Castilla y León

Relevo incierto para las 3.628 enfermeras que están en la antesala de la jubilación

Así lo constata un informe que radiografía la situación de este colectivo sanitario, elaborado por el Consejo de Enfermería, cuyos responsables en Castilla y León alertan de que sin una mejora de las condiciones laborales el reemplazo será incierto, por el tirón que ejercen otras autonomías y otros países sobre las nuevas hornadas de titulados que salen de las facultades. «La Administración tiene que hacer un esfuerzo en contratación para frenar la fuga de talento», asegura Enrique Ruiz Forner, presidente del Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla y León. La enfermería es una de las profesiones con mayor desplazamiento laboral por el mapa español.

La comunidad tiene 7,35 enfermeras por cada 100.000 habitantes. ¿Son pocas o muchas, suficientes o insuficientes? Castilla y León supera la media española de 6,35 profesionales para ese volumen de población en todas las provincias, salvo en Segovia (5,94), pero la dispersión de los residentes y el elevado envejecimiento hace que esa cobertura se que de corta, a juicio de los responsables del Consejo de Colegios de Enfermería. Tanto Ruiz Forner como Isabel Galán, secretaria de esta institución, han remarcado que la media europea es bastante superior a la cifra que presenta Castilla y León. Con los baremos que aplican organismos como la OCDE, Eurostat o la OMS, la comunidad necesitaría alrededor de 5.000 enfermeras más en plantilla.

La distribución de profesionales de enfermería colegiados por provincia oscila entre los 3.909 de Valladolid y los 760 de Soria, con Ávila (1.106), Burgos (2.497), León (3.314), Palencia (1.161); Segovia (932) y Zamora (1.203). Falta Salamanca por un «error» en los datos del estudio. Si se aplican las variables de los tres organismos citados líneas arriba a esas cifras, la 'población' de enfermeras debería crecer en casi 845 enfermeras en Valladolid, por ejemplo, 490 en Segovia o 272 en Palencia. Solo así, han subrayado Ruiz Forner y Galán, se puede garantizar el tiempo y la calidad que requiere la atención de una población cada vez más mayor, con lo que la edad implica en confluencia de enfermedades en la misma persona con medicaciones complejas que requieren un mayor control profesional sobre la administración de esos fármacos y los efectos. Es decir, pacientes pluripatológicos y polimedicados.

Del trabajo de recopilación de datos, todos ellos disponibles en organismos oficiales, se desprende que Castilla y León es la segunda comunidad de España que más enfermeras recién tituladas exporta a otras autonomías. Sólo nos gana, en esa situación, Baleares. Territorios como el País Vasco ofrece nóminas que superan la retribución de Castilla y León en alrededor de 350 euros al mes. Pero la competencia no son únicamente otras regiones. Países como Noruega, Reino Unido, Francia, Italia o ahora Estados Unidos se rifan a las profesionales españolas por su nivel de formación y lo hacen con contratos fijos, mejores sueldos, vivienda y gastos de esa casa y hasta dos viajes anuales de regreso a España. «Se van, principalmente, por las condiciones laborales», insiste Ruiz Forner. Y eso es algo que se puede cambiar.

«Hay que retener el talento y para eso es necesario mejorar la condiciones laborales y facilitar la conciliación», ha remarcado Isabel Galán, al tiempo que ha apuntado que la Consejería de Sanidad tiene que impulsar que enfermeras que han superado la formación especializada (EIR) como residentes en especialidades concretas tengan facilidad para quedarse en el sistema autonómico de salud. Del estudio del Consejo de Enfermería se desprende que hay más contratos que profesionales. Eso implica temporalidad, con enfermeras que firman varios contratos al año. Profesionalmente no es atractivo.

A toda esa situación de jubilaciones a la vista con alta emigración del colectivo se suma el ritmo de salida de estudiantes de las Facultades de Enfermería. En Castilla y León se titulan anualmente más de 950 alumnos que aspiran a ganarse la vida en esa categoría profesional. «Pero la demanda es del triple», comenta el presidente del consejo autonómico. Eso le lleva a solicitar a los responsables públicos un incremento de las plazas. Ruiz Forner insiste en que ese ritmo de «egresados» de las facultades, al que se aplican las salidas a otras comunidades -en muchos casos por alumnos con 'EBAUs' «más fáciles» en sus regiones, que estudian en Castilla y León, pero se vuelven a sus lugares de origen- y a otros países, no garantiza el relevo en las plazas que dejarán vacantes las enfermeras jubiladas. Ahí tiene Sacyl otro desafío.