Preparativos en la cafetería del hotel Ponferrada Plaza. El Bierzo y Laciana inauguraron la fase 2. César Sánchez-Ical

El Gobierno dejará viajar entre provincias en fase 3; Castilla y León tendrá que esperar

El Bierzo y Laciana disfrutan de su primer día en fase 2, un nivel que el resto de la región quiere alcanzar el próximo día 8

Antonio G. Encinas

Valladolid

Lunes, 1 de junio 2020, 21:06

Que cuándo puedo ir al pueblo, a El Arenal, pregunta un compañero de Valladolid asfixiado de tanta ciudad confinada cada vez que descuelga el teléfono. ... Y la respuesta hasta ahora, según el guion preestablecido allá a finales de abril por el Gobierno, era que la movilidad entre provincias era tabú, por lo menos, hasta el 22 de junio, y si acaso hasta el 6 de julio en el caso de una Castilla y León que iba una fase por detrás del resto.

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Sin embargo el domingo, tras la conferencia de presidentes autonómicos con el presidente del Gobierno, ya quedó definido que el 22 de junio, un día después de expirar el estado de alarma que aún debe prorrogarse, se acabaron las restricciones de movilidad. Entre otras cosas, porque no hay una herramienta jurídica que permita coartar ese derecho fundamental a moverse con libertad por el territorio nacional. Y porque hay que preparar el país para la ansiada llegada del turismo, sea extranjero o patrio, a partir del 1 de julio.

Pero aún apareció el ministro Ábalos a primera hora del lunes y dejó caer que por qué no empezar a desplazarse el 8 de junio, sobre todo en esas comunidades autónomas que compartirán 'fase 3' a partir de esa fecha.

Y aquí el compañero confinado ya huele a pueblo.

Porque, ¿qué sentido tiene relajar la movilidad entre comunidades autónomas de fase 3 y no permitirla dentro de las provincias de una comunidad autónoma que vive al completo en fase 2 y cuyos índices epidemiológicos han mejorado conforme a lo esperado? Pues parece que para el Gobierno sí lo tiene. Según la Delegación del Gobierno, lo que se contempla es que la movilidad solo sea posible «entre territorios en fase 3, y en ese momento las comunidades autónomas tienen la llave para ello, pero siempre que se cumpla el requisito de estar en esa fase».

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Para cuando llegue el 8 de junio y se actualice el mapa de colores de la desescalada, El Bierzo y Laciana llevarán ya una semana en fase 2. Ayer amanecieron en esa nueva dimensión de la realidad con mascarilla que les permite hacer algunas cosas más que la fase 1 mejorada que se ha vivido hasta la fecha. 131.000 personas, de los 2,4 millones de habitantes de la región, podían desde ayer acudir a unas rebajas 'contenidas' para no generar aglomeraciones; celebrar bodas con un número limitado de asistentes, así como velatorios; disfrutar de nuevo de los centros comerciales o consumir dentro de bares y restaurantes; hasta ir a la piscina, aunque sea en grupos reducidos y con mucho cuidado, al cine, al teatro o a cazar y pescar.

Como consecuencia, contaba 'Leonoticias.com', tanto en El Bierzo como en Laciana se notó más actividad en la calle. «Algunos clientes optaron por ocupar las mesas por primera vez después de más de dos meses», decían.

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En el resto de Castilla y León, aún en fase 1, queda el consuelo de comprobar que los números son halagüeños: 11 casos diagnosticados por PCR en el último día, con cero en Burgos, León, Palencia, Segovia, Valladolid y Zamora. Toda la comunidad pasará, si no media una catástrofe, al siguiente nivel el día 8 de junio. Por detrás de otros territorios, sí, pero con la suficiente capacidad de respuesta y el respaldo sanitario como para que un vecino de Valladolid pase a Ávila o a Zamora. Y serán muchos, eso seguro. Porque, aunque hay quienes tienen como segunda residencia una casa familiar en el pueblo en la misma provincia, son muchos los que acuden cada verano desde otras provincias y desde otras comunidades autónomas, especialmente País Vasco, Cataluña y Madrid. Castilla y León cuenta con unas 700.000 viviendas «no principales», según las estadísticas de 2018 del Ministerio de Fomento. Una cifra que ha ido creciendo en el siglo XXI, que comenzó (año 2001) con 556.853 viviendas no principales en la comunidad autónoma. Conforme aumentaba la despoblación en el medio rural, aumentaban las segundas residencias. El Excel cuadra.

