Los padres de la escuela pública protestan por la retirada de sus pancartas en defensa de este modelo educativo

La campaña de carteles en los colegios públicos de Castilla y León bajo el lema 'Yo quiero la escuela pública. Porque es nuestra, porque es de todos' va camino de convertirse en un foco de conflicto entre la Consejería de Educación y las federaciones de padres y madres en defensa de la educación pública.

Miembros de la Confederación de Federaciones de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Castilla y León (Confapacal) y de Comisiones Obreras participaron ayer en una cacerolada frente a las puertas del colegio Teresa Íñigo de Toro de Valladolid. Este conflicto se inició en el colegio José Herrero de Salamanca cuando su federación de padres y madres solicitó a Educación la colocación del cartel de la campaña en defensa de los centros públicos. El director provincial de Educación, Ángel Miguel Morín, lo denegó con el argumento de que «se vulnerarían los principios de neutralidad y objetividad» del uso de los centros públicos.

Pero la campaña se fue extendiendo y ahora al menos 8 colegios salmantinos y 18 de Valladolid tienen en sus accesos la pancarta con el corazón verde en defensa de los colegios públicos. Otros centros de la región también se han ido sumando a esta iniciativa. Al conocer la orden verbal de retirada por parte de Educación, los padres y madres, apoyados por sindicatos de enseñanza, han decidido actuar.

«Lo único que dice ese cartel es que amamos la escuela pública. No criticamos a nadie, ni hay alusiones políticas, ¿qué delito hay?», se pregunta el presidente de Confapacal, David Moya. Fuentes de la Consejería de Educación insistieron en que solo se les ha informado de que no hay autorización y que «hay que respetar el ordenamiento jurídico por muy loable que sea una campaña».

El secretario provincial de Educación de CCOO, Pablo Redondo, insiste en la «asepsia» de esta iniciativa y recuerda que los centros «no son de la Junta sino de los Ayuntamientos, que son los que deberían actuar en todo caso». Los sindicatos de enseñanza aseguran haber confirmado la existencia de «llamadas intimidatorias» desde los servicios de Inspección instando a los equipos directivos a que retiren estos carteles.

En Confapacal apelan a «la independencia de las ampas» (asociaciones de padres y madres). Además recuerdan que los centros concertados «están llenos de lazos naranjas en contra de la llamada 'ley Celaá' y nadie les ha exigido que los retiren». Por eso acusan a Educación de aplicar «una doble vara de medir».

En el trasfondo de este conflicto subyace el arranque mañana de la campaña de matriculaciones escolares para el próximo curso. «Este año no ha habido jornada de puertas abiertas y los colegios públicos han permanecido cerrados a cal y canto para cualquier actividad con la excusa de la covid», lamenta Redondo. Por contra, los centros concertados «han podido desarrollar actividades promocionales con mayor libertad».

«Lo que están haciendo es pisar los derechos de todos -lamenta David Moya-. Aunque, con su actitud, nos están haciendo la mejor campaña posible».