Una persona abona su consumición en una terraza, con su correspondiente IVA del 10%. HENAR SASTRE

La pandemia hunde la recaudación de la Junta, que retrocede 112 millones hasta julio

El parón de actividad y los aplazamientos en los pagos durante el estado de alarma provocan un descenso de ingresos del 26,6%

Lunes, 14 de septiembre 2020, 07:02

En la primera mitad del año, marcada por la pandemia de covid y con más de tres meses de estado de alarma y confinamiento, ... quedaron en suspenso cientos de operaciones de compraventa de vivienda, paralizada la formalización de actos jurídicos, el consumo sufrió el impacto de las restricciones y miles de empresas solicitaron aplazamientos en el pago de tributos. Todo ello tuvo una acusada repercusión en la recaudación fiscal, tanto la del Estado en la comunidad como en los tributos cedidos a la Junta. Los ingresos gestionados por la Agencia Tributaria hasta el mes de julio fueron más de un 8% inferiores a los del mismo periodo del año anterior; los autonómicos, más de un 26%.

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La Junta recaudó en los siete primeros meses 310,08 millones de euros por los tributos que gestiona. Son 112,38 millones menos que los que manejó en el mismo periodo del año pasado, cuando se superaron los 422 millones. La caída es del 26,6%, con todos los impuestos a la baja, menos uno. Y con retrocesos de hasta el 66%, como en el caso de los ingresos por los tributos sobre el juego.

El descenso recaudatorio constituye un problema añadido a la gestión de la salida de la crisis de la covid-19, ya que el otro extremo del presupuestos, el lado de los gastos, evoluciona manifiestamente al alza.

Compraventas congeladas

La figura que más recaudación genera, el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, proporciona este año hasta 43 millones menos que el pasado. Su aportación asciende a 91,4 millones, con una bajada de casi el 32%. Este impuesto se abona por parte del comprador de, por ejemplo, una vivienda o un automóvil de segunda mano y supone en general el 8% del precio de la operación. Con la población recluida y la movilidad bajo mínimos, durante buena parte del primer semestre las arcas públicas estuvieron 'a verlas venir'.

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En un nivel de retroceso muy similar se situó el segundo impuesto en importancia recaudatoria, el controvertido Sucesiones y Donaciones. De los más de 110 millones que dejó en los siete primeros meses del año pasado, a poco más de 76 millones en este 2020. Este descenso del 31% se explica, además de por la pandemia, por las expectativas generadas por la promesa de Ciudadanos de eliminar este tributo.

La desaparición de Sucesiones llegó a estar anunciada para primeros de marzo pero finalmente PP y Cs la han frenado hasta analizar el efecto de la covid-19 en los ingresos. La Junta no puede en este momento prescindir de ninguna fuente de ingresos.

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Con las exenciones a los familiares directos en un plato de la balanza y el aumento de fallecidos y un mayor valor de tasación de los bienes en el otro, el impuesto de Sucesiones hizo su aportación récord en 2016, cuando generó 194,12 millones de euros. El año pasado lo cerró con unos ingresos de 188,45 millones de euros.

Paralización administrativa

El impuesto indirecto que grava los actos formalizados en escrituras públicas referidos a transmisiones patrimoniales onerosas y operaciones societarias. El de actos jurídicos documentados (AJD) experimenta una caída del 20%, y pasa de los 50 millones de 2019, a los algo más de 40 de el presente ejercicio.

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Este tributo, que en Castilla y León tiene un tipo del 1,5% con carácter general y del 0,5% en la adquisición de la viviendas habitual, se ha visto afectado por la paralización de plazos administrativos así como los aplazamientos en la ejecución de operaciones que las limitaciones de la covid impuso entre las empresas.

En marzo, la Consejería de Economía y Hacienda puso en marcha una serie de medidas fiscales para aplazar las obligaciones de presentación y pago en determinados impuestos y así «evitar posibles tensiones en tesorería para familias, pymes y autónomos». Aplazó el cobro de impuestos para 38.000 contribuyentes por sucesiones, transmisiones patrimoniales y actos jurídicos con un impacto aproximado de 42 millones.

