Ni siquiera palabras. Todos sus cuadros se llaman 'Pintura', a veces sus acrílicos se extienden sobre aluminio, otras sobre tabla, algunas enteladas y hasta sobre una bolsa comercial. Entre sus colores se insinúan montañas, campos, árboles, mares, veleros, «parajes del alma» les llama uno de sus amigos. Hubo un tiempo que hacía «borratajos», que confiaba en la línea fina. Pero es la materia pictórica lo que le importa en esta exposición que estará abierta hasta el día 28.
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