La NASA cierra a los ciudadanos chinos el acceso a sus programas espaciales
La medida se produce en medio de la escalada de retórica antichina bajo la administración de Donald Trump
Julio Arrieta
Viernes, 12 de septiembre 2025, 00:13
La NASA ha dado un volantazo en la carrera espacial al bloquear, desde el 5 de septiembre de 2025, la participación de ciudadanos chinos en ... todos sus programas, incluso aunque dispongan de visados estadounidenses válidos para residir y trabajar en el país. La decisión, confirmada por fuentes internas y por la portavoz de la agencia, Bethany Stevens, supone la restricción inmediata tanto del acceso físico a los centros de investigación, laboratorios y reuniones técnicas como del uso remoto de redes y materiales digitales relacionados con la investigación aeroespacial de la NASA. Aunque hace más de una década que agencia no contrataba a ciudadanos chinos de manera directa, sí era habitual la colaboración de estos como estudiantes de posgrado, investigadores universitarios o contratistas. A muchos se les notificó sin previo aviso el fin de sus accesos digitales y la prohibición de asistir a encuentros especializados.
«La NASA ha tomado medidas internas con respecto a los ciudadanos chinos, entre ellas restringir el acceso físico y cibernético a nuestras instalaciones, materiales y redes para garantizar la seguridad de nuestro trabajo», precisó este miércoles la portavoz de la agencia. En palabras del administrador interino de la misma, Sean Duffy, «nos encontramos en una segunda carrera espacial». El contexto de la medida es la intensificación de la rivalidad entre Estados Unidos y China por la supremacía lunar y por el liderazgo en la nueva era de exploración planetaria. El motivo principal de la medida es el temor a que China se adelante a Estados Unidos en el regreso tripulado a la Luna. «Que me parta un rayo si eso ocurre. Los chinos quieren volver a la Luna antes que nosotros. Eso no va a suceder. Estados Unidos ha sido líder en el espacio y seguiremos siéndolo en el futuro», añadió Duffy, que además, defendió ante todos los trabajadores de la NASA que el financiamiento aprobado para el sistema de lanzamiento espacial Artemis y las cápsulas Orion supone un «seguro» ante cualquier tentativa de Pekín por adelantarse en la carrera lunar.
La medida ha sorprendido a la comunidad académica internacional, ya que hasta ahora la colaboración científica, aunque limitada, permitía la presencia de jóvenes investigadores chinos en proyectos punteros de exploración lunar o marciana bajo el paraguas de universades estadounidenses. Ahora, «han sido desconectados de los sistemas informáticos y se les ha prohibido asistir a reuniones en persona» repentinamente. La NASA ha insistido en que la seguridad de sus instalaciones, materiales y conocimientos está por encima de cualquier otra consideración, y que la restricción resulta indispensable para garantizar la integridad de los avances estadounidenses.
Las reglas de juego
La administración de Donald Trump, bajo la cual se enmarca la decisión, lleva meses incrementando la retórica antichina y defendiendo la necesidad de asegurar que las «reglas del juego» espacial las imponga Washington. Políticos republicanos, como el senador Ted Cruz, han remarcado la necesidad de garantizar la superioridad estadounidense frente al rápido crecimiento tecnológico y organizativo de la agencia espacial china.
El trasfondo de esta situación son los avances sostenidos de China, cuyas misiones han logrado colocar sondas en la Luna y traer a la Tierra materiales lunares en los últimos años, y su previsión de llevar astronautas a la superficie del satélite en torno a 2030, tres años después del calendario pervisto pero aún incierto de Artemis, acuciado en EE UU por retrasos técnicos, sobrecostes y recortes presupuestarios. La NASA, no obstante, insiste en que mantiene su liderazgo y que la política de exclusión responde solo a la defensa de intereses nacionales ante riesgos de espionaje industrial o transferencia tecnológica sensible.
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