Labores de vendimia en viñedos de la DORibera del Duero, en el municipio de Castrillo de Duero. Agapito Ojosnegros Lázaro

Preocupación en el sector por el bajo precio de la uva mientras los gastos suben el 10%

Los viticultores afrontan más costes por la covid cuando en Rueda se prevé pagar 0,22 euros por kilo frente a los 0,70 de 2019 y en Ribera el 30% menos

Silvia G. Rojo

Salamanca

Martes, 22 de septiembre 2020, 06:54

En plena campaña de vendimia y con muchos viticultores aún sin conocer los precios definitivos para su producción, el sector da por hecho una bajada ... generalizada de precios en un año en el que crecen los gastos debido al protocolo covid y a que los tratamientos fungicidas han superado lo normal.

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«Este año los precios no acompañan», asegura Ventura González, representante de UPA y viticultor en la zona de Rueda. «Quien compra dice que pagará a 0,20 o 0,22 euros el kilogramo, que no todo el mundo da precio, y esa cifra no cubre los costes de producción ni por asomo. Necesitas por lo menos cobrar la uva a 0,45 o 0,50 euros», sentencia.

El año pasado el precio en Rueda se movió entre los 0,60 y 0,70 euros de media, «y este año con las plagas de oídio ha habido que hacer tratamientos extra, hasta siete y ocho veces, lo que dobla un año normal», dice González. Comenta que en estos momentos, «la gente está consiguiendo colocar la uva con la desgracia de otro viticultor al que se la descalifican por altas dosis de oídio».

En detalle

  • Coste medio. Producir un kilo de uva en Castilla y León supone 0,63 euros, según la Politécnica de Valencia.

  • Por hectárea. El coste medio en Castilla y León está cifrado en 3.489 euros por cada hectárea, según la misma universidad levantina.

En relación al protocolo covid, fija en el 10% el incremento de gastos: «Nosotros que estamos en Ávila necesitamos mano de obra que suele venir de Valladolid y para cruzar de provincia la PCRtiene que ser negativa; tenemos que dar dos mascarillas por persona y día, guantes y al final es un fastidio», señala.

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José Manuel de las Heras, representante de UCCL y viticultor en Ribera, coincide con ese sobrecoste debido al protocolo covid, pero sobre todo incide en lo que considera «un riesgo enorme tener contratadas a personas que pueden dar positivo, y si confinan a tu cuadrilla la uva no espera, en 15 días la has perdido». Suma la necesidad de contar con varios alojamientos y una zona prevista para un posible aislamiento del personal, «son muchas pequeñas cosas de gestión que lo hacen más difícil». En cuanto al precio, «no sabemos exactamente cómo va a arrancar, pero estamos hablando del 20% o el 30% menos», dando por bueno el precio de un euro de media y recordando que «la ley de la cadena hay que cumplirla y lo lógico es marcar un precio antes, sea más o menos bajo; que todo el mundo diga el precio antes».

Amancio Moyano, representante de COAG y viticultor en Toro, plantea que los viticultores «todavía no saben el precio al que van a cobrar la uva; firman un contrato, no debería ser así, pero como no hay alternativa pasan por el aro». En cualquier caso, «se prevé una bajada general, no tengo datos para decir de cuánto», y pone el punto de mira en la falta de mano de obra. «Este año por la covid, pero siempre tenemos problemas con la mano de obra, además hacen coincidir las jornadas de los parados que sacan los ayuntamientos con esta época y eso nos dificulta».

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Donaciano Dujo, presidente de Asaja, asume que esta campaña «trae gastos añadidos, pero son obligatorios y necesarios para preservar la seguridad».

Año excepcional en calidad, con menos cantidad de la esperada

La caída de ventas en el canal Horeca ha puesto en una situación complicada al sector del vino, que no compensa la situación con el incremento de consumo en los lineales.

«El problema es general en todas las denominaciones pero se acusa más en aquellos vinos jóvenes, verdejo o rosados, que se consumen en el año y no se han vendido; hay stock y las perspectivas siguen siendo malas». Dicho esto, parece que la cantidad «va a ser menos de lo que parecía, ha sido un año de bastantes precipitaciones pero, en general, no será de las grandes campañas como lo fue la de 2018», suscribe Amancio Moyano desde Toro.

José Manuel de las Heras augura en el caso de Ribera que «es un año excepcional en calidad y normal en cantidad, las producciones no son tan altas como algunos pensaban, es un momento excelente para hacer un vino de guarda, por lo tanto todos deberíamos apretarnos y ser corresponsables».

Los viticultores están igualmente pendientes de las lluvias de los últimos días, que dependiendo del volumen y el momento, pueden acarrear problemas.

La superficie plantada de uva de vinificación en la comunidad es de unas 80.000 hectáreas en la actualidad, el 8,3% de la superficie nacional, de las que el 90% se encuentran amparadas por las catorce figuras de calidad reconocidas en la región.

Este sector cuenta en Castilla y León con 650 bodegas y 19.000 trabajadores, de los cuales 15.000 son viticultores, y moviliza un volumen de negocio de 1.000 millones de euros, convirtiéndose así en el primer sector agroalimentario de la comunidad en exportación con más de 215 millones de euros. De ahí que el sector esté considerado un firme pilar del desarrollo rural.

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