Baile de puestos políticos: llegan, salen, reaparecen...

La leonesa Ester Muñoz se ha estrenado como portavoz del PP en el Congreso reajustando el equipo de dirección y se lleva para Madrid a Irene Muñoz, hasta ahora directora general en la Junta. De sólida formación académica y capacidad de trabajo y discreción demostrada, las dos Muñoz comparten pasado como asesoras de Gobierno de Fernández Mañueco.

En ese retoque de la nueva portavoz ha entrado como secretario general adjunto del grupo en el Congreso el burgalés Ángel Ibáñez. Exconsejero de la Junta y fugaz presidente de las Cortes, Ibáñez ganó perfil político en 2014. Fue quien dio la cara en el PP, que gobernaba Burgos, durante los disturbios de Gamonal. Es un parlamentario aseado en el debate, que apechuga en su currículum con una pifia monumental. Marcó erróneamente a toda la bancada de PP el voto de las enmiendas del PSOE a la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas que acompañaba al primer presupuesto de Mañueco y García-Gallardo. Indicó el voto afirmativo, señal que también siguieron en Vox. Luego tuvieron que tumbar la ley que habían presentado, que ya no era la suya al haber incorporado toda la batería tributaria del PSOE. Hubo que retramitar el texto, con el 'recoste' en dietas.

A la vez que entra Ibáñez, sale de la dirección del grupo popular la abulense Patricia Rodríguez. Fue la parlamentaria que en abril tenía el encargo de leer la cartilla al ministro Puente por su «complicidad» con José Luis Ábalos y que aguantó demudada en el escaño el caso práctico con que le respondió el socialista. Era el de una concejala del PP casada con un concejal, profesor de pádel, cuya empresa quebraba y al que desde el gobierno municipal echaron un capote en forma de contrato. «Pues esa concejala era usted, señora Rodríguez», remató Puente, que ironizó sobre futuros encargos a la popular de las auditorías del ministerio. No hará falta. Quien audita ahora la gestión que se ha hecho en esa casa son la UCO de la Guardia Civil y los jueces.

Ya en terreno socialista, a la defenestración federal del leonés Javier Alfonso Cendón por su cercanía política con Santos Cerdán, hoy en prisión provisional, se sumó el relevo como portavoz de la burgalesa Esther Peña. Esta última será recordada en Castilla y León por utilizar los apenas 6,5 millones en ayudas al funcionamiento de empresas por la despoblación en Soria para justificar los 22.000 millones de euros en que se valora el acuerdo fiscal de la «financiación singular» para Cataluña comprometido (y no sustanciado aún) con ERC en pago a la investidura. A eso suma el haber despachado las primeras filtraciones de los mensajes entre Ábalos y Sánchez con un «mi grupo (de WhatsApp) de primos es más interesante». El devenir de los acontecimientos ha elevado la cotización de ese bajo 'interés'.

En la rampa de salidas, la propia Peña agradecía el jueves el trabajo de la burgalesa Noelia de Frutos, que deja las Cortes. Es la procuradora que plantó cara a Juan García-Gallardo por su utilización del término 'discapacitadas' aplicado a la paridad en las listas políticas.

La precaria situación que viven el PSOE y Pedro Sánchez ha propiciado la reaparición de socialistas retirados enarbolando manifiestos. A favor de que Sánchez resista, Demetrio Madrid y Juan Colino. A favor de que convoque elecciones, Juan José Laborda y Juan Luis Gordo. Este último ha tramitado la baja en un PSOE en el que Miriam Andrés, alcaldesa de Palencia y secretaria provincial del partido, marca criterio propio en Castilla y León frente al mensaje unidireccional oficial.

No fue solo García-Page el que habló a contracorriente en el comité federal. Andrés opinó de cara que Sánchez no debería ser el candidato en las próximas generales y que había que ponerse a trabajar ya en un proyecto renovado. También pidió respeto para el dirigente manchego.

Dicho quedó y mérito tiene.