Cada paciente ingresado en un hospital de Castilla y León le cuesta a Sanidad una media de 3.758 euros
La prueba más barata, como una radiografía, supone para el sistema público un gasto de 10 euros y una estancia media en la UCI supera los 10.000
Aquella llamada 'factura en la sombra' no llegó nunca a los hogares de Castilla y León. Aquel intento del año 2010, en plena ... crisis económica, en forma de orden de la entonces ministra socialista Trinidad Jiménez, para concienciar sobre el alto coste de la asistencia no triunfó finalmente, aunque tuvo algunas anecdóticas e incompletas experiencias en Andalucía o en la Comunidad Valenciana.
El proyecto buscaba responsabilizar al ciudadano del uso que hace de la sanidad para promocionar su sostenibilidad al conocer el gasto que hubiera tenido su consulta, su analítica o su ingreso hospitalario. Su carácter fue residual en el Sistema Nacional de Salud y ni siquiera explorado en Castilla y León.
Pero, efectivamente, la atención sanitaria no solo no es gratuita sino que es cara, más todavía cuando un proceso médico culmina en cirugía, cama o UCI. Y lo es especialmente la atención que obliga a prestar el coronavirus. Desde lo más barato como puede ser una radiografía simple, que supone 10,25 euros, similar a una mamografía o a una analítica, hasta uno de los más caros, como puede ser un proceso medio en la UCI, que suma 10.093 euros –una media de unos siete u ocho días bajo atención a críticos (hasta cinco meses algunos casos de covid)–, todo va sumando una factura millonaria y sin reversión. Solo gastos.
Los datos facilitados por la Consejería de Sanidad muestran que la atención a un neonato en una unidad especializada en prematuros supone, hasta que se le da el alta, entre 28.610 euros si no requiere especial aparataje y procedimientos mayores a entre 73.279 y 136.925 euros, según la gravedad de cada caso. Una cesárea, más de cuatro mil euros y un parto normal, cerca de 2.500. Implantar una válvula artificial cuesta 45.145 y un bypass coronario sin infarto son 21.086 euros. Un trasplante de hígado llega a los 36.122,35 euros y 24.482 el de páncreas. La lista de los procesos más caros –siempre son costes medios, una complicación alargaría el seguimiento y el precio– incluye la atención a un traumatismo en la cabeza con un coma profundo –32.205 euros–; el trasplante alogénico de médula ósea (27.934 euros) o los 45.326,40 euros en los que está valorado realizar una craneotomía para acceder al interior de la cabeza para tratar un trauma múltiple importante.
Cada infarto de corazón añade 3.567 euros a la factura y casi cinco mil sustituir una cadera por una prótesis. Todo ello es el día a día de cualquier centro asistencial.
¿Y las urgencias hospitalarias? Con 1.046.363 atendidas al año (datos de 2019), es decir, una media de 2.866,75 al día y con un gasto medio de 139,64 euros, solo este tipo de asistencia supone para Sacyl, cada jornada, 400.313 euros. Y, de ellas, el 14,82% se ingresan. Así, suma y sigue la factura.
La comunidad gasta cada día 400.313 euros solo en atender las urgencias hospitalarias
Esta 'lista de precios' de la Consejería de Sanidad para su contabilidad estima ese gran movimiento diario de un hospital, desde el gasto de luz o limpieza a la nómina de cada profesional, la comida servida, la farmacia o el aparataje. Así, también llama la atención el precio de la diálisis, cada sesión son 211,49. 59 euros y cada una de las de quimioterapia, más de 50 euros, para vencer al cáncer y otros tratamientos del hospital de día suponen una media de 368 euros. Pero es que un ingreso medio son 3.758 euros y una consulta con el trabajador social del centro de salud vale 45,83 euros. Es la cita más cara de Primaria, seguida de la del odontólogo, y mucho más que la del fisioterapeuta, por 20,18 euros la consulta y 18,98, la sesión. Los 14 complejos asistenciales de la región registran 244.609 ingresos al año, con una media de seis días y medio de estancia.
