Julio Abascal
Ha sido reconocido como pionero en la llamada 'tecnología asistencial', la que permitió comunicarse a Stephen Hawking pese a la enfermedad que sufrió
En 1985, Julio Abascal recibió una llamada de la Confederación Española de Asociaciones de Atención a las Personas con Parálisis Cerebral (Aspace). Le contaron que ... una niña sufría una parálisis cerebral que le impedía hablar. Junto a dos amigos con los que había estudiado Física Electrónica, decidió ayudarla echando mano de la tecnología. «Nos descubrió un mundo», recuerda este profesor de la UPV/EHU.
Tras 35 años trabajando en hacer más fácil la vida de personas con discapacidad, recibe este miércoles uno de los cuatro Premios Nacionales de Informática otorgados por la Sociedad Científica Informática de España (SCIE) y la Fundación BBVA. Le han reconocido como un pionero en la llamada 'tecnología asistencial', la que permitió comunicarse a Stephen Hawking pese a la enfermedad que sufrió durante buena parte de su vida. El reconocimiento le ha llegado tras jubilarse hace dos años. «Es algo increíble, una sorpresa y un honor. Lo recibo con una gran alegría», reconoce.
-Lleva toda una vida dedicado a ayudar a las personas con la tecnología.
-Comenzamos a trabajar en esta área en 1985. Hasta ese momento trabajábamos con microchips, pero nos absorbía demasiado, no hacíamos nada 'humano'. Nos llamaron desde Aspace y diseñamos un comunicador portátil para una niña con parálisis cerebral. Estos aparatos existían desde 1960 en Estados Unidos pero eran demasiado caros para una familia normal. Hicimos un diseño completo para que pudiera comunicarse.
-La idea desde entonces es crear dispositivos a los que pueda acceder todo el mundo.
-Con aquel dispositivo nos dimos cuenta de que como cada dispositivo se creaba para una sola persona, eran caros y quedaban obsoletos muy rápidamente. Pensamos que teníamos que hacer algo generalizable. Eso nos llevó a plantearnos usar como plataforma los recién aparecidos ordenadores personales, que por entonces eran muy inaccesibles. De aquella experiencia nacería el 'Egokituz', el Laboratorio de Interacción Persona Computador para Necesidades Especiales. Se empezó a hablar también del 'Diseño para todos', que planteaba que tanto el hardware como el software se diseñaran evitando barreras de inaccesibilidad innecesarias.
-Como los bordillos en un paso de peatones.
-Sí, es el equivalente a elegir entre poner un bordillo o una rampa en un paso de peatones. Los bordillos son barreras innecesarias mientras que las rampas permiten el acceso a personas en sillas de ruedas. En el caso de las páginas web, no hay razón técnica para que las personas con discapacidad no puedan utilizarlas.. Pero el diseño para todos no elimina la necesidad de la tecnología asistencial.
-Un ejemplo son las sillas de ruedas robotizadas en las que ha trabajado. Las más avanzadas tienen capacidades sorprendentes.
-A algunas puedes decirles que te lleven a la biblioteca, por ejemplo. Pueden ser muy precisas y seguras. Pero el problema es que son muy caras porque llevan cámaras, sensores… Y también por el conflicto entre el usuario y la silla. Esta puede estar programada para no acercarse a una mesa para evitar el riesgo del golpe, pero eso puede impedir a la persona utilizar un ordenador.
-¿Debemos temer entonces los avances tecnológicos como la Inteligencia Artificial?
-Mirando atrás, no podía imaginarme todo lo que se ha hecho en mi campo, pero hace falta tener una posición crítica. No podríamos vivir sin ella, pero tampoco podemos caer en sus manos y dejarnos llevar.
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