Otra cosa es Madrid, claro. Que para entonces también estará en fase 2 y cuyas cifras presentan un desbarajuste de tal calibre que resulta complicado fiarse de su situación real. Según el Ministerio de Sanidad, Madrid presenta una incidencia acumulada en los últimos 14 días de 24,16 casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes. Castilla y León está en 25,84.

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En Segovia, Soria y Ávila, los tres lugares que más afectados se han visto por la movilidad desde Madrid, se contabilizan 62.290, 40.017 y 97.835 segundas residencias. Según el Instituto Nacional de Estadística, 151.032 personas nacidas en esas provincias residen actualmente en la Comunidad de Madrid. 384.532 para el total de Castilla y León, que también tiene a 113.782 'hijos del pueblo' en Cataluña y otros 158.571 en el País Vasco.

Si el éxodo fue dramático, el retorno debe ser estrechamente vigilado.

¿Y qué va a hacer Castilla y León? Pues de momento esperar a la reunión bilateral con el Ministerio de Sanidad, programada para el miércoles, donde la comunidad propondrá el paso de todas las provincias a la fase 2 para el lunes 8 de junio.

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El hecho de que Ábalos anunciara esta relajación apenas 24 horas después de una conferencia de presidentes en la que no se trató el tema hace que los responsables de la desescalada en la región alberguen serias dudas sobre cómo se va a ajustar tanta variable. Pasado mañana el Gobierno autonómico reclamará que se le permita dirigir la desescalada «como se ha prometido a otras comunidades», según señalan fuentes cercanas al comité de expertos regional. Hasta dónde se permitirá que aumente esa capacidad de decisión es algo que está por ver. De momento, puede que un asturiano pueda viajar a Sevilla el día 8. Pasando por Castilla y León, claro.

La desescalada que se estira y se encoge

Al margen de la salud, la economía es la segunda gran damnificada de la pandemia y eso ha hecho que el plan de desescalada del Gobierno, que se articuló en cuatro fases el pasado día 28 de abril, se haya modificado continuamente a medida que se comprobaban los avances en la situación epidemiológica. Incluso antes de que pudieran comprobarse. Porque los plazos de dos semanas se impusieron para controlar la incubación de esos positivos en covid-19 que tardan en ver la luz, pero se han tomado decisiones antes de que transcurrieran los catorce días.

Así, la mayor parte de España confía en iniciar la fase 3 casi de inmediato, a ser posible el día 8 de junio. Diez provincias se quedaron junto a Castilla y León, Barcelona, sur de Lérida y Madrid en la fase 1 el día 25 de mayo. En teoría, habrían tenido que esperar dos semanas para dar el siguiente paso. No fue así. Ayer, El Bierzo y Laciana -dentro de la estrategia de Castilla y León de proponer zonas básicas de salud- pasaron a la fase 2 y Toledo, Ciudad Real, Albacete, Málaga, Granada, Alicante, Valencia, Castellón y Gerona les acompañaron.

El 8 de junio llegará el momento de pasar a la fase 3. Andalucía ya ha dejado claro que solicitará ese paso y el Gobierno está dispuesto a que a partir de ese momento sean las comunidades autonomas las que tomen el control del proceso en sus territorios. El vicepresidente andaluz, Juan Marín, señaló que, si es así, habrá movilidad entre todas las provincias andaluzas. Y eso incluye a Málaga y Granada, claro, que están en fase 2 desde ayer, pero a las que les durará este estadio apenas siete días. Castilla La Mancha, mientras, la pedirá para Cuenca y Guadalajara, por lo que tendría gobernanza sobre su desescalada en la mitad de su territorio.

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