El Escaño 82

Para qué sirve un 'no' presupuesto como el de Mañueco

Y un 'no' presupuesto, como el que presentó esta semana Alfonso Fernández Mañueco con la parafernalia de unas cuentas oficiales, no es un disparo al aire que se pierde en el horizonte. Tiene su utilidad. No para los ciudadanos, porque oficialmente no se aprueba nada. Sí para el gremio político, porque sirve para marcar terreno.

Mañueco está en minoría, carece de apoyos suficientes en las Cortes, pero ha optado por hacer público de manera pseudoficial el presupuesto diseñado para 2025. ¿Sirve de algo esa estrategia? A él, sí. Lo primero, para demostrar que su Gobierno en solitario es capaz de elaborar unas cuentas con una cuantía récord sobre el papel (15.084 millones de euros) en las que 76 de cada 100 euros se dedican a servicios esenciales y que pone sobre la mesa de negociación con la oposición.

Con bajada de impuestos, mantenimiento de la partida de lucha contra la violencia intrafamiliar e impulso a la dotación de Agricultura y Ganadería, que Vox aplaudiría de seguir como socios del PP. Con un gasto social en Sanidad, Educación y Servicios Sociales que superaría el 12% del PIB de la comunidad reivindicado históricamente por el PSOE, en unas cuentas que acogen programas de vivienda, dependencia, educación o lucha contra incendios acordados con la patronal y los sindicatos en el retorno a la senda del Diálogo Social.

Mañueco propone, intentando trasladar al ciudadano-votante la idea de normalidad. Y quien se oponga, que dé razones a la contra de por qué desestima todo lo que incluyen esas cuentas de la abundancia para 2025. Un presupuesto elaborado con ingresos al alza procedentes de las arcas estatales. 9.541 millones de euros es la estimación de las entregas a cuentas que hará el Ministerio de Hacienda.

Esta cifra, el principal aporte de ingresos a las cuentas autonómicas, no fue mencionada en la explicación prolija en datos que tanto el presidente de la Junta como el consejero de Economía y Hacienda dieron en dos días consecutivos sobre esas potenciales cuentas de 2025. El cuadro con los ingresos estatales, del IRPF o el IVA, de los impuestos especiales, y de los tributos que gestiona la Junta (Sucesiones, Transmisiones), que no faltaba en tiempos de Herrera y Pilar del Olmo, hace tiempo que se perdió por el camino.

Ese flamante 'no' presupuesto se quedará en borrador. Y aún así seguirá siendo útil a Mañueco. Podrá poner a su Gobierno ya en modo prórroga para transitar lo que quede de legislatura. El otro día juró que agotará el mandato, hasta 2026. Como la política es una dimensión evanescente, con escenarios mutantes según pinten las encuestas de intención de voto, cuesta lo mismo creérselo que no. De optar por esto último, por considerar que la legislatura tiene los días contados, ese revolcón de la oposición al 'no' presupuesto de la Junta para 2025 puede ser el agarre argumental para adelantar elecciones. Es algo que ya vivimos con las cuentas de 2021. Con un relato mucho más peregrino, que rozó lo increíble, el presidente Mañueco puso en la calle a los de Ciudadanos.

Para todo eso sirve el teatro presupuestario de esta semana. Que pilla al PSOE centrado en sus zancadillas, con Luis Tudanca resistiéndose a la maniobra 'desokupa' de Pedro Sánchez, y a los exsocios de Vox montando el número delante de centros de acogida de inmigrantes, en el caso de Gallardo, o de aniversario de boda, el 555 del matrimonio de los Reyes Católicos, al que invita Carlos Pollán.

Sirve también para dejar por vago e ineficaz al presidente Sánchez. El de Mañueco será un 'no' presupuesto, pero Sánchez no ha presentado ni eso.