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Juegos de azar en mínimos

La celebración de juegos de azar, incluidos los realizados por máquinas tragaperras, está gravada por la tasa autonómica del juego, también perjudicada por el cierre de establecimientos de hostelería y el confinamiento. Con un tránsito desde los 29,5 millones del año anterior a los poco más de 10 millones del presente 2020, este tributo (-66%) sufre la bajada más acusada de todos los que gravan la actividad económica.

Cedido a Castilla y León pero gestionado por la AEAT, el impuesto sobre determinados medios de transporte grava la matriculación de automóviles y motocicletas con cilindrada superior a 250 cc nuevos o usados. El destrozo de la covid en este tributo llega al 43%, al retroceder de 13,6 a 7,6 millones de euros.

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En cuanto a los dos impuestos propios de la comunidad, el que más aporta es el único de todos los tributos que cierra el acumulado a julio en positivo, por los pelos. El Impuesto sobre Afección Medioambiental recauda 58,5 millones, el 0,13% más que un año antes. El Impuesto sobre Eliminación de Residuos, al compás de la paralización de ala actividad económica, desciende en 6,4% hasta los 5,4 millones.

Por último, las tasas y otros ingresos aportan 10,4 millones, el 17,2% menos que en 2019.

Moderación en el déficit

Esta merma en la recaudación viene a sumarse al resto de problemas de la Consejería de Economía y Hacienda a la hora de componer un Presupuesto para 2021. A la escasez de ingresos se añaden la indefinición del modelo de financiación autonómica, la parte de los fondos europeos que corresponderá a Castilla y León, los escenarios de déficit y deuda o la cuantía que llegará del fondo no reembolsable.

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El consejero insistió hace unos días en que la intención de la Junta es no subir los impuestos («a los ciudadanos, ni a las pymes ni a los autónomos») y eliminar cuando sea posible Sucesiones.

Pese al descenso de ingresos y el aumento de gastos, Castilla y León registró hasta un junio un déficit de 295 millones de euros, lo que supone el 0,55% del PIB, frente al déficit del 0,91% de hace un año y al 0,60% del conjunto de comunidades.

La contención fue posible, según explica el Ministerio de Hacienda, se debe a varias medidas adoptadas por el Gobierno para garantizar los recursos de las comunidades y dar respuesta a la emergencia provocada por la covid, como el adelanto de la financiación del Estado vía anticipos a cuenta del sistema de financiación o al avance de hasta el 50% de la liquidación de 2018.

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El Estado ingresa cerca de 200 millones menos en Castilla y León

Con el verdadero impacto sobre el empleo todavía contenido en la primera mitad del año, el Estado salvó entre enero y julio la recaudación por la vía del IRPF, el impuesto que más aporta a las arcas públicas. En el conjunto de España, la bajada recaudatoria de este impuesto fue del 1,3%, mientras que en Castilla y León se produjo un incremento del 0,5%, hasta los 1.318 millones de euros.

Todo lo contrario de lo que sucede con el segundo impuesto en importancia, el IVA, que con los lastres del confinamiento y la desconfianza a la hora de consumir se contrajo el 19,7%, hasta 738,77 millones de euros, por encima del 15,9% que se registra de media nacional.

Sin datos homogéneos de los Impuestos Especiales, en el caso de Sociedades los 119,4 millones ingresados son el 0,2% más, lo que deja entrever que lo peor está aún por llegar. En cuanto al Impuesto sobre el Tráfico Exterior, también se ve seriamente tocado por el parón en la actividad exportadora y de aportar 11,5 millones el año pasado, ahora deja 7,9 millones, una bajada del 31,4%.

En definitiva, los 2.223,36 millones de euros a que asciende la recaudación total de la Agencia Tributaria en Castilla y León suponen una caída anual del 8,2% al cierre de julio, inferior al 12% de retroceso nacional. En euros, la cantidad asciende a 197,88 millones.

Desde el punto de vista provincial, los descensos fluctúan entre el 5,2% de Ávila y el 17,7% de Palencia, con Segovia (5,6%), Valladolid y Burgos (6,7%) y Soria (6,8%) en la zona baja; y Zamora (10,3%), León (9,6%) y Salamanca (8,6%) en la alta.

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