Hablar al público con su propio lenguaje para «crear impactos»

Crear impactos y movilizar a las personas por dentro. Desentrañar los miedos y sacarlos fuera. Ofrecer un punto de vista diferente a lo ya conocido para ver las cosas de otra manera. Todo esto es lo que pretende Elena González-Vallinas, actriz y dramaturga vallisoletana, con Miedo o soltar. Historia de las despedidas en 4 partes. Se trata de un proyecto de arte contemporáneo, ofrecido esta tarde en la Sala Negra del Laboratorio de las Artes de Valladolid (LAVA). Cuatro actores y actrices, un pianistaDavid Mínguez y una escenografía a cargo de María González-Vallinas, hermana de la directora, son los elementos de los que se sirve este espectáculo para intentar que el público vuelva a su casa reflexionando sobre lo que ha visto. Este proyecto artístico parte de una dramaturgia inicial a partir de la que Elena González-Vallinas ha ido «investigando y descubriendo otro camino en mi propia obra, en el que me he explorado a mí misma a partir de los personajes». De esta manera, con un último cambio en el texto hace tan solo dos semanas, Miedo o soltar ha evolucionando hacia un texto más completo con todos los ingredientes para emocionar, a pesar de que la dramaturga «no tenía muy claro el viaje que podía hacer la obra».

La vallisoletana asegura que en esta función «la música no es banda sonora y la escenografía no es un simple decorado», sino que todos los componentes forman un todo en el que nada es un mero añadido. También el espectador representa una parte fundamental de la obra, en la que se intenta que se produzca un «feed back» entre este, los actores y el propio texto. Por ello, el escenario no era el habitual y aquellos que ha acudido al LAVA han podido disfrutar del espectáculo de cerca formando un corrillo sentados en el suelo.

Teatro contemporáneo

Elena González-Vallinas entiende el teatro contemporáneo como «aquel en el que se le habla al público en su propio lenguaje» y que no tiene que contar necesariamente con una estructura clásica de presentación, nudo y desenlace. «El teatro clásico habla los problemas universales, pero ahora hay que contar otras cosas. Tampoco tiene sentido hacer lo mismo que hace 80 años porque aquello reflejaba la sociedad de entonces y ahora hay que plasmar la sociedad actual, ya que si no, no quedará constancia de ella para las generaciones futuras», apunta González-Vallinas.

La dramaturga vallisoletana apuesta por «salir del lugar de confort en el que a veces las personas nos acomodamos y la manera de hacerlo es a través de la cultura». «La cultura te rompe por dentro y te hace ser consciente de tus propias necesidades como ser humano, algo que en ocasiones asusta», afirma González-Vallinas, convencida de que la cultura puede convertirse en un «contrapoder» y en un «arma muy potente con la que canalizar el momento de cambio que vive la sociedad porque de lo que se trata es de no estancarse».