«Hay que defender la cultura de nuestros antepasados en un museo que permita la ecología de saberes»

José Luis Calvo cumplirá en junio su primer año al frente del Museo Etnográfico de Castilla y León, con sede en Zamora. Preparado para partir hoy en avión a los Emiratos Árabes, donde recogerá el martes un premio internacional concedido por el Emirato de Sharjah a las buenas prácticas por preservación del patrimonio cultural, hace un balance positivo de sus primeros meses como director del Museo.

¿Qué han supuesto estos 15 años del Etnográfico de Castilla y León?

Lo más reseñable es la creación del primer museo de carácter regional en Castilla y León. Hasta la creación del Museo Etnográfico no había existido ningún museo regional y se convierte en el primer museo de cabecera. Gracias a la buena gestión que se hizo al inicio del proyecto, se consiguió levantar un edificio que, dentro de los museos etnográficos de toda España, está entre los más grandes. Ha supuesto una infraestructura importante tanto para la región como para Zamora. Hay que destacar también el acopio de piezas. Tenemos una de las colecciones de objetos etnográficos materiales más grande de España y estamos nutriendo los fondos inmateriales, donde tenemos todavía mucho trabajo que hacer, pero también tenemos una colección importante.

¿Hay previstos actos especiales por este 15 aniversario?

La semana del 19 de diciembre, que es la que marca la efeméride, haremos una semana de puertas abiertas para que pueda acceder todo el mundo gratuitamente.

¿Qué supone el premio concedido por el Emirato árabe de Sharjah?

Supone una alegría y un reconocimiento que nos ayuda a dar una proyección internacional al proyecto.

Uno de los objetivos es que tenga más proyección en toda Castilla y León, ¿cómo se pretende conseguir?

Con actividades y acciones concretas. Hemos puesto en marcha unas dinámicas sobre el 50 aniversario del Blues Castellano de Antonio Gamoneda que están circulando por los institutos de la región y acabamos de hacer un envío a los 14 hospitales públicos de Castilla y León de 1.400 cuadernillos y 140 catálogos de la exposición que tuvimos de José Ramón Sánchez. El objetivo es que lleguen a los niños que están hospitalizados en pediatría para que puedan disfrutar de los cuadros y se animen a colorearlos. Esto ayuda a regionalizar el Museo, a cumplir los objetivos de la consejería de que los museos lleguen a los hospitales y también cumplimos la Carta Europea de los Niños Hospitalizados. Estamos intentando hacer una labor de captación de piezas relevantes para los fondos del Museo porque tienen una representación bastante importante del eje de la Ruta de la Plata en Castilla y León, es decir, de Salamanca, León y Zamora, y estamos intentando que nos cedan o nos donen material etnográfico relevante de las otras provincias.

¿En qué va a consistir la colaboración con otros museos?

Ahora trabajar en red en museos es indispensable. Queremos establecer colaboraciones con los museos hermanos, con los que estamos bajo el mismo paraguas, el Museo de la Evolución Humana de Burgos, el de Arte Contemporáneo de León (Musac) y el de la Siderurgia y la Minería de Sabero. Ya hemos cerrado una colaboración con el Museo de la Evolución Humana de Burgos, que nos va a ceder para octubre la exposición Uantoks, sobre las expediciones de Pedro Saura a las tierras altas de Papúa-Nueva Guinea.

Una de las actividades que más aceptación ha tenido es la conferencia del niño lobo

Sí, nos hemos dado cuenta de que tenemos que intentar traer a informantes que tengan historias de vida potentes. Nos encantaría traer al primer hombre ciborg reconocido legalmente. Ahora mismo es de las historias de vida más alucinantes que están pasando.

¿Hacia dónde se dirige el Museo?

Sería interesante sacar todos los aspectos positivos de los cuatro modelos de museos que se están poniendo en marcha e imbricarlos en la realidad de Castilla y León y del Etnográfico. Que sea un museo estético, tenemos que ser críticos, promover la pluralidad y la interculturalidad y defender la cultura de nuestros antepasados en una especie de museo que permita la ecología de saberes.

¿En qué consiste esa ecología de saberes?

Nosotros naturalizamos el modo de enfrentarnos al mundo que tenemos porque lo hemos mamado y lo tenemos naturalizado. El mundo hasta hace muy poquito era muy rico en modos de enfrentarse al mundo, de conocer. Antes había una pluralidad cultural brutal, riquísima, pero están muriendo lenguas y culturas y se están reduciendo las maneras de conocer, de interpretar y de enfrentarse al mundo. Por eso, tenemos que promover la ecología de saberes.