Los presupuestos de este 2021 para gestionar la atención en Castilla y León cuentan con 4.366 millones de euros. El mayor dedicado al sistema público de salud en la historia de la comunidad. Una cifra al alza que ha marcado la pandemia. Los datos de otros años muestran el coste de la sanidad general, de la otra, de la que no tiene covid, y supone unos 3.991 millones de euros, el 6,7% del PIB. Cada habitante tiene un gasto medio de 1.661 euros al año en sanidad pública en la comunidad, la séptima en gasto per cápita del país, otra vez sin considerar la pandemia. La consejera de Sanidad, Verónica Casado, dijo en la última comparecencia en las Cortes que en 2020 el gasto covid supuso casi 400 millones de euros, y que en enero de 2021 se habían invertido ya 33 millones de euros a mayores.
La sanidad es cara. Cada consulta al médico de Especializada son 50,77 euros y al facultativo de Familia, 16,87; pero si el paciente requiere un procedimiento de cirugía menor asciende a los 23,69 euros. Si es de atención continuada, es decir, como urgencia, supone un gasto para Sacyl de 38,73 euros por usuario. El de la consulta de Pediatría del centro de salud llega, por dichos conceptos, a entre 23,17 y 38,73 euros.
Y la frecuentación no es precisamente baja. Los datos de la Consejería de Sanidad revelan que los castellanos y los leoneses acuden a su centro de salud una media de casi siete veces al año (6,70) y de poco más de cinco al pediatra. Evidentemente, algunos enfermos van muchísimo más y otros no pisan la consulta. A mayor edad, más frecuencia. Así, en Ávila, Zamora o Soria se superan las ocho citas anuales. La presión asistencial es alta en la Atención Primaria de la comunidad, lo era ya antes de la pandemia. En 2019, cada médico veía casi a 30 pacientes al día, un poco más baja era la media rural con 20.
Los ciudadanos acuden una media de siete veces al año al médico de Familia, que atiende hasta 30 personas cada día
El año de pandemia, la presión varió mucho dadas las circunstancias y el descenso de las consultas presenciales. En la primera ola, bajaron respecto a 2019 hasta el 11% (17% en las zonas rurales), en los meses posteriores, y sobre todo a partir de agosto, la asistencia en los centros de salud llegó, en cambio, a una presión de 27 pacientes al día en las zonas urbanas y de 13, en las rurales. En 2020, Primaria atendió 14.311.718 consultas médicas –14.009.939 en 2019– y 6.721.046 de enfermería –8.962.548 en el ejercicio anterior–, además de un millón de urgencias en la zona urbana y de 742.900 en la rural en este primer nivel asistencial. Muchas menos de las de un año sin pandemia que suma 3.146.036, por ejemplo el previo a la covid.
Actividad quirúgica
Los procesos más banales como tratar problemas de espalda, fracturas o heridas, infecciones y enfermedades oculares, del pie o los dedos, ginecológicos o de Urología, nariz, boca o garganta se mueven entre los trescientos y los novecientos euros, aunque al ser muy frecuentes suman a la factura anual miles de euros. Los procesos de oftalmología añaden 8,9 millones y enfermedades del tejido subcutáneo o mama, 2,8 millones. En cambio, una bronquitis aguda, aunque cara por proceso (8.026,) supone a las cuentas un gasto anual de 112.365 euros.
¿Y la cama? Un ingreso supone, cada día, sumar la visita del médico, las curas y seguimiento de enfermería, la comida, la limpieza y lencería... La estancia media es de 542 euros, pero con una traqueostomía (incisión en la tráquea) es de 1.102; de 1.901 con ECMO (Oxigenación por Membrana Extracorpórea), ahora más usada con la covid;de 1.508 si se trata de un gran quemado; de entorno a los 1.500 con enfermos sometidos a intervenciones cardiacas o de 1.901 cada noche tras someterse a un trasplante hepático. Y las cirugías se mueven con un coste de quirófanos que supera los setecientos euros. Y es de lo más variable, desde una apendicitis (2.702 euros) a la reparación de una fractura de cadera o fémur (4.933 euros), por citar algunos procesos habituales. Una septicemia escribe 4.888 euros en la factura y casi 2.800 euros una infección de riñón.
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