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Es un ritmo diferente, como diferido, con retardo, incluso con una pizca de desgana, el que marca el ambiente político autonómico. La etapa de avispero removido con la que cerraron el año en el PSOE ha cuajado en el relevo a medio gas de Luis Tudanca por Carlos Martínez ... , que se esfuerza en convencernos de que su cabeza discurre al 100% para intentar gobernar en Castilla y León, pero con el corazón volcado en Soria.
Allí es alcalde consolidado desde hace 18 años. No le tose el PP. Estaba en terreno electoral seguro en su ciudad y lo cambia, tras una oferta de la dirección de Ferraz de esas que no incluyen una cabeza equina pero son difíciles de rechazar, por arenas movedizas, que es en lo que se ha convertido Castilla y León para los líderes socialistas. Un puesto que él no quería, oiga, pero por el que tampoco pujaban quienes desde Madrid movían la silla de Tudanca.
El PSOE medio cierra esta crisis con el burgalés descabalgado tras el pulso perdido contra los hombre de confianza de Pedro Sánchez, pero sin desaparecer de escena, porque seguirá como portavoz en las Cortes autonómicas. Al menos, hasta el congreso que el partido celebrará en Palencia a finales de febrero, aunque Carlos Martínez no cierra la puerta a que su antecesor apure más tiempo en el escaño de un hemiciclo del que está fuera el soriano, porque no es procurador.
Está por ver cómo resulta el tándem del líder puesto y el depuesto como patrulleros de la actualidad política. Por un lado, la decisión del primero de seguir como alcalde en Soria le sitúa ante el riesgo de descuidar el Ayuntamiento y de no llegar a sacar el aprobado como líder regional, haciendo bueno eso de aprendiz de todo, maestro en nada. Y el hecho de que siga siendo Tudanca quien debata con Mañueco es terreno abonado a que desde el PP socaven el liderazgo de Carlos Martínez con el reloj electoral en cuenta atrás.
Bicefalia y PSOE en Castilla y León son términos crónicos. Nunca el posible 'plan b' va en las papeletas electorales, pese al abono a las derrotas. Y cuando el escrutinio tumba el 'plan a', tienen dos opciones: o tiran para adelante con el candidato quemado o buscan una alternativa, que a la fuerza está fuera de las Cortes, y dejan un subalterno en la pugna cotidiana con el presidente de la Junta. Siempre en situación de desventaja. La bicefalia nunca jamás les ha funcionado a los socialistas en Castilla y León. Muchas veces por tiranteces de egos, a las que se suman las contradicciones que conlleva ese duplicado de personas. Con dos cabezas, dos voces y dos 'entornos' asesorando sería raro lo contrario.
Herrera, por no rebuscar en calendarios en blanco y negro, sacó rédito de las bicefalias socialistas. Con Ángel Villalba, con Óscar López (hoy novedosa esperanza socialista en Madrid) y con el propio Tudanca, aunque más breve. Ahora Mañueco lo hará con Carlos Martínez y un PSOE que no ha terminado de cerrar la crisis que apaga la era de Tudanca.
El soriano afronta la tarea de un equilibrista. Primero para intentar cuajar un liderazgo regional sin desmerecer la tarea de alcalde por la que cobra. El PSOE puede no ganar la Junta y empezar a perder el Ayuntamiento soriano. A eso añade Martínez la conformación de una dirección autonómica que contente a Ferraz y básicamente al PSOE de León y al de Valladolid que lideran Javier Alfonso Cendón y Óscar Puente, en la que se note que tiene mando y que no haga exceso sangre con Luis Tudanca y su gente. Y conjugar todo es casi imposible.
El PP explotará la situación desde ya, aunque en el partido de Alfonso Fernández Mañueco tampoco son ajenos a ese ambiente de energía difusa, de medio gas.
Costaba ver al castellano y leonés en las fotos de familia con las que Feijóo y sus barones retrataron el cónclave sobre vivienda que celebraron en Asturias. Hasta el valenciano Mazón estaba mejor situado. Y ya en contenido se echó en falta que los populares de Castilla y León hicieran valer con un poco de brío que había medidas que prometía Feijóo que ya aplican aquí. Incluso aportar datos de beneficiados.
Será el frío de la cuesta de enero, que roba la energía